El Gobierno desconecta sus altavoces ante un PP que recrudece su ofensiva

Asediado por la sucesión de escándalos de presunta corrupción que impactó en el Gobierno y en el PSOE, hasta el propio Pedro Sánchez admitió con cierto alivio que “julio ha sido mejor que junio”, ya que logró sobrevivir a un fin de curso político muy convulso.
En la Moncloa suspiraban por llegar vivos a agosto y, una vez conseguido, según sus análisis, confían en que el paréntesis veraniego sirva para “rebajar” un clima de enorme crispación política que se traduce en agria polarización social.
Así que la estrategia de Sánchez y del Ejecutivo es entrar en modo de desconexión total, sin agenda ni altavoces, durante este mes agosto. Pero todo el espacio político y mediático que deja libre el Gobierno, en plena canícula, se apresura a intentar ocuparlo el Partido Popular. Los socialistas se bajan del ring de la confrontación en agosto, pero los populares se mantienen en la lona. Y perseveran en asestar puñetazos a diestro y siniestro, aunque sea al aire.
Ya lo advirtió el secretario general del PP, Miguel Tellado, el pasado miércoles, en una rueda de prensa convocada en la sede de Génova. “Pedro Sánchez podrá pasarse un mes en la tumbona, pero el PP no va a dejar de denunciar los desmanes del Gobierno”, resaltó.
El ministro de la Presidencia y Justicia, el socialista Félix Bolaños, respondió con ironía, desde la playa, ante la catarata de comparecencias parlamentarias que cada día de agosto están exigiendo los dirigentes populares. “Ha sido salir unos días de Madrid y dispararse el furor por el debate estival en el PP”, replicó Bolaños.
Tellado advierte que Génova perseverará en sus denuncias aunque Sánchez se pase “un mes en la tumbona”“Buen verano a todos y todas”, se despidió Pedro Sánchez tras su última comparecencia pública desde Palma de Mallorca, el 29 de julio, después de su tradicional audiencia con el Rey en Marivent. “Las vacaciones están sobrevaloradas”, bromeó en cambio Alberto Núñez Feijóo tras su comparecencia de cierre del curso político, el 31 de julio. Ante el revuelo causado, no obstante, el líder del PP advirtió el pasado domingo desde la Festa do Albariño de Cambados, en Pontevedra: “A quien no sabe distinguir una broma yo le diría, tómate un albariño y descansa”. Y también trasladó “mucho ánimo a quienes tienen que trabajar en agosto”.
El presidente del Gobierno ya llegó con su familia el sábado pasado, 2 de agosto, a La Mareta, la residencia de Patrimonio Nacional en la isla de Lanzarote donde suele desconectar en verano y otros breves períodos de vacaciones. Y todo el Gobierno entró en modo desconexión.
La sucesión de escándalos, que alcanzó su punto álgido el 12 de junio al desvelarse el demoledor informe de la UCO sobre el hasta entonces secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, acabaron siendo “una tortura”, según admitieron en la Moncloa, que además eclipsaron toda la iniciativa política del Gobierno. “Llevamos un mes así, estamos hartos”, lamentaban. Y se marcó el objetivo de llegar a agosto, para abrir un amplio paréntesis que logre reducir el diapasón de la confrontación política. El Consejo de Ministros no está previsto que se vuelva a reunir hasta el próximo 26 de agosto.
Tras la salida de escena de Sánchez, las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, y los ministros José Manuel Albares, Elma Saiz o Mónica García, aún concedieron entrevistas en distintos medios. Pero la agenda del Gobierno empezó a languidecer hasta casi desaparecer. Aunque la polémica de Jumilla obligó a movilizar a la ministra de Inclusión, Elma Saiz, o la secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, para apretar las tuercas al PP.
Esta semana, en cambio, se convocó una sucesión de comparecencias de dirigentes del PP –Miguel Tellado, Juan Bravo, Alma Ezcurra, Elías Bendodo...–, para mantener viva la llama de su ofensiva por los casos de presunta corrupción en el Ejecutivo y el PSOE. Tanto por el contrato del Gobierno adjudicado a la multinacional china Huawei, como para aprovechar la primera entrevista desde prisión de Santos Cerdán, que La Vanguardia publicó el martes.
“Ha sido salir unos días de Madrid y dispararse el furor por el debate estival en el PP”, ironiza Bolaños“No vamos a hacer ninguna valoración”, coincidieron en cambio en la Moncloa y Ferraz. Su objetivo es tratar de desinflamar el clima de confrontación política para recuperar el aliento y la iniciativa. Ya llegará septiembre para volver a la carga.
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