Vitorino “a punto de tomar una decisión” mientras alimenta al elefante presidencial
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António Vitorino estaba allí para “hablar de migración en general y no de migración a Belém”, pero el tema era tan ineludible que él mismo se divirtió, durante sus diversas intervenciones durante el debate en el auditorio de la Facultad de Derecho, alimentando el suspenso sobre una posible candidatura presidencial. Dijo a los periodistas que está “ a punto de tomar una decisión” y aseguró que, mientras tanto, no tiene intención de “crear inestabilidad” en el PS.
“No quiero crear ningún suspenso en torno a esto”. Interrogado por los periodistas a la salida de la conferencia de SEDES Jovem sobre el futuro del país, Vitorino negó dos veces cualquier intención de “crear inestabilidad”: “Tengo mi propio proceso de toma de decisiones y pido que lo respeten”. Luego se fue, sin cruzarse con el orador que, a esa hora, ya tenía el auditorio más lleno de ese día: Gouveia e Melo.
Los dos últimos días políticos estuvieron marcados por la conferencia que reunió a los actuales candidatos presidenciales y Vitorino optó por no ignorar el elefante en la habitación (e incluso le tiró algunos cacahuetes). Nada más tomar el micrófono, en el panel de la conferencia dedicado a las migraciones, habló de las “expectativas creadas” en torno al evento: “Supongo que se debe al desfile de ponentes”. E incluso habló con un amigo que, quizá por eso, le dio un consejo: “A ver si te hace daño, un tema tan tóxico” . “No sé qué podría estar pensando que pudiera hacerme daño. “Creo lo contrario: si queremos pensar en Portugal sin tabúes, tenemos que pensar en la migración”.
Vitorino ingresa al desfile de candidatos presidenciales en el SEDES. Y también en la agenda del PS
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En cuatro intervenciones, durante el debate de una hora junto al eurodiputado Paulo Cunha y la profesora de Derecho Ana Rita Gil, el socialista tomó el terreno en el que se mueve como pez en el agua para intentar tocar otros puntos que lo exceden e incluso coincidir y discrepar con el Gobierno de turno: “No hay nada como mantener el equilibrio en estas cosas, quién sabe por qué…”
El llamado “equilibrio” estuvo entre los elogios a la promoción del diálogo con el mundo empresarial impulsado por el Gobierno, para garantizar condiciones “dignas” de acogida a quienes llegan del extranjero a trabajar en el país, y las críticas a la prohibición de acceso a los servicios sanitarios a los inmigrantes en situación irregular. “Me parece mal” , consideró Vitorino, quien consideró que se trata de “un tema muy sensible y decisivo para garantizar la integración”.
Pero el corte profundo fue realmente con el discurso “populista” , con el primer indicio en este sentido apareciendo en los primeros minutos de la intervención, cuando atacó la “fantasía de que los inmigrantes vengan a vivir a costa del Estado Social”, apuntando a los números: “Había 700 millones de prestaciones para la Seguridad Social”. Y no quedó ahí, después subió el tono para hablar de la “forma perezosa, demagógica y fácil” de solucionar los problemas “culpando a los inmigrantes”.
Una batalla que también se libró al abandonar el país y trasladarse a la perspectiva europea en lo que respecta a los refugiados que ingresaban por estas fronteras. Defendió la “solidaridad” europea y trató de deconstruir la “percepción” de una ola de refugiados diciendo que “hay 40 millones de refugiados y, de ellos, el 80% están en países en desarrollo (Uganda, Kenia, Etiopía y Turquía), el número en Europa y el mundo desarrollado es minúsculo en relación al número global de refugiados a escala planetaria”.
Al defender “políticas migratorias que se beneficien de un amplio consenso”, Vitorino también habló del “ruido en el aire” que existe en este momento, es decir, “la tentación populista de hacer de los inmigrantes el chivo expiatorio de todos los males sociales del país cuando no son resultado de los inmigrantes”. La declaración se inscribe en el marco de su función como presidente del Consejo Nacional de Migración y Asilo, pero Vitorino quiso ir más allá y enumeró estos “males sociales”.
“La caída de la productividad, las dudas sobre el funcionamiento del ascensor social , el envejecimiento de la población, la pérdida de cualificaciones y la emigración de los jóvenes portugueses”, enumeró el socialista sobre el país. En cuanto a quienes quieran entrar, Vitorino sostiene que la respuesta no debe ser a través de la “política fácil de ‘venga el que venga’”, sino una “política migratoria proactiva y no reactiva”.
“Debemos tener una actitud positiva a la hora de captar inmigrantes”, dijo al tiempo que elogió el diálogo que el Gobierno quiere establecer con las asociaciones empresariales. Su enfoque sigue el ejemplo de Canadá y consiste en buscar primero “las necesidades u oportunidades que existen” en el país —y que “potencian la capacidad de los inmigrantes para alcanzar sus objetivos”— y establecer “el apoyo necesario para garantizar un flujo migratorio que responda al deseo de las personas que quieren entrar, pero que responda a las necesidades de acogida”.
En cuanto al resto, se ha dejado para “pronto”, en una espera que ha dejado a algunos socialistas —poco inclinados hacia la hipótesis de un António José Seguro que ya está en el terreno presidencial— expectantes y emocionados de ver a Vitorino aparecer en un panel como el que ha tenido lugar en la Facultad de Derecho durante estos dos días. Pero no estoy seguro de que haya una lectura más allá de eso.
observador