Bajo un cielo de drones, los robots ayudan a los médicos militares ucranianos

Con la ayuda de un robot a control remoto, un soldado ucraniano rescata a uno de sus compañeros heridos e intenta llevarlo a un lugar seguro, lejos del frente. Pero de repente, ve humo gris en su pantalla, lo cual es una mala señal.
"Mago", el nombre de guerra del joven de 27 años, sabe que su máquina chocó con una mina. Está convencido de que la misión fracasó y de que su compañero de batalla murió por su culpa. "Durante cinco minutos, esta muerte me pesó en la conciencia", declara a la AFP.
Pero al volver a mirar la pantalla, ve una silueta arrastrándose para esconderse. El soldado herido sigue con vida. El equipo debe entonces enviar un segundo robot para completar la misión.
La proliferación de drones baratos pero letales desplegados tanto por Rusia como por Ucrania ha cambiado la guerra y la forma en que los médicos de primera línea recuperan a los heridos en el terreno.
Al comienzo de la invasión rusa, lanzada a principios de 2022, el personal médico podía acudir al campo de batalla y evacuar a los soldados en camillas o vehículos. Hoy en día, esto es imposible debido a los drones.
Olena Ivanenko recuerda episodios dolorosos en los que no pudo contactar con soldados heridos a menos de un kilómetro de distancia. "Oía sus voces por la radio, pero no podía hacer nada", lamenta la enfermera.
La "zona muerta" de los drones se extiende 10 kilómetros detrás de la línea del frente ucraniana, y cualquier movimiento podría ser fatal, dicen los analistas.
"Cuando un hermano o una hermana muere, se acabó. No se puede devolverle la vida, pero cuando existe la posibilidad de salvar a alguien y no se puede porque se está demasiado lejos, es muy difícil", explica Ivanenko, quien sirve en el 412.º regimiento ucraniano.
Esta impotencia ha obligado al Ejército a ser creativo. La unidad de enfermería militar envía frecuentemente alimentos o medicamentos mediante drones a los soldados inmovilizados por sus heridas. Incluso envía jeringas, explicando a distancia cómo usarlas.
Los robots que ayudan con la remoción, como los operados por "Mago", son otra solución, pero sólo operadores calificados pueden realizar estas delicadas misiones.
“Hay que tener mucho cuidado, no hacer movimientos bruscos, estar muy alerta”, explica “Krop”, operador de robot de la 5ª brigada.
En un campo de entrenamiento en el este de Ucrania, muestra a la AFP los ágiles movimientos de las máquinas controladas por un mando a distancia equipado con una pantalla.
“Krop” envía al robot a través de un campo de girasoles y lo hace girar sobre sí mismo, mientras otro piloto desempeña el papel de la persona herida en la plataforma destinada a transportarlo.
La actitud de los operadores cambia según la misión, enfatiza "Bot", piloto de la 5.ª Brigada. "Es la vida de alguien. No es un juego", dice el joven de 24 años.
Los robots son lentos, lo que significa que los drones rusos pueden detectarlos fácilmente y atacarlos si no explotan primero en una mina.
El costo de las operaciones de evacuación fallidas, en términos de vidas perdidas, pesa mucho sobre los pilotos.
“Pasamos media hora castigándonos”, dice “Mago”.
Tras creer que había fracasado en su misión de rescatar a un soldado herido, logró avanzar con un segundo robot. "En ese momento, estaba conduciendo y me temblaba todo el cuerpo, excepto los dedos que sujetaban la palanca", cuenta.
El viaje de regreso duró horas, con momentos dolorosos para el soldado herido, incluyendo baches, terreno irregular y sustos. "Quince kilómetros en una cesta que se tambalea no es muy cómodo. Pero lo saqué de allí", dice.
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IstoÉ