Los senadores acusan a Villarruel y al Gobierno de operar con sus sueldos para desviar el foco de la derrota

En medio de un fuerte pico de tensión entre el presidente Javier Milei y el Congreso, los senadores salieron al cruce de la polémica generada por un nuevo aumento de los sueldos y acusaron a Victoria Villarruel y al Gobierno de querer utilizar el incremento para atenuar las 7 votaciones que el oficialismo sufrió en la Cámara Alta en una nueva jornada adversa con la eliminación de decretos delegados, el financiamiento universitario y la ley Garrahan.
"Todo esto lo hicieron para desviar la atención porque los medios terminaron hablando más de los sueldos de los senadores que haber evitado el cierre de Vialidad o que se le dan más fondos a las universidades y al Hospital Garrahan", protestó un senador que negó cobrar un sueldo de $ 10 millones. Aunque en rigor, en julio, un senador percibió en bruto $ 9.504.170, que con los descuentos queda en $6.710.086.
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En tanto, desde el entorno de Villarruel aseguraron que "nadie de presidencia del Senado difundió la información" vinculada al aumento paritario y remarcaron que los sueldos de los legisladores son publicados en el sitio web de la Cámara como parte de la política de transparencia.
Pero lo cierto es que la vicepresidenta ya tuvo algunos encontronazos con los senadores durante el año pasado y en 2025 por el tema de las dietas. En junio pasado Villarruel, propuso a los senadores desenganchar sus dietas de las subas automáticas por las paritarias del personal del Congreso.
La mayor parte de las bancadas lo aceptó, pero no Unión por la Patria. Por eso casi todos sus integrantes -la excepción fue el riojano Fernando Rejal- cobrarán el aumento de las dietas, que en lo que va del año tuvieron una suba de 11,10 %.
Según el recibo de julio, al que tuvo acceso Clarín, un senador cobró un sueldo bruto de $5.940.106, que con los descuentos por obra social, jubilación e Impuestos a las Ganancias se reduce a $4,5 millones, que es el neto que se registra cuando los legisladores van a los cajeros. A ese importe hay que agregarle los gastos de representación y desarraigo que van en un recibo complementario y que asciende a $ 3.564.064 que con los descuentos queda en poco más de $2,2 millones.
Recibo de sueldo de julio 2025.
Este último importe es para costear los gastos que los senadores tienen por sus actividades y también para cubrir su estadía en Buenos Aires. Hay legisladores que advierten que la mitad de los gastos de representación se van en el alquiler y mantenimiento de un inmueble, un departamento dos ambientes. A eso hay que agregarle, el costo de almuerzo y cena que se llevaría la otra mitad de lo que cobran.
La polémica se encendió cuando en abril de 2024 -a partir de un pacto entre el oficialismo y la oposición- se resolvió que las dietas y los gastos de representación se actualicen en base a los módulos que se utilizan para fijar los salarios de los empleados del Congreso. Así el sueldo de un senador quedó dividido en 2.500 módulos de dieta, más un adicional de 1.000 por gastos de representación y 500 extra por desarraigo.
A partir de los aumentos acordados por la Asociación del Personal Legislativo (APL), el gremio que agrupa a la mayoría de los empleados del Congreso y que comanda Norberto Di Próspero, se otorgaron aumentos de 1,3 % para junio, julio y agosto más el 1,2 % para septiembre, octubre y noviembre, hace un acumulado de 7,52%. Con estos incrementos, el valor del módulo será de $ 2.554 a partir del 1 noviembre, lo que lleva a que las dietas de los senadores alcancen un valor bruto de $6.385.000, este importe es sin los descuentos. Mientras que los gastos de representación y desarraigo suben a $3,831.000.
En resumen, los dos recibos dan un total de $10.216.000 en bruto, pero con los descuentos de rigor, un senador estaría cobrando en noviembre de bolsillo unos $ 7 millones promedio en todo concepto. La polémica crece desde el momento que el Congreso es castigado por las críticas de Milei, pero también es cierto que ninguna de las estructuras del Estado está dispuesta a revisar o transparentar lo que reciben como salario.
"Los jueces ganan más de $ 9 millones y no pagan ganancias, no tienen que viajar desde su provincia a Buenos Aires, no tienen que mantener dos viviendas y no tienen que recorrer el país", protestó un senador. Lo cierto es que la cifra de lo que cobra un legislador termina generando polémica en un contexto de sueldos magros con promedios que están por debajo del millón de pesos.
Pero otro dato que llama la atención es que la propuesta impulsada por el senador José Mayans de unificar los sueldos de los poderes del Estado para que nadie cobre más que el Presidente nunca prosperó y seguramente quedará cajoneada no sólo por las presiones que reciben los senadores en sus provincias, donde hay funcionarios y legisladores que perciben sueldos que están por encima del haber que percibe el jefe de Estado, sino también por la misma dirigencia política.
"A nosotros nos acusan de ser la casta, pero somos los que no queremos que desarmen el INTI, el INTA o Vialidad y queremos darle más presupuesto a las universidades y al Garrahan. No hay que olvidarse que este Gobierno se está manejando con el presupuesto de 2023", protestó un senador advirtiendo que Milei maneja fondos con discrecionalidad. Ese es otro punto a tener en cuenta que el Gobierno se niegue a aceptar un presupuesto que salga con acuerdo del Congreso.
Clarin