Fresa del amor: ¿Qué hay detrás de las tendencias alimentarias virales?

Una fresa envuelta en una capa de brigadeiro blanco, hecha con leche en polvo y cubierta con un fino, crujiente y brillante caramelo rojo. En un instante, la fresa del amor arrasó en redes sociales, dejando a todos con ganas de probarla. Es una buena noticia para quienes trabajan en repostería, y ha logrado multiplicar las ventas. Una encuesta de iFood mostró que, entre junio y julio de 2025, el número de pedidos de este producto aumentó en más del 2300 %.
Pero ¿de dónde surgió la fresa del amor y cómo logró cautivar a tanta gente con un ascenso tan meteórico? Nadie sabe con certeza quién fue el primero en inventar o compartir la receta. Sin embargo, varios videos se volvieron virales, principalmente en TikTok e Instagram, y se difundieron por todo Brasil.
Las fresas alcanzaron rápidamente su máximo esplendor, pero si piensas en el pasado, recordarás que otros alimentos también tuvieron su momento de gloria antes de eso. Fue el caso de los pistachos, los palitos de helado mexicanos, el yogur helado...
Los alimentos de moda siempre han existido, al igual que otros artículos que despiertan nuestro deseo de consumir. Para la nutricionista Fernanda Imamura, internet tiene una gran influencia en la velocidad con la que esto sucede. "Generalmente, los productos procesados tienen toda una campaña de marketing para que esto suceda, pero en el caso de la fresa del amor, creo que fue algo más orgánico. A través de las redes sociales, la gente se interesó y se extendió muy rápido", dice Fernanda.
Es casi un "efecto manada", un fenómeno psicológico en el que los individuos tienden a seguir el comportamiento de un grupo más amplio, sin pensarlo mucho ni cuestionarlo previamente. La nutricionista francesa Sophie Deram, autora de libros como El peso de las dietas y Deja de tragarte mitos (ambos publicados por Editora Sextante), también atribuye el éxito rotundo de la fresa del amor a la forma en que nos conectamos virtualmente hoy en día. "Nuestro entretenimiento proviene de la comida y también de las redes sociales. Así que, cuando combinamos ambas, tendemos a 'volvernos un poco locos'", afirma.
Sophie, quien lucha contra el llamado terrorismo nutricional, nos recuerda que esto es normal y que la curiosidad y la atracción forman parte de una relación sana con la comida. «Es un fenómeno muy humano y tiene que ver con la química cerebral», observa. Según la experta, el cerebro humano está programado para buscar el placer. «Nuestras papilas gustativas se cansan de los mismos alimentos y, en general, buscan nuevas experiencias. Esto es natural y saludable», afirma. «Hay estudios que demuestran que quienes son más aventureros con sus hábitos alimenticios también pueden tener un peso más saludable», añade.
Si te apetece ¡cómelo!
Con una capa de brigadeiro, hecho con leche condensada y leche en polvo, y otra de caramelo (azúcar derretido), teñida con colorante alimentario, la receta de la fresa del amor nos hace olvidar que hay una fruta en el centro. Es un verdadero capricho para los golosos. Para algunos, incluso puede ser repugnante.
¿Cómo podemos sucumbir a la tendencia actual cuando escuchamos a diario que el azúcar es un villano dietético? A menos que vayas a convertir las fresas en la base de tu dieta —es decir, comer varias en exceso o sustituir comidas por este postre—, no hay razón para demonizar este dulce. Todo lo contrario. «Evitarlas porque las fresas están llenas de azúcar o son 'venenosas' sería más preocupante desde un punto de vista conductual», advierte Sophie.
La nutricionista explica que el efecto puede ser el contrario. Negarse a probarlas, incluso por deseo o mera curiosidad, puede indicar un problema con la comida. En algunos casos, esto puede incluso provocar atracones a largo plazo. Tras resistirse a las fresas, algunas personas "compensan" comiendo más arroz, frijoles, otros dulces u otros alimentos en exceso, sin darse cuenta.
" Sin embargo, si hubieras comido la fresa con tranquilidad, probablemente estarías satisfecho y no experimentarías esta pérdida de control al momento siguiente", explica la experta. "Este recuerdo del trauma de la restricción puede hacer que una persona se exceda cuando se le da la oportunidad", añade.
Deseo genuino vs. presión de alimentaciónPor otro lado, enfatiza que el hecho de que esté de moda no significa que tengas que comerte la fresa del amor —ni ningún otro alimento— solo para publicar en redes sociales, claro. «La motivación no debería provenir de la presión de 'no participar'», advierte Sophie, refiriéndose al FOMO ( miedo a perderse algo ), un término que define la ansiedad relacionada con lo que sucede en el mundo digital. «Comer es una experiencia placentera, no una prueba de pertenecer al feed de otra persona», añade.
El mayor problema, según la nutricionista Fernanda Imamura, es que, al estar constantemente bombardeados con diversos alimentos y productos que despiertan nuestro deseo de consumo inmediato, corremos el riesgo de desconectarnos de lo que realmente nos gusta o deseamos. "Con las apps de comida a domicilio, es muy fácil comprar lo que quieras y recibirlo en casa en media hora, pero esto puede dificultar la capacidad de reflexionar sobre si realmente lo quieres o si es solo una sensación espontánea", advierte Fernanda.
Una forma de resistir la inmediatez es comer con atención y, siempre que sea posible, planificar tus comidas. Además, sigue la regla de oro de la nutricionista Sophie Deram para evitar los excesos: "Puedes comer de todo, pero no de todo". Entonces, ¿has probado la fresa del amor o vas a esperar a la próxima moda?
IstoÉ