La lluvia merma la sal

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La lluvia merma la sal

La lluvia merma la sal

El exceso de lluvia es siempre un enemigo para la producción de sal marina. La dana del pasado otoño y las precipitaciones generosas de invierno han mermado la cosecha en las salinas de la Trinitat, en el delta del Ebro. La empresa catalana Infosa, concesionaria de la histórica explotación, ha empezado a recolectar la sal y tiene bastante claro que habrá una merma de la producción.

Las cifras estarán un 10%-20% por debajo de la media histórica de las salinas, ubicadas en un entorno natural protegido. Ha sido un año marcado por las lluvias, lo que sumado a la dana de otoño ha provocado que la producción se haya retardado. El sol y el viento son los mejores aliados.

La previsión es que se puedan recolectar entre 80.000 y 90.000 toneladas de sal, entre un 10% y un 20% menos

Sí que han jugado a favor las condiciones favorables de este verano, sin apenas lluvia y con elevadas temperaturas. El resultado final, entre 80.000 y 90.000 toneladas. La media se sitúa por encima de las 100.000 toneladas.

“La calidad de la sal será muy buena”, destaca Joan Sucarrats, consejero delegado de Infosa. “No es una gran cosecha debido a que en primavera e invierno llovió bastante,”, recuerda. La falta de precipitaciones, aunque pueda parecer una paradoja, beneficia la producción de sal marina. Hace un año, tras tres ejercicios de histórica sequía, se alcanzaron las 120.000 toneladas. El récord está en las 140.000 toneladas anuales.

Lee también La sequía beneficia a la cosecha de sal del delta del Ebro, que podría llegar a 120.000 toneladas ACN
Montaña de sal en las instalaciones de Infosa.

Sí que ha sido un buen año para la flor de sal, el producto más gurmet de Infosa, destinado a la restauración. La cosecha se ha situado alrededor de las 30.000 toneladas. Se trata de una sal que se recolecta de forma artesanal en la parte más superficial del agua. Su recogida empieza antes, en mayo, pero finaliza con la salinada .

Un 70% de la sal producida en el delta del Ebro se exporta, sobre todo a países de la UE. El uso principal de esta sal es industrial (80%-85%). Parte de ella se utiliza para la limpieza del agua de las piscinas, negocio en expansión; el mantenimiento de carreteras cuando hay nevadas o heladas, y para la producción agroindustrial. Solo un 20% va al sector de la alimentación.

La recolección se prolongará ahora durante un par de semanas (17-18 días) y se prevé, si no hay ningún imprevisto relevante, finalizar alrededor del 11 de septiembre. Durante la salinada , la clave vuelve a estar en la meteorología. Un temporal sería de nuevo el peor enemigo de las máquinas y los operarios. “Esperemos que el tiempo nos deje trabajar, que no haya ningún temporal”, dice Sucarrats. El acceso a las salinas es muy frágil, en la barra del Trabucador.

La salinada moviliza a 120 trabajadores, la mitad de ellos empleados fijos. La cosecha de la sal es una actividad tradicional en el Delta, con sus orígenes a finales del siglo XIX. Entonces todas las toneladas de sal se recogían de forma manual.

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