Por qué posponer la alarma es una mala idea para estar sanos
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¿Posponer la alarma varias veces puede afectar a nuestra salud del sueño? La respuesta corta es... sí. Nos ha pasado a todos, puede que bastante a menudo. Suena la alarma y, en lugar de levantarnos directamente, pulsamos el botón de repetición -dentro de 5 o 10 minutos- y nos volvemos a dormir. Esos minutos extra parecen un regalo, pero ¿lo son realmente?
La duración recomendada del sueño nocturno para adultos oscila entre 7 y 9 horas (más tiempo siempre para las mujeres, que necesitan más tiempo de sueño fisiológicamente hablando).
Sin embargo, en las últimas décadas, se ha observado una tendencia a no cumplir esta recomendación, lo que puede aumentar el riesgo de complicaciones de salud física y mental. El sueño es un proceso fisiológico indispensable que no deberíamos aplazar o evadir ni por motivos profesionales ni personales.
Es más, en un nuevo estudio liderado por investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard realizaron un experimento con usuarios de una aplicación para smartphones que monitorea el sueño para explorar los datos sobre el uso o desuso de la alarma con repetición y las conclusiones que obtuvieron deberíamos tenerlas todos en cuenta. La base de datos incluyó seis meses de datos de 21.222 usuarios de la aplicación y más de 3 millones de sesiones de sueño de usuarios de cuatro continentes.
¿Qué ocurre cuando pausamos la alarma varias veces?El primer grupo apenas cayó en la tentación de posponer la alarma: una o dos veces, con apenas tres minutos de retraso. El segundo grupo, algo más indulgente, presionó el botón dos veces, alargando el despertar poco más de seis minutos. Pero fue el tercer grupo el que realmente se rindió al famoso 'cinco minutos más'. Estos dormilones reincidentes pulsaban la alarma hasta cuatro veces cada mañana, permaneciendo cerca de 20 minutos atrapados en ese limbo brumoso entre el sueño y la vigilia.
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El uso de la alarma con repetición fue más frecuente entre semana (de lunes a viernes) y menos frecuente los fines de semana (sábado y domingo). Durante la semana laboral, los individuos tienen horarios fijos y alarmas más tempranas, por lo que es más probable que pulsen la función de posponer la alarma para dormir un poco más. Los fines de semana se suele eliminar esa presión de levantarse a una hora específica.
Así, los datos que obtuvieron en promedio fueron los siguientes: más de la mitad de nosotros pulsamos la alarma del despertador y pasamos un promedio de 11 minutos más durmiendo. Esto equivale a una pérdida mensual de casi una noche de sueño de 6 horas. Desafortunadamente, esto no es bueno para nuestra salud. "La alarma del despertador interrumpe algunas de las etapas más importantes del sueño. Las horas previas al despertar son ricas en sueño REM (sueño con movimientos oculares rápidos)", afirma la autora principal del estudio recogido en la revista Scientific Reports, Rebecca Robbins, quien trabaja en la división de medicina del sueño y trastornos circadianos del Hospital Brigham and Women's de Boston. "Por lo tanto, si pulsas la alarma y esta te interrumpe en esa etapa vital del sueño, el sueño que consigas después de pulsar la alarma será en realidad un sueño ligero y fragmentado", añade.
¿Vale la pena pulsar la alarma? Está claro que por la salud, no. La mejor manera de optimizar tu sueño y tu rendimiento al día siguiente es programar la alarma lo más tarde posible y comprometerte a levantarte en cuanto suene la primera, según los expertos.
Y es que tanto tu cerebro como tu estado de ánimo agradecerán que dejes de pausar la alarma por las mañanas.
¿Posponer la alarma varias veces puede afectar a nuestra salud del sueño? La respuesta corta es... sí. Nos ha pasado a todos, puede que bastante a menudo. Suena la alarma y, en lugar de levantarnos directamente, pulsamos el botón de repetición -dentro de 5 o 10 minutos- y nos volvemos a dormir. Esos minutos extra parecen un regalo, pero ¿lo son realmente?
El Confidencial