Por qué España se opone a las exigencias de Trump de un gasto del 5% para la OTAN

El país europeo terminó 2024 como el miembro de la OTAN que dedicó la menor proporción de su producción económica anual a defensa, quedándose por debajo del objetivo del dos por ciento establecido en 2014.

Ante las amenazas de Trump de retirar las garantías de seguridad estadounidenses a aquellos estados miembros que considere que no están haciendo lo suficiente, España ha anunciado un nuevo gasto que alcanzará el dos por ciento este año.

Pero Madrid se resiste a las sugerencias de que el objetivo debería aumentar al cinco por ciento, en vista de que una Rusia agresiva, cuya invasión de Ucrania se ha prolongado ya por cuarto año, amenaza a Europa.

Dado que Alemania y Polonia ya respaldan el nuevo índice, España podría encontrarse aislada entre sus aliados en la cumbre de la OTAN que se celebrará los días 24 y 25 de junio en La Haya.

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"Muchos países quieren el cinco (por ciento), lo respetamos... pero España cumplirá esos objetivos que nos marquemos", dijo la ministra de Defensa, Margarita Robles, al margen de una reunión de homólogos de la OTAN en Bruselas este mes.

"Lo realmente importante es que España cumpla con las capacidades y los objetivos" asignados por la OTAN y "no podemos ponernos un porcentaje", afirmó.

Para Félix Arteaga, especialista en Defensa del Real Instituto Elcano de Madrid, "razones políticas internas" están determinando la postura del Gobierno de coalición minoritario de izquierdas.

El primer ministro socialista, Pedro Sánchez, se enfrenta a un acto de equilibrio entre alinearse con los aliados de la OTAN y engatusar a su socio de coalición de extrema izquierda, Sumar, que es hostil a aumentar el gasto militar.

No ha presentado al Parlamento los planes de nuevo gasto de defensa de más de 10.000 millones de euros, lo que ha provocado críticas de sus aliados parlamentarios, cuyo apoyo es crucial para la viabilidad del gobierno.

La frágil coalición se ha tambaleado durante la última semana después de que un escándalo de corrupción que implica a uno de los miembros del círculo íntimo de Sánchez desató una crisis dentro de su partido socialista.

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'Barreras culturales'

En España, "la elevada fragmentación política dificulta alcanzar acuerdos similares a los de otros países" como Alemania, afirmó Santiago Calvo, profesor de Economía de la Universidad de las Hespérides.

Calvo también destacó las "delicadas" finanzas públicas, con una deuda española entre las más altas de la Unión Europea, con un 103,5 por ciento del producto interior bruto.

Esa cifra, sin embargo, ha disminuido en los últimos años, y el continuo y sólido desempeño económico debería dar al gobierno "margen" para gastar más, dijo Arteaga, quien en cambio identificó obstáculos "culturales".

La mayor distancia de la Península Ibérica con Rusia en comparación con países del este de Europa como Polonia "reduce la preocupación y la urgencia... no nos sentimos amenazados, no queremos entrar en conflictos armados", afirmó Arteaga.

"El Gobierno debe explicar a los ciudadanos españoles la necesidad de mostrar solidaridad" con los países del norte y del este de Europa, afirmó.

La ambigüedad también rodea la idea de invertir el cinco por ciento del PIB en defensa.

El jefe de la OTAN, Mark Rutte, ha mencionado el 3,5 por ciento del gasto militar en la definición tradicional del término para 2032, y el 1,5 por ciento restante se destinará a la seguridad en un sentido más amplio, incluida la protección de fronteras y la ciberseguridad.

En la cumbre de la OTAN "todo se reducirá a detalles" como la flexibilidad en la definición del gasto de defensa y el plazo para alcanzarlo, pronosticó Arteaga.

Robles aseguró que "España no vetará nada" en la cumbre, calificando a su país de "aliado constructivo".

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