Rutas fáciles, buena gastronomía y la posibilidad de ver un oso en el valle más tranquilo de Asturias

Cerca de la frontera con León y a un paso de Cantabria, el Parque Natural de Somiedo es uno de los rincones más tranquilos y auténticos de Asturias. Aunque a veces se queda eclipsado por otros valles más famosos, Somiedo es uno de los destinos más completos y menos masificados.
Declarado Parque Natural y Reserva de la Biosfera, ha logrado conservar su biodiversidad, su arquitectura tradicional y una forma de vida que en muchos lugares ya se ha perdido. El estar alejado de los circuitos más visitados, ha ayudado a mantener su esencia y también a que siga siendo un lugar en el que se respira paz.
En busca del oso
Somiedo es uno de los mejores lugares de la península para observar osos pardos en libertad, aunque no es tarea fácil. Este parque natural alberga una de las poblaciones más estables de esta especie en España, y su presencia es símbolo de la buena salud del ecosistema. Dicen los expertos que la clave está en madrugar, caminar en silencio y dejarse guiar por un buen guía. Existen empresas locales que organizan rutas de observación con prismáticos y toda la información necesaria para respetar la distancia y no alterar su entorno. Y otro tema importante, ¡no correr peligros innecesarios!
Para quienes no tengan tanta suerte o prefieran una forma más tranquila de acercarse a estos animales, el Centro de Interpretación del Oso en Pola de Somiedo es parada obligada. Este espacio divulgativo cuenta con exposiciones, maquetas, vídeos y una sala interactiva pensada para que niños y adultos entiendan mejor el hábitat, el comportamiento y los retos de conservación del oso pardo cantábrico. Además, desde sus alrededores ya se puede empezar alguna de las rutas más accesibles del valle.
Memoria vivaPara conocer cómo era el pasado (en ocasiones no muy lejano) la visita más interesante está en Pola de Somiedo, donde se encuentra el interesante Ecomuseo La Casa, un centro dedicado a conservar y explicar la arquitectura tradicional del valle y la vida de sus habitantes. Aquí se reúnen ejemplares originales (las antiguas casas de piedra y madera con sus cubiertas de teito con techos de brezo) perfectamente restauradas y conservadas.

Cada vivienda cuenta con su interior recreado: los enseres de labranza, los utensilios de la cocina, y las sencillas habitaciones donde dormían las familias tras largas jornadas en la braña. También hay explicaciones sobre los ciclos agrícolas o la trashumancia vaqueira.
Paisajes de postalUno de los platos fuertes de Somiedo son sus paisajes y, aunque cuesta quedarse solo con uno, el Alto de la Farrapona es siempre una apuesta segura. A más de 1.700 metros de altitud, no solo el paisaje es espectacular, también es el punto de partida de una de las rutas más bonitas y accesibles del Parque Natural de Somiedo. Desde esta collada (que conecta Asturias con la comarca leonesa de Babia) parte el camino hacia los Lagos de Saliencia, un conjunto de lagunas glaciares que forman uno de los paisajes más bellos del norte de España.

El recorrido es sencillo y apto para casi todos gracias a su poco desnivel y caminos bien marcados. En apenas dos horas, y dependiendo del ritmo, se pueden recorrer lagos como Cueva, Cerveiriz o Calabazosa, rodeados de praderas, bosques bajos y antiguos restos mineros que hoy forman parte del paisaje. También hay un mirador natural desde el que contemplar toda la cuenca de Saliencia en su plenitud. Una auténtica maravilla.
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