Dinamarca se aleja

Pocas cosas retratan a un país como las causas por las que morimos. México es el país de la OCDE donde hay más muertes por enfermedades prevenibles y por enfermedades tratables. La diferencia con el segundo peor (Letonia) es enorme y con Dinamarca, solo por usar la referencia obradorista, abismal. Mientras en México mueren al año 435 por cada cien mil habitantes por causas prevenibles, en Letonia el número es de 364 y en Dinamarca 120. Si nos vamos a enfermedades tratables, en México mueren 230 de cada cien mil habitantes por falta de tratamiento, mientras que en Dinamarca la cifra es 54. Este es el verdadero estado de nuestro sistema de salud. Todo lo demás es rollo.
La respuesta despectiva de la Presidenta a Sheinbaum a las marchas organizadas por Nariz Roja en demanda de medicina para el cáncer es indignante. Las promesas de cada mes se caen por su propio peso cuando vemos estas cifras. Es evidente que hay un gravísimo problema de atención y de falta de medicamentos. Las muertes por causas prevenibles podemos achacárselas a la falta de una cultura de prevención donde es mucho lo que han dejado de hacer los gobiernos, el anterior, y el anterior del anterior y podemos irnos tan atrás como queramos. Las muertes por falta de tratamiento no son sino ineficiencia y falta de alcance del sistema de salud y están relacionadas con dos decisiones del gobierno anterior: cancelar el Seguro Popular antes de tener un sistema que los sustituyera y romper el sistema de abasto de medicamentos en aras de un combate a la corrupción que tampoco llegó. Más grave aún es el subejercicio en Salud que se dio durante todo el sexenio pasado y que, por los datos del primer semestre, continúa también en éste. Tener presupuesto y no gastarlo en la salud de quienes lo necesitan, sea por incapacidad o por perversidad, es criminal.
Ser el país que tiene más muertes por enfermedades prevenibles y por falta de tratamiento nos retrata de cuerpo entero. Somos un país que no tiene una cultura de la prevención -esto aplica para la salud y para muchos otros temas- y somos un país que deja morir a su población por falta de tratamiento. Lo realmente preocupante es que nadie se inmuta.
Dinamarca está cada día más lejos y el gobierno de la Presidenta Sheinbaum ha sido muy cautelosa, por decirlo bonito, temerosa, por decirlo con todas sus letras, en corregir el desastre que dejó en el sector salud el gobierno de su antecesor. Culpar a los ciudadanos que salen a las calles a pedir medicamentos es inhumano y cobarde, porque las víctimas, los que van a morir por falta de atención, son ellos, no la Presidenta.
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