Entidades utilizaron fotos manipuladas para defraudar la biometría de jubilados del INSS

Documentos de la Contraloría General de la República (CGU) indican que las asociaciones involucradas en fraudes contra jubilados y pensionados del INSS utilizaron copias reproducidas y manipuladas de documentos de identidad para evadir el sistema de biometría facial requerido por la agencia. El objetivo del esquema era validar los formularios de membresía sin el consentimiento de las víctimas, lo que les permitía obtener descuentos en las prestaciones de la seguridad social.
Según una investigación del sitio web Metrópoles publicada este viernes (3) con material obtenido por la CGU, se utilizaron copias de documentos de identidad en blanco y negro, fotos antiguas e incluso versiones coloreadas artificialmente, colocadas en el espacio designado para selfis actuales. Esta práctica buscaba dar una apariencia de legalidad a registros que nunca fueron autorizados por los jubilados.
La biometría facial se volvió obligatoria en 2024, tras denuncias de deducciones indebidas de beneficios. Aun así, la CGU (Gobierno del Estado de Brasil) identificó plataformas electrónicas utilizadas para enmascarar irregularidades, eludiendo también los requisitos de biometría digital.
Los datos recogidos por la CGU indican, según la investigación, que las empresas tecnológicas han desarrollado herramientas específicas para crear registros falsos, atendiendo a las demandas de entidades sospechosas de participar en el esquema fraudulento.
Estas empresas, afirma, fueron contratadas por asociaciones que, en conjunto, generaron miles de millones en descuentos. El esquema fue desmantelado por la Policía Federal durante la Operación Sin Propósito, lanzada en abril de este año . En total, las entidades podrían haber transferido R$6.300 millones del INSS (Instituto Nacional de Seguridad Social) entre 2019 y 2024.
Según la investigación, parte de los pagos de prestaciones de nueve millones de jubilados y pensionados fueron desviados a cuentas de organizaciones sospechosas.
Entre los documentos examinados se encuentran registros vinculados a una entidad que desde entonces ha sido desacreditada por el instituto y es objeto de demandas y denuncias por deducciones irregulares. En plataformas de protección al consumidor, jubilados denuncian haber sido víctimas de cargos no autorizados.
La investigación también localizó a ocho entidades que contrataron servicios tecnológicos vinculados a los empresarios investigados en la trama. Tan solo estas asociaciones obtuvieron más de R$1.000 millones en descuentos en las prestaciones de la seguridad social.
Según la investigación, algunos directivos tenían vínculos tanto con los prestadores de servicios como con las propias asociaciones, lo que amplió el alcance del fraude.
Los documentos también revelaron que personas vinculadas al mercado de préstamos de nómina y a los clubes de beneficios fueron identificadas como beneficiarias del plan, recibiendo millones de reales en pagos. Parte de los fondos se destinó a financiar campañas electorales, según documentos judiciales de la Policía Federal.
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