Una de las calles más bonitas de España está en la provincia más olvidada: mide 200 metros y tiene vistas a la catedral

En un país donde las ciudades más visitadas parecen repetirse año tras año en las guías de viaje, hay lugares que continúan siendo grandes desconocidos para el público general. Uno de ellos es Jaén, la provincia andaluza que, pese a su riqueza patrimonial, cultural y natural, permanece a la sombra de sus vecinas más populares. Y, sin embargo, es aquí donde se encuentra una de las calles más bonitas de toda España: la calle Bernabé Soriano.
Ubicada en pleno centro histórico de la capital jiennense, esta vía de apenas 200 metros de longitud es mucho más que un simple tramo urbano. Es el corazón simbólico de la ciudad, el lugar donde confluyen la historia, la arquitectura y la vida cotidiana con una vista inmejorable de la monumental Catedral de la Asunción, considerada una de las grandes obras maestras del renacimiento español.
La calle comienza en la Plaza de la Constitución, centro neurálgico de la vida civil y comercial de la ciudad, y asciende levemente hasta desembocar en la Plaza de Santa María. Es un recorrido corto, sí, pero cargado belleza, sin artificios, que cautiva a quienes la recorren por primera vez. Su trazado está repleto de bares y terrazas que permiten disfrutar de un aperitivo con tapa o un café con una vista privilegiada y un entorno envidiable.
Popularmente conocida como «La Carrera», esta calle ha sido, durante generaciones, el eje social y urbano de Jaén. Aquí han tenido y tienen lugar manifestaciones, procesiones, desfiles y celebraciones populares. Es también parte del itinerario oficial de la Semana Santa jiennense, declarada de Interés Turístico Nacional, donde las cofradías desfilan con solemnidad entre los edificios señoriales que la flanquean.
La arquitectura de Bernabé Soriano es otro de sus grandes atractivos. Las fachadas de principios del siglo XX conviven con palacetes del siglo XIX y comercios históricos que aún conservan el encanto de los negocios tradicionales. Entre sus edificios más destacados se encuentra el Palacio Provincial, sede de la Diputación Provincial de Jaén.Las barandillas de hierro forjado, los balcones con flores y los suelos de piedra rematan un paisaje urbano de gran coherencia estética.
Pero si hay algo que corona esta calle es la visión final: la Catedral de Jaén, majestuosa. Desde Bernabé Soriano, se obtiene una perspectiva frontal del templo que resalta su imponente fachada barroca, un telón de fondo inevitable para cualquier instantánea que obtengamos en esta calle. Esta catedral, proyectada por Andrés de Vandelvira en el siglo XVI, sirvió de modelo para numerosas iglesias construidas en América. Una joya arquitectónica que lleva años luchando para ser considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, un reconocimiento que merece a pesar de haber pasado inadvertida entre las capitales andaluzas.
Pese a sus muchos encantos, Jaén ha sufrido durante décadas un cierto abandono institucional y mediático. Con una población que ronda los 110.000 habitantes y un casco histórico que lucha contra la despoblación y la escasa inversión, la ciudad vive una contradicción: cuenta con un patrimonio envidiable, pero, a menudo, desconocido.
En este contexto, calles como Bernabé Soriano se convierten en emblemas de una ciudad. Su belleza es tranquila, equilibrada, un lugar donde cada metro refleja el carácter de una tierra que merece ser descubierta.
Quizá por eso, caminar por esta calle no es solo recorrer un espacio físico. Porque a veces, las calles más hermosas no necesitan kilómetros de longitud ni millones de visitantes. A veces, solo necesitan ser auténticas. Y Bernabé Soriano, en Jaén, lo es.
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