Una planta invasora amenaza con arrasar un pueblo pesquero en Colombia

En un pueblo sobre pilotes en Colombia, los pescadores lanzan sus redes en busca de pescado para comer y vender. En cambio, encuentran una planta invasora que crece sin control y amenaza con desplazarlos, como en los peores años del conflicto armado.
Con techos de zinc y paredes de madera, las coloridas casas de Nueva Venecia fueron construidas sobre los pantanos de Pajarales en el Caribe colombiano, rodeadas desde finales del año pasado por Hydrilla verticillata, una planta acuática de color rojo verdoso originaria de Asia.
Común en acuarios, se supone que la planta entró al país de forma ilegal.
Su crecimiento sobre la superficie del agua impide la pesca y dificulta la navegación en esta zona sin caminos asfaltados y rodeada de casas levantadas sobre pilotes de madera.
"Estamos atrapados porque no tenemos a dónde correr", dijo a la AFP Enrique Gutiérrez, un pescador de 80 años que teme la escasez de pescado, principal fuente de alimento y sustento de la economía local.
Los residentes protestaron en las calles para exigir al gobierno un plan para erradicar la planta. La semana pasada, el Ministerio de Medio Ambiente calificó el problema ambiental como una "invasión" y anunció la creación de un comité para buscar soluciones.
Al igual que Gutiérrez, Aníbal Antonio Rodríguez, de 70 años, está considerando mudarse. "¿Qué vamos a hacer con toda esta vegetación aquí arriba?", pregunta. "No podemos ir a pescar en canoa como antes".
– Difícil de matar –
En algunas partes del pantano, la maleza apenas permite el paso de las canoas por un paso estrecho. Hace semanas, los residentes intentaron quitar la maleza con maquinaria, pero volvió a crecer.
La autoridad ambiental de la zona (CORPAMAG) estimó en agosto que la planta había invadido siete kilómetros de la región. Un artículo de la Universidad Javeriana estima que crece 1,2 km al mes.
Las condiciones del lugar, donde el agua del mar se mezcla con sedimentos del río Magdalena, favorecen su expansión, explica el biólogo y profesor de la Universidad Javeriana Carlos Rivera.
“Una vez enraizada, la planta forma grandes masas”, “generalmente, cuando estas especies invasoras entran a un lugar, es muy difícil eliminarlas”.
La base de datos mundial de especies invasoras estima que los tallos de Hydrilla verticillata pueden alcanzar nueve metros de longitud.
- Hambre -
Zuleima de la Hoz, auxiliar de enfermería del centro médico local, comenta que desde la llegada de la planta, los casos de niños con enfermedades gastrointestinales han aumentado. Las aguas residuales de Nueva Venecia no pueden circular debido al espesor de la planta.
César Rodríguez, presidente de la asociación civil local, denuncia la falta de atención de las autoridades.
“Hay familias que pasan hambre”, se queja. “Sería lamentable que, después de haber sido desplazados por la violencia en el año 2000, ahora tengamos que mudarnos porque el Estado no cumple con su deber de protegernos”.
El control de las especies invasoras es una de las prioridades del planeta establecidas en las más recientes cumbres de la ONU sobre biodiversidad, junto con la sobreexplotación de los recursos, el cambio climático y la contaminación.
“Salimos a pescar y no hacemos nada porque los peces están escondidos entre las algas y no podemos trabajar”, se queja William Retamoso, de 52 años.
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IstoÉ