El joven que quiere darle a Colombia su primer título mundial en café filtrado

Tiene apenas 20 años y ya representa a Colombia en uno de los escenarios más importantes del café de especialidad. Sebastián Martínez López, nacido en Circasia, Quindío, se acaba de coronar campeón nacional de cafés filtrados. Y como si eso no fuera suficiente, en 2026 representará al país en el World Brewers Cup, una competencia internacional donde lo técnico se mezcla con lo sensorial, y donde el barista no solo debe preparar café: debe contar una historia y conectar al público con ella, como lo hace Sebastián desde que era pequeño.
Su escuela fue la finca de su abuelo, el campo colombiano, las manos curtidas de los caficultores y el aprendizaje compartido con jóvenes como él, que hoy están revolucionando el mundo del café en el país.
Sebastián, naciste y te criaste en una tierra muy cafetera. ¿Cómo fue crecer rodeado de esa cultura?
Acá el café está en todo. Lo respiras, lo ves, lo escuchas en las conversaciones. Pero en mi caso, la conexión más directa vino a través de mi abuelo. Él vive en una vereda y tiene una pequeña finca donde cultiva distintos productos, entre ellos café. Desde que tenía unos 4 o 5 años, yo lo acompañaba a recoger granos, a secarlos al sol, a trillarlos de forma manual. Era un plan más de familia que otra cosa, pero con los años entendí el valor de esos momentos. Ahí nació ese vínculo que después se volvió pasión.

Sebastián Martínez, World Brewers Cup. Foto:Federación Nacional de Cafeteros de Colombia
Y ahí quiero preguntarte, ¿tu historia es una excepción hoy en día o sientes que los jóvenes aún tienen esa conexión con el campo?
Yo creo que todavía hay cariño por la tierra, pero sí hay un cambio generacional muy fuerte. Muchos jóvenes quieren dejar la vereda, buscan irse a las ciudades, estudiar otra cosa. Y no los juzgo; todos tenemos derecho a buscar nuestro camino. Pero también creo que parte de eso viene de no conocer todas las oportunidades que el campo y el café aún ofrecen. La Federación de Cafeteros y Cafés de Colombia han hecho esfuerzos grandes por mostrar que sí hay futuro, que se puede innovar, que el campo no es sinónimo de atraso. Yo soy ejemplo de eso. Si no hubiera visto esa posibilidad, quizás también habría tomado otro rumbo.
¿Ya desde pequeño soñabas con ser barista o eso vino después?
No, eso llegó mucho después. De niño, como te digo, me gustaba ayudar a mi abuelo, pero no lo veía como una vocación. Fue cuando terminé el colegio y entré al Sena que realmente me enamoré del café. Ahí conocí a personas que me abrieron los ojos, que me mostraron que el café no solo es una bebida, sino un universo completo. Me quedé por la gente, por lo que se vive en comunidad, por el respeto que hay hacia la tierra y el producto. Desde ese momento, no he parado.
¿Y qué fue lo que te atrapó más rápido en ese universo: el sabor, la técnica, la historia…?
Sin duda, la historia. Las personas. El café puede saber delicioso, claro, pero lo que lo hace especial es todo lo que hay detrás. La cadena que empieza en el caficultor, que pasa por el tostador, el barista y termina en la taza. Conocer todo ese proceso, entenderlo y luego poder comunicarlo me pareció fascinante. Y lo mejor es que, aunque uno participe en campeonatos y haya competencia, en esta industria hay una hermandad que yo nunca había visto en ningún otro entorno. Hay ganas de ayudar, de compartir, de ver crecer al otro.

Sebastián Martínez, World Brewers Cup Foto:Federación Colombiana de Fútbol
Para alguien que no sabe nada del tema, ¿qué es un barista y qué hace realmente?
El barista es, en teoría, quien prepara bebidas a base de café. Pero para mí va más allá. Es quien conecta mundos. Somos el puente entre el caficultor y el consumidor. Entendemos el proceso, respetamos el grano, lo tratamos con cuidado y luego lo convertimos en una experiencia. Cuando alguien se toma un café está viviendo un momento consigo mismo o con otros. Y nuestra labor es hacer que ese momento tenga sentido. El barista no solo sirve café: cuenta una historia, transmite emociones, conecta personas.
Volvamos al Sena, una institución muy respetada en Colombia y que significa mucho para una buena cantidad de jóvenes. En tu caso, ¿qué representó para ti esa etapa y qué aprendiste allí?
Significó muchísimo. Aprendí lo técnico, claro: tostión, trilla, métodos de preparación, evaluación sensorial. Pero lo más importante fue lo humano. Ahí conocí a Henry Patiño, quien se convirtió en mi entrenador y mi guía. Él creyó en mí desde el primer momento. Me enseñó a disciplinarme, a ver esto como una profesión seria. Además, en el Sena uno se encuentra con otros jóvenes igual de apasionados, con ganas de aprender, y eso lo hace todavía más enriquecedor.

