Vox sin Milei

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Vox sin Milei

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Vox celebra este fin de semana su festival político anual en Madrid sin Javier Milei en la tribuna de oradores. El año pasado, el entonces recién elegido presidente argentino fue la figura estelar del festival, celebrado en el mes de mayo, en el inicio de la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo. Milei acaba de sufrir un duro percance político en su país y ha anulado el viaje.

No habrá motosierra, pero sí euforia. Las cosas le están yendo bien a Vox. Desde que ingresó en la plataforma Patriotas por Europa (julio del 2024) se han robustecido. La victoria de Donald Trump en Estados Unidos (noviembre del 204) les ha ido objetivamente bien, pese a los aranceles. El tam-tam de los sondeos dice que el partido de la extrema derecha española sigue subiendo y ya supera el 17% en las proyecciones de voto. Seduce a muchos jóvenes, asusta al Partido Popular y podría ser una fuerza determinante en la próxima legislatura. Se calcula que en el último año más de un millón de antiguos votantes del PP se han pasado a Vox.

La formación que lidera Santiago Abascal aparece en las encuestas como el partido preferido entre los votantes más jóvenes, de 18 a 24 años. Hace poco más de una década, los más jóvenes se sentían mayoritariamente atraídos por Podemos. He ahí un fuerte contraste. Ahora el faro del descontento juvenil, sobre todo del descontento juvenil masculino, lo transporta la extrema derecha. Vox seria el partido más votado entre los jóvenes y empataría con el PSOE en la franja de edad en la que se hallan esos iniciales admiradores de Podemos, que hoy tienen entre 34 y 45 años. La oferta política de Abascal sólo encuentra fuertes resistencias entre los mayores de 65 años, estos es, entre los españoles que ya cobran la pensión y conservan un recuerdo vivo de las luchas políticas de la transición. La tensión generacional lleva en estos momentos el sello de Vox.

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En las preferencias presidenciales, Santiago Abascal supera a Pedro Sánchez entre los electores de 18 a 30 años, y se sitúa claramente por delante de Alberto Núñez Feijóo entre los electores de entre 18 y 40 años. Abascal saca diez puntos de ventaja a Feijóo entre los más jóvenes. El líder del Partido Popular le saca diez puntos a Abascal entre los mayores de 65 años. Feijóo no gana, sin embargo, en ninguna franja de edad, puesto que por delante siempre tiene a Pedro Sánchez. Son datos que aparecen en las tripas del último barómetro del CIS, dado a conocer esta semana. Al respecto retengan el siguiente dato. Ante la pregunta, “¿a quién prefiere como presidente del Gobierno?”, la respuesta mayoritaria entre los 18 y 45 años es “ninguno”.

Hay en estos momentos un enorme fastidio con la política y los políticos entre las personas más jóvenes y el partido que mejor destila ese malestar es Vox. En mi opinión pueden situarse pronto en una expectativa de voto del 20% capturando al Partido Popular en términos estratégicos. No hace falta superarle para efectuar esa captura. La captura se produce cuando el partido A empieza a copiar sistemáticamente los mensajes del partido B, para evitar que este le adelante. Empiezan a haber señales evidentes de ello.

Consciente de las corrientes de fondo, el actual grupo dirigente del PP intenta imitar el lenguaje de Vox. Feijóo ha encomendado esa tarea a Miguel Tellado, nuevo secretario general del partido conservador. El resultado es paradójico: cuanto más calienta el ambiente el PP, más sube Vox. Cuanta más tensión se acumula en el debate público, más fácil le resulta al PSOE aparecer como el ‘partido refugio’ de las izquierdas, puesto que el cisma Sumar-Podemos no ha dejado títere con cabeza. Sumar se mantiene clavado en un 6%, con ligeras oscilaciones, Podemos no supera el 4,5%. Esa escisión parece del todo irreparable y ayuda a Vox a aparecer como el principal foco de contestación. No todo se reduce a la clásica polaridad derecha-izquierda. Como ocurrió hace diez años, hay otro eje en tensión ante los ojos de mucha gente: los que están en la esfera oficial, los de toda la vida, y los que están ‘enfrente’. El partido de la extrema derecha es el que más seguidores tiene en las redes sociales Tik Tok e Instagram, las esfera digital de los más jóvenes, razón por la cual hace unos días hemos visto un video-clip en el que aparece Núñez Feijóo hombre habitualmente hierático, cantando “mi limón, mi limonero”, con el rótulo “Me gusta la fruta” (Eslogan acuñado por hace tiempo por el equipo de Isabel Díaz Ayuso para llamar “hijo de puta” al presidente del Gobierno).

