Acuerdo Migratorio | Defensa Migratoria: Escalada en el Canal de la Mancha
Francia y Gran Bretaña buscan nuevas maneras de frenar el creciente número de travesías de migrantes en barco por el Canal de la Mancha. Solo en el primer semestre de 2025, más de 20.000 personas cruzaron la frontera, aproximadamente un 50 % más que en el mismo período del año anterior. Por lo tanto, la cuestión de las embarcaciones pequeñas es un tema central de la visita de Estado de tres días de Emmanuel Macron al Reino Unido. El martes, el presidente francés se reunió con el primer ministro Keir Starmer para mantener conversaciones bilaterales en Downing Street, y está prevista una conferencia para el jueves.
Entre los temas que se están debatiendo se encuentra un acuerdo de readmisión para personas que han salido de la Unión Europea con destino al Reino Unido sin documentación . Sin embargo, la atención se centra en nuevas medidas operativas a lo largo de la costa francesa. Esto se debe a un cambio de estrategia que ya se ha hecho evidente en los últimos meses: las fuerzas francesas detienen cada vez más embarcaciones, incluso después de que ya han entrado en el agua. Según la legislación vigente, esto es ilegal: la policía o la gendarmería solo pueden intervenir hasta que las embarcaciones hayan sido botadas.
Según el Ministerio del Interior francés, en el futuro las unidades de gendarmería estarán autorizadas a detener activamente embarcaciones hasta 300 metros de la costa, es decir, a abordarlas o inutilizarlas. Se espera un decreto correspondiente en julio. Si bien la parte británica admite que estas operaciones son complejas operativa y jurídicamente, la dirección política es clara: esta nueva práctica se considera clave para combatir la migración.
Los tabloides británicos van más allá, informando sobre supuestos nuevos métodos de la policía francesa: según informes, los agentes están investigando el uso de redes en aguas poco profundas para bloquear las hélices de las embarcaciones e impedir la salida, a veces incluso de motos acuáticas. Esto aún no ha sido confirmado ni por las autoridades británicas ni francesas. Una idea similar ya se debatió en 2022 durante la gestión de la entonces ministra del Interior británica, Priti Patel, pero se descartó rápidamente debido a problemas legales.
Las organizaciones civiles de rescate marítimo e incluso los sindicatos policiales advierten que los nuevos planes de ambos gobiernos ponen en riesgo la vida de las personas. La organización de ayuda francesa Utopia 56 documentó un caso en junio en el que una "pequeña embarcación" fue detenida en aguas poco profundas. Según un informe de la BBC, un incidente similar y peligroso ocurrió cerca de Boulogne el viernes, cuando la policía francesa rajó un bote neumático no lejos de la playa, con pasajeros ya cruzando el Canal de la Mancha. La ministra del Interior británica, Yvette Cooper, elogió entonces con insistencia las "nuevas e importantes tácticas" de Francia.
La muerte de Jumaa al-Hasan demuestra las consecuencias de la represión contra las embarcaciones que zarpan. El sirio de 27 años se ahogó durante una operación policial en el Canal Aa, en Gravelinas, la noche del 3 de marzo de 2024. Su caso fue objeto de una investigación de un año por parte de la revista digital "The New Arab", el proyecto mediático francés "Disclose", la ONG francesa Index y el grupo de investigación "Liminal".
Según la investigación, las autoridades francesas intentaron usar gas lacrimógeno para impedir que un grupo de refugiados subiera a una lancha neumática. Jumaa quedó atrapado entre un afluente del Canal de la Mancha y la policía, y finalmente saltó al agua presa del pánico. Se ahogó de inmediato. La policía estaba a la vista, pero no prestó ayuda. Los testigos informan que otros servicios de emergencia tampoco respondieron, a pesar de los avisos de los migrantes y una llamada de emergencia posterior. Los bomberos se desplegaron tarde y en el lugar equivocado. El cuerpo de Jumaa no fue descubierto por casualidad hasta 16 días después.
Las investigaciones no se dirigen a la aparente falta de asistencia, sino principalmente a los presuntos "traficantes". Estos supuestos "conductores de embarcaciones" suelen ser migrantes que se ganan la travesía con sus esfuerzos, por ejemplo, inflando la lancha o distribuyendo chalecos salvavidas. En Francia, desde 2024, pueden enfrentarse a cargos de homicidio por negligencia, según "The New Arab", que conllevan hasta 20 años de prisión y una multa de 1,5 millones de euros. En estos casos, se les acusa de participar en una organización criminal con resultado de muerte.
Jumaa al-Hasan tenía 27 años. Había perdido a dos hermanos en Siria y trabajaba en varios países para mantener a su familia. Tras huir por Argelia y España, quería ir a Gran Bretaña a estudiar y quizás algún día regresar a Siria. Sin embargo, murió en aguas francesas bajo la atenta mirada de la policía, una escena que pronto podría quedar amparada por la ley.
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