Sebastián Martínez, World Brewers Cup Foto:Federación Colombiana de Fútbol
Ahora eres campeón nacional en este mundo del café. ¿Es común que alguien de 20 años gane este tipo de competencias o eso está reservado habitualmente para gente más adulta y con más experiencia?
No es lo usual. Generalmente participan personas con más experiencia. Pero cada vez hay más jóvenes que se están metiendo con fuerza en esto. Y eso es gracias a todo el trabajo que han realizado la Federación y otras organizaciones para motivarnos. Espacios como el Campeonato Nacional de Filtrados, que se hizo en Medellín, o la feria de Cafés de Colombia Expo en Bogotá, son claves. Ahí vemos que sí se puede, que tenemos talento, que podemos llegar lejos.
Cuéntame una cosa, ¿cómo es esa comunidad de baristas jóvenes en Colombia?
Muy unida, muy solidaria. Aunque vengamos de diferentes tiendas, regiones o empresas, hay un espíritu de colaboración muy bonito. Nos damos consejos, nos apoyamos en los campeonatos. En la final sentí que los demás creían más en mí que yo mismo. Me animaban, me decían que iba a ganar, y eso me dio una fuerza impresionante. Ese tipo de compañerismo no se ve en todas partes.
Háblanos del café con el que ganaste. ¿Qué lo hacía tan especial?
Fue una combinación de dos variedades: Sudan Rumé, con proceso black honey, y Geisha, con proceso lavado. El Sudan era más intenso, con notas frutales fuertes; el Geisha, más delicado, floral. Al combinarlos, logramos un perfil muy complejo, con notas a limonada de albahaca, cocada, lulo, piña… ¡una cosa loca! Y lo mejor: fue cultivado en Circasia, en la finca Campo Hermoso, de Edwin Noreña. Poder trabajar con un productor de la misma región fue muy emocionante. Ganamos juntos.

Sebastián Martínez, World Brewers Cup Foto:Federación Colombiana de Fútbol
¿Cuál dirías que es la región que produce el mejor café de Colombia?
¡Uy! Yo no creo que haya una sola. Toda Colombia produce un café increíble. He probado cafés de Huila, Nariño, Tolima, Antioquia, y todos tienen perfiles únicos. Esa diversidad es una de nuestras mayores fortalezas. No se trata de competir entre regiones, sino de entender que cada una aporta algo valioso al panorama cafetero nacional.
Mira esto, si quisieras enamorar a alguien de tu generación con un buen café filtrado, ¿cómo lo prepararías? ¿cómo sería ese café?
Sin complicaciones, je, je. Nada de balanzas, temperaturas o tiempos. Solo prepararía el café y me sentaría a charlar con esa persona. Le contaría de dónde viene, quién lo cultivó, por qué lo elegí. Y lo dejaría disfrutar. Si siente algo distinto, genial; y si no, también está bien. Esto es un proceso; se va aprendiendo poco a poco. Lo importante es que vea que hay pasión, historia y humanidad detrás de una taza.
Como joven cafetero que eres, ¿qué le pedirías al Gobierno, Sebastián, o a las autoridades cafeteras de este país?
Les pediría que sigan apostándoles a los jóvenes, como lo han hecho últimamente. Programas como Idéate, que apoya ideas innovadoras en el campo, o las capacitaciones que se han hecho en Antioquia y Risaralda han sido fundamentales. Hay que seguir impulsando esas iniciativas y llevarlas a más regiones. Los jóvenes necesitamos ver que sí hay opciones en el campo, que no hay que irse para encontrar oportunidades.
¿Y qué le dirías a un joven que hoy está dudando entre seguir en el campo o irse a la ciudad?
Le diría que se escuche, que se tome el tiempo de descubrir qué lo mueve. Si siente pasión por el café o por el campo, que lo intente. Que no le tenga miedo a caer, porque de eso también se aprende. Y que sepa que hoy, más que nunca, hay caminos reales para quedarse, para emprender, para crecer desde la tierra. El café es futuro. Y el campo también.

Cafeteros. Foto:Banco de Bogotá
Hablemos de lo que viene. Vas a representar a Colombia en el World Brewers Cup. ¿Cómo te estás preparando y qué esperas ?
Mi sueño es traer ese título mundial a Colombia. Es algo que nunca ha pasado y sería histórico. Apenas estamos comenzando la preparación, pero ya estamos buscando recursos, planeando entrenamientos, ajustando el concepto. Hay que hacerlo todo en inglés, lo que suma un reto más. Pero tenemos ganas, disciplina y, sobre todo, amor por lo que hacemos. La Federación nos apoya, pero también estamos movilizándonos por nuestra cuenta para que todo salga bien. Va a ser duro, pero estamos listos para dejarlo todo en la cancha, como se dice.
Y, por último: hoy tienes 20 años. ¿Cómo te imaginas cuando tengas 40?
Me veo enseñando, compartiendo todo lo que he aprendido. Quiero impulsar nuevos baristas, apoyar campeonatos, ferias, procesos. Me gustaría ser parte de esa transición generacional que tanto necesita el café. Mostrar que se puede vivir de esto, que se puede construir desde el campo. Quiero seguir conectado con la tierra, con las personas, con la historia del café. Y, ojalá, ser recordado como alguien que ayudó a abrir camino para muchos más.
Sebastián Martínez aún no ha cumplido los 21, pero ya inspira como si llevara décadas en esto. Su historia es la de un joven que volvió al origen, al campo, al café, y que hoy representa lo mejor de una nueva generación: técnica, pasión y sentido de comunidad. La cita es en 2026, en el mundial. Y sí, con Sebastián vale la pena tomarse un buen café.
eltiempo