Zelensky se reunirá con Trump el viernes y ya hay acuerdo sobre tierras raras
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La única certeza es que Volodymyr Zelensky cruzará el umbral de la Casa Blanca el viernes. La firma del acuerdo sobre tierras raras -aunque esté a un paso- sólo se decidirá en la reunión a puerta cerrada con Donald Trump. El presidente estadounidense, insistiendo en el mantra "recuperaremos nuestro dinero", está aumentando la presión sobre Kiev para que cierre el acuerdo de 500 mil millones de dólares.
Pero el mensaje desde Ucrania es claro: el nudo de las condiciones está lejos de desatarse. La atención no se centra sólo en el reparto de los recursos naturales, sino sobre todo en el futuro apoyo de Estados Unidos y en aquellas garantías de seguridad que también son esenciales para Europa, un punto sobre el que el borrador del texto filtrado a los medios estadounidenses no ofrece compromisos explícitos de Washington. Ucrania puede en realidad "olvidarse de entrar en la OTAN", tronó el comandante en jefe, asegurando no obstante que quiere trabajar "duro por un buen acuerdo de paz final" que permita a Kiev recuperar el máximo territorio posible y también imponer concesiones a Vladimir Putin. El texto sobre la mesa -que deja espacio en la parte inferior para las firmas del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y del ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha- incluye un plan para crear un fondo de inversión conjunto entre Estados Unidos y Ucrania para la reconstrucción, financiado con el 50% de los beneficios de la explotación de tierras raras. Un compromiso destinado a garantizar a Washington un peso decisivo en la gestión de la riqueza de Kiev, al tiempo que prometía dar oxígeno a la economía ucraniana, transformando los recursos del país en un motor de recuperación. Sin embargo, no hubo ningún compromiso concreto sobre garantías de seguridad, sólo una vaga referencia al apoyo estadounidense a los "esfuerzos" ucranianos para obtener aquellos "necesarios para establecer una paz duradera".
Un ejercicio de equilibrio léxico que deja abiertas las reservas de Zelensky. Sin más aclaraciones, advirtió el presidente ucraniano, el acuerdo "es sólo un comienzo, un acuerdo marco" y su "éxito" dependerá de la reunión presencial del viernes. Desde la Casa Blanca, sin embargo, Trump sigue descargando toda la carga sobre Europa, el país vecino en guerra, sin dar marcha atrás en la necesidad de tropas de paz europeas -lo que a su juicio sería "una parte muy fácil" entre las condiciones del acuerdo de paz-, incluso a pesar de la negativa de Moscú. "No tengo intención de dar garantías de seguridad. Nos encargaremos de que Europa lo haga", espetó durante su primera reunión de gabinete, desplazando el centro de gravedad de la responsabilidad al otro lado del Atlántico, donde la coordinación diplomática es densa. El primer ministro británico, Keir Starmer, y los dirigentes de los Veintisiete recibirán al presidente ucraniano en Londres este fin de semana, al día siguiente de su enfrentamiento con el inquilino de la Casa Blanca, con motivo de la cumbre prevista el domingo sobre la defensa común. Una reunión de pequeño formato, en la que también participará la primera ministra, Giorgia Meloni, para seguir reiterando el apoyo a Kiev y sentar las bases de las decisiones que, como anticipó el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, para los Estados miembros -divididos sobre las fuerzas de paz a desplegar- llegarán en cualquier caso la próxima semana, en la cumbre extraordinaria del 6 de marzo en Bruselas. Es imposible, reiteró el primer ministro polaco, Donald Tusk, "aceptar la capitulación de Ucrania ante las descaradas demandas de Rusia, incluidas las territoriales".
ansa