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En pocas palabras, Vox le está abriendo un serio boquete al PP. Como señalábamos antes, se calcula que más de un millón de antiguos votantes del PP han cambiado de preferencia en favor del partido español que más se identifica con el huracán desatado por Donald Trump en Estados Unidos. Esa trasmigración de las almas empezó con la dana de Valencia y se ha vuelto a acentuar este pasado verano con los incendios forestales en el noroeste español en los que el PP no ha brillado como partido-gestor. Con la dana empezó la dinámica actual.

Vox celebra por tanto su festival anual en un clima eufórico. El presidente de los Estados Unidos les ampara, se aproximan al 20%, tienen asustado al Partido Popular, condicionan cada vez más su lenguaje, triunfan entre los más jóvenes y ya no son los últimos de la clase en el aula de la extrema derecha europea. Su alianza con Víktor Órban y Marine Le Pen hoy no parece excéntrica. Parece haberles salido rentable salir de los gobiernos autonómicos en los que formaba coalición con el PP (Comunidad Valenciana, Castilla y León, Murcia, Aragón y Extremadura). Hablan y no gobiernan. La dana valenciana no se los llevó por delante. Los incendios de este verano no les han chamuscado.

Vox forma parte de una corriente europea que está ganando peso e influencia en casi todos los países de la Unión. Los “patriotas” se sienten fuertes. La extrema derecha ha triunfado en Alemania, situándose como segundo partido. (AdF empata hoy con la CDU en los sondeos). El Reagrupamiento Nacional pueden ganar en Francia al ritmo que van las cosas. Chega es la segunda fuerza electoral en Portugal, por delante del Partido Socialista. Giorgia Meloni, con un perfil más pragmático, y Matteo Salvini, cada día más proruso, gobiernan juntos en Italia desde el 2022. Ley y Justicia ha logrado mantener la presidencia de Polonia. El nacional populista Andrej Babis puede ganar las próximas elecciones legislativas en Chequia. El Partido de la Libertad holandés puede ser el principal favorecido por el adelanto de elecciones en los Países Bajos. La extrema derecha de los fiordos acaba de situarse en segunda posición en Noruega, adelantando al partido conservador tradicional. Participan en el gobierno de Finlandia, influyen en el gobierno de Suecia, gobiernan, claro está, en Hungría (con riesgo de perder en primavera), y estuvieron a punto de conquistar la presidencia de Rumania hace unos meses. Es impresionante. Son la segunda fuerza en la mayoría de los países europeos. Si Vox alcanza el 20% en próximos sondeos puede ser determinante para la formación de un futuro gobierno en España.

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Hay motivos para la euforia, pero no habrá motosierra en el festival de Vistalegre. Javier Milei ha suspendido su viaje a Madrid porque debe ocuparse de los problemas que le han surgido en Argentina. Acaba de perder las elecciones provinciales en Buenos Aires y no ha sido una derrota por la mínima. Los peronistas le han propinado una paliza: más de trece puntos de ventaja. ¿Qué ha pasado? La provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 40% de la población de la Argentina, era el último gran bastión de los peronistas, de manera que Milei se lanzó al ataque “para clavar los últimos clavos en el ataúd del kichnerismo”. En pleno asalto se le paró la motosierra. Su inseparable hermana, Karina Milei, se ha visto envuelta en un oscuro caso de corrupción (presunto cobro de comisiones en la compra de medicamentos para los discapacitados), con grabaciones que le comprometen. Karina es el alter ego del presidente. El magnetismo de la motosierra parece que se ha roto. Hay elecciones legislativas en otoño y los libertarios se lo juegan todo en esa cita. En Madrid se ha producido estos días un discreto silencio sobre el castañazo electoral argentino.

Vox no contará este fin de semana con la presencia en directo del hombre de la motosierra, el gran espectáculo del año pasado, pero tienen motivos para la celebración. Cabalgan hacia el 20% y pueden capturar estratégicamente al Partido Popular.

lavanguardia

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