Iza: el tesoro escondido de Boyacá que brilla en el Altiplano

En el corazón del altiplano cundiboyacense, entre las montañas y la brisa fría que caracteriza a los Andes, se esconde uno de los pueblos más encantadores y, paradójicamente, menos promocionados de Colombia. Se trata de Iza, un municipio de Boyacá que, a pesar de ostentar el nombre más corto del país con solo tres letras, promete una experiencia turística cargada de historia, belleza colonial y una naturaleza imponente.
Este pequeño municipio, ubicado a 15 kilómetros de Sogamoso y a cuatro horas por carretera desde Bogotá, se ha consolidado como un destino predilecto para aquellos viajeros que buscan paz, la autenticidad de la arquitectura colonial y paisajes que se quedan grabados en la memoria.
Rodeado por la cordillera y muy cerca de la Laguna de Tota, Iza combina la calma de un pueblo tradicional con la riqueza cultural e histórica de la región boyacense. Sus calles empedradas, flanqueadas por casas blancas de techos de teja y balcones de madera, lo convierten en una verdadera joya turística, alejada del bullicio del turismo masivo.

Iza, Boyacá Foto:Instagram: @yaideacevedo
Iza se presenta como el lugar ideal para una escapada de fin de semana, donde sus principales atractivos conectan con la naturaleza, el descanso y el legado de la cultura Muisca. Esto es lo que los visitantes pueden disfrutar de aguas termales, la Laguna de Tota y las rutas gastronómicas.
Fundado oficialmente en 1550, el pueblo ha logrado mantener su esencia colonial intacta a lo largo de los siglos. La impecable conservación de sus construcciones, su imponente iglesia principal y las tradiciones que aún se practican en el día a día lo convierten en un testimonio de la historia andina.
Además, muchos habitantes continúan utilizando técnicas tradicionales para trabajar la cerámica, el tejido y la agricultura, lo que permite a los visitantes conocer de primera mano cómo era la vida en estas tierras hace siglos.
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