Dünya Alem (16): ¿Está la cuestión kurda en un punto muerto? La oposición guarda silencio, el gobierno no inspira confianza. Explicaron Zeki Kılıçarslan y Mehmet Bekaroğlu.

La cuestión kurda y el proceso de paz, el asunto más acuciante de Turquía durante muchos años, siguen debatiéndose en el centro de la política. Si bien las negociaciones se llevan a cabo en diversas plataformas por iniciativa del gobierno, la falta de una adecuada inclusión de amplios sectores de la sociedad en el proceso refuerza la persistente desconfianza pública. Zeki Kılıçarslan, del Movimiento por la Justicia Social, y el político Mehmet Bekaroğlu, quienes se conocieron en el programa Dünya Alem (Mundo Mundial), presentado por İslam Özkan, ofrecieron análisis perspicaces sobre el progreso del proceso de paz, la falta de socialización y la conexión con Siria.
Zeki Kılıçarslan, del Movimiento por la Justicia Social, identificó el problema fundamental del proceso de paz como la "falta de socialización". Según Kılıçarslan, el gobierno, a pesar de ser el cerebro del proceso, se muestra reacio a abrirse a la sociedad:
El proceso de paz se desarrolla en un marco estrecho entre el gobierno y el BDP. Ni el gobierno ni la oposición han hecho esfuerzos serios para involucrar a la sociedad en el proceso. Sin embargo, la paz solo puede ser duradera si se convierte en un proyecto social aceptado por amplios sectores de la sociedad.
Kılıçarslan, señalando que el Movimiento por la Justicia Social observó grandes expectativas públicas en las reuniones que celebraron en varias ciudades, dijo: "La gente quiere la paz, pero no cree en la sinceridad del gobierno. La desconfianza es profunda".
Mehmet Bekaroğlu, al evaluar el enfoque de la oposición en el proceso, señaló que el MHP había realizado el mayor esfuerzo conjunto. Según Bekaroğlu, las manifestaciones "Turquía sin Terrorismo" organizadas por el MHP fueron las que generaron el mayor debate público sobre el proceso. Sin embargo, afirmó que la relegación del CHP a un segundo plano generó una deficiencia significativa:
El CHP no apoyó suficientemente el proceso. Esto puede deberse a la carga que los intentos fallidos del pasado han dejado en la memoria social. Sin embargo, esta actitud bloqueó el debate sobre el proceso de resolución desde una perspectiva democrática.
Bekaroğlu también afirmó que cada persona interpreta el proceso de forma diferente, por lo que crece la confusión. "Para algunos, la solución es simplemente silenciar las armas. Para otros, es el reconocimiento de los derechos culturales. Algunos hablan de modelos como la federación o la autonomía. Esta multiplicidad de voces dificulta encontrar puntos en común", afirmó.
Según Bekaroğlu, el tema principal que debería estar en el centro de los debates debería ser “la convivencia”:
Algunos círculos en Turquía consideran cada avance de los kurdos como una señal de división. Sin embargo, ese no es el punto. La verdadera cuestión es cómo las diferentes identidades pueden convivir sobre la base de la igualdad de ciudadanía. El proceso no puede avanzar sin una respuesta sincera a esta pregunta.
Uno de los temas de debate del programa fue Siria. Bajo la dirección del moderador İslam Özkan, el tema se centró en la dimensión regional del proceso de paz. La estructura kurda en el norte de Siria, en particular, se convirtió en un factor que influyó directamente en el curso de las negociaciones en Turquía.
Según Bekaroğlu, Turquía considera los avances de los kurdos en Siria como una amenaza a su propia unidad interna:
Ankara percibe cada derecho adquirido por los kurdos en Siria como un precursor de la división dentro de su propio territorio. Esta es una visión errónea. Es imposible considerar los acontecimientos en Siria desvinculados del proceso de paz interno. Es necesario reconocer que los logros allí también pueden representar oportunidades para la democratización de Turquía.
Zeki Kılıçarslan expresó una opinión similar: "La cuestión siria se ha convertido en uno de los mayores obstáculos para el proceso de paz. El gobierno está limitando su acción interna debido a las presiones de la política exterior" .
Un tema común destacado por ambos oradores es la falta de confianza en el proceso de paz. Argumentan que, a pesar del amplio apoyo público a la paz, las negociaciones a puerta cerrada están socavando esta confianza .
Bekaroğlu afirmó: «La falta de transparencia del gobierno está alejando a la sociedad del proceso. La paz es posible mediante una voluntad social compartida, más allá de los cálculos políticos estrechos», mientras que Kılıçarslan añadió: «Si el proceso no se nutre de la energía del pueblo, no será sostenible».
El programa también abordó cómo los partidos de oposición deberían abordar el proceso. El silencio del CHP, el escaso atractivo del partido DEM para el público de base y la torpe postura del AKP se citaron como los principales obstáculos para que el proceso se hiciera más público.
Bekaroğlu afirmó: «Si la oposición no apoya el proceso, el gobierno no puede asumir la carga solo. Esto hace que la paz sea frágil».
Según la imagen del programa, el proceso de paz se encuentra confinado en un espacio limitado. Las negociaciones del gobierno tienen dificultades para generar confianza porque no logran llegar a amplios segmentos sociales. La apatía de la oposición y los acontecimientos regionales agravan aún más esta fragilidad.
En palabras de Zeki Kılıçarslan, “La paz no puede ser permanente a menos que sea internalizada por la sociedad”, y en palabras de Mehmet Bekaroğlu, “A menos que la idea de vivir juntos se discuta sinceramente, el proceso está condenado a ser bloqueado”.
Las medidas adoptadas para resolver la cuestión kurda están directamente relacionadas con los acontecimientos regionales y el equilibrio político interno. Turquía debe inspirar confianza en su propia sociedad y evaluar con serenidad la dinámica en los países vecinos. De lo contrario, el proceso de resolución podría derivar en una decepción que frustre las esperanzas de la población.
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