El abuso de alcohol se duplicó entre las mujeres, según un estudio

El abuso de alcohol se duplicó con creces entre las mujeres del país, pasando del 7,7 % al 15,2 % entre 2006 y 2023. Así lo demostró un análisis reciente realizado por investigadores de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), ACT Promoción de la Salud y el Ministerio de Salud. Publicado en la Revista Brasileña de Epidemiología, el estudio evaluó las tendencias de los principales factores de riesgo, factores de protección y morbilidades asociadas a las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ENT) en adultos de las capitales brasileñas, basándose en datos de Vigitel. Sin embargo, entre los hombres, el análisis mostró que el abuso de alcohol se mantuvo estable durante el mismo período, en torno al 25 %.
Para Mariana Thibes, doctora en sociología y coordinadora del Centro de Información sobre Salud y Alcohol (CISA), este aumento refleja una convergencia de transformaciones sociales, culturales y económicas. La primera se refiere a la combinación de horas de trabajo con las tareas domésticas y el cuidado de los hijos u otros familiares. «Esta acumulación de roles puede generar estrés crónico, una sensación de falta de tiempo para el autocuidado y la búsqueda de recompensas fáciles y rápidas al final del día; terreno fértil para que el alcohol se convierta en una válvula de escape», explica. Las estadísticas más recientes de la Encuesta Nacional Continua por Muestreo de Hogares (PNAD) lo confirman: las mujeres dedican, en promedio, 21,3 horas semanales a las tareas domésticas y/o al cuidado, mientras que los hombres dedican 11,7 horas.
Otro punto es la asociación del alcohol, como una copa de vino o una bebida al final del día, con un símbolo de autocuidado en redes sociales. Esto, según la experta, puede enmascarar un patrón de consumo perjudicial. «A esto se suma que la pandemia aceleró la consolidación de modelos de trabajo remotos e híbridos, lo que, para muchas mujeres, significó mayor flexibilidad, pero también mayor aislamiento», reflexiona.
Los efectos del alcohol en el cuerpo de una mujer
Los cuerpos de hombres y mujeres metabolizan el alcohol de forma diferente, y estas diferencias se ven influenciadas por factores biológicos, hormonales y fisiológicos. Una de las principales razones es la diferencia en la composición corporal: las mujeres tienen un mayor porcentaje de grasa y un menor porcentaje de agua que los hombres. Además, como señala la psiquiatra e investigadora del CISA Olivia Pozzolo, la actividad de la enzima deshidrogenasa, responsable de metabolizar el alcohol en el hígado y el estómago, es menor en las mujeres. «Estos factores resultan en mayores concentraciones sanguíneas para la misma dosis, lo que acelera el daño hepático», señala.
Los efectos nocivos en el cuerpo femenino no terminan ahí. «Incluso el consumo moderado de alcohol, equivalente a una copa al día, se asocia con un aumento del 4% al 7% en el riesgo de cáncer de mama. En niveles más altos, como tres copas al día o más, este riesgo puede superar el 20%», afirma la doctora. «El alcohol también interfiere con el sistema reproductivo, pudiendo causar anovulación e infertilidad, aumentar las complicaciones gestacionales y contribuir a la osteopenia (baja densidad mineral ósea) después de la menopausia», añade.
El experto también llama la atención sobre los riesgos para la salud mental, como el aumento de los trastornos del estado de ánimo, especialmente en quienes beben para relajarse, y la mayor vulnerabilidad relacionada con la violencia sexual y doméstica causada por el abuso de alcohol.
Los expertos consultados por IstoÉ coinciden en que cambiar esta situación no es fácil. Además de invertir en campañas para informar a las mujeres sobre los peligros del consumo excesivo de alcohol, serían necesarias políticas públicas de apoyo a las familias, incluyendo el cuidado infantil. Pero enfatizan que, para empezar, conviene advertir: a pesar del estigma, las mujeres no deberían avergonzarse de buscar ayuda. «Beber menos no les quita libertad; al contrario, restaura la salud, la autoestima y la calidad de vida. Buscar ayuda a tiempo, antes de que una copa de más se convierta en un hábito, es un acto legítimo de autocuidado», concluye la psiquiatra e investigadora del CISA Olivia Pozzolo.
*Con información de Agência Bori
IstoÉ