El mito de El Canelo

Saúl “El Canelo” Álvarez es una anomalía de la Matrix. De origen humilde, abandonó sus estudios a los 15 años para dedicarse al boxeo. Hoy, a sus 34 años, ha acumulado una fortuna estimada en 275 millones de dólares.
Sin embargo, la historia que se cuenta del pugilista –y que nos cuentan– alimenta un mito ya insostenible en nuestra época.
Ese mito se esconde en las palabras de El Canelo en una entrevista concedida a Forbes:
“No fui a la escuela. Entonces me siento orgulloso de poder mostrarle a otras personas, a otros niños, a mis hijos, que puedes hacer cualquier cosa, incluso si no tienes nada”.
En los años ochenta, esa idea de que bastaba tu esfuerzo individual para conseguir cualquier cosa que te propongas era una promesa poco cuestionada.
Hoy es insostenible y un embuste. Asumirla sin una mirada crítica es un error. Existe una vasta literatura académica que desmonta ese mito.
Toda la vida escuchamos hablar de pobreza, pero hay un término más integral: la desigualdad. Dentro de este, existe otro concepto que todos deberíamos conocer: movilidad social.
Se refiere a la posibilidad de tener una mejor vida que la que tuvieron nuestros padres y abuelos. En otras palabras, mejores ingresos derivados de una mejor educación y más oportunidades.
Los datos oficiales escasean, pero la academia, organismos nacionales e internacionales como el Centro de Estudios Espinosa Yglesias y Oxfam México han mapeado el fenómeno.
En México, 7 de cada 10 personas que nacen en pobreza jamás saldrán de ella por mucho que se esfuercen. Factores que no eliges como tu lugar de nacimiento, tu género o el nivel educativo e ingreso de tus padres, condicionan tu destino socioeconómico.
La estructura social y la desigual repartición de la riqueza te condenan.
El 1% de las familias en México, conocidas como los ultra ricos, posee el 22.3% de la riqueza, según el informe La distribución del ingreso y la riqueza en México y países seleccionados.
La fortuna de los cuatro principales multimillonarios de México, Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Pliego, pasó de representar el 2% del PIB nacional en 2002 a 9% para 2014.
El Estado es el único que puede regular la acumulación inmoderada de riqueza y la desigualdad para una mayor movilidad social. Porque el mercado, ya lo vemos, tiende a concentrarla en unas pocas manos.
Ahora, ¿qué posibilidad hay de que, al igual que El Canelo, una persona promedio en México pase de la base de la pirámide a lo más alto?
El Centro de Estudios Espinosa Yglesias calcula que la posibilidad es menor al 3%. El Canelo es una excepción hiper visible, y creer que es la regla vuelve invisibles a millones –la mayoría– que jamás saldrán de la pobreza en que vivieron sus padres y abuelos por mucho que se esfuercen.
Sí, la historia de El Canelo es la excepción que confirma la regla y aquel sabio consejo: para ser rico, hay que nacer rico.
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