Este sistema que enciende y apaga tu carro solo en el tráfico podría estar pasando factura al motor y la batería

En los últimos años, muchos autos modernos han incorporado el sistema start-stop, diseñado para reducir el consumo de gasolina y las emisiones contaminantes. Su funcionamiento parece simple: cuando el coche se detiene en un semáforo o en un embotellamiento, el motor se apaga automáticamente, y vuelve a encenderse en cuanto se presiona el acelerador o se libera el freno.
Aunque en teoría se trata de una tecnología amigable con el medio ambiente y con el bolsillo de los conductores, cada vez surgen más dudas sobre sus posibles efectos negativos a largo plazo en el motor y la batería.
El mecanismo utiliza sensores que detectan cuándo el vehículo se encuentra detenido. Entonces corta la inyección de combustible y apaga el motor. Al momento de arrancar, se reactiva de inmediato gracias a una batería reforzada y a un motor de arranque más robusto que los convencionales.
La finalidad es sencilla: evitar que el motor gaste gasolina innecesaria mientras el auto está estático, lo que se traduce en un ahorro estimado de entre 5% y 10% en el consumo total de combustible.
Entre las ventajas más citadas por fabricantes y usuarios destacan:
- Reducción de consumo de gasolina en trayectos urbanos con mucho tráfico.
- Menor emisión de gases contaminantes, contribuyendo a la protección ambiental.
- Eficiencia energética, ya que se optimiza el tiempo de uso real del motor.
Estos puntos han hecho que el sistema se popularice en diversas marcas y modelos de vehículos, convirtiéndose en un estándar en autos nuevos.
A pesar de sus beneficios, el sistema no está exento de críticas. Algunos especialistas advierten que la constante repetición de encendidos puede provocar mayor desgaste en el motor de arranque y en los cojinetes del motor.
La batería, al ser sometida a más ciclos de carga y descarga de lo normal, también podría perder vida útil más rápidamente que en autos sin este sistema. Incluso, en climas extremos, donde las baterías ya enfrentan condiciones adversas, el impacto puede ser mayor.
Asimismo, existe la posibilidad de que, con el paso de los años, el costo de mantenimiento se eleve, ya que estos vehículos suelen requerir baterías especiales AGM o EFB, más caras que las convencionales.
En muchos modelos de autos, el conductor tiene la opción de desactivar el sistema start-stop manualmente. Los expertos sugieren hacerlo en ciertas situaciones:
- En trayectos cortos y repetitivos.
- En condiciones de tráfico muy intenso, donde el apagado y encendido es demasiado frecuente.
- En climas extremos, donde la batería trabaja bajo mayor presión.
- Cuando se detecta que la batería ya muestra signos de desgaste.
De esta forma, se puede equilibrar el beneficio de ahorro con la protección de los componentes del vehículo.
El sistema start-stop representa un avance en términos de eficiencia energética y cuidado ambiental. Sin embargo, no está libre de efectos secundarios, especialmente en lo referente al desgaste del motor de arranque y la batería.
La clave está en el uso inteligente: aprovecharlo en los momentos adecuados, pero también saber cuándo desactivarlo para prolongar la vida útil del vehículo y evitar gastos innecesarios en mantenimiento.
La Verdad Yucatán