El cambio de hábitos en el consumo lleva el deseo de gastar en vacaciones a nivel récord

Ahora que la economía se prepara para sostener su modelo de crecimiento en el consumo privado en vez de en el gasto público, un fenómeno intriga a los economistas. Lo tienen bien detectado en sus radares estadísticos: la intención de los particulares de gastar en vacaciones se encuentra disparada, muy por encima incluso de los niveles del desconfinamiento, cuando ya creció con fuerza al grito de carpem diem.
Esta tendencia alcanza cotas macroeconómicas y ha llamado la atención del propio Banco de España. Su economista jefe hasta la semana pasada, Ángel Gavilán, reconocía en su última intervención pública el desconcierto y la dificultad para identificar las causas. Su departamento es el mayor observatorio económico de España, con 160 economistas, pero no se atreve con el diagnóstico.
El Banco de España no halla la causa, pero otros economistas apuntan a un cambio en los hábitos y al empleo“Pensábamos que el repunte tan grande que hubo en el 2021 era demanda embalsada y que era transitorio, pero pasan los años y sigue la querencia por el turismo. Es un fenómeno que nos está llevando horas de análisis. ¿Hemos reevaluado nuestras perspectivas vitales? ¿Es algo coyuntural o estructural? La respuesta es que no lo sabemos”, afirmó.
El misterio, como ocurre en casi todo en el mundo de la economía, se explica muy bien con un gráfico. La encuesta de expectativas de consumo del BCE muestra que, cuando se pregunta a los hogares que preparan un “gran gasto” en los próximos 12 meses cuál será, más del 50% dice que unas vacaciones.
Es un dato histórico que supera incluso lo ocurrido en el 2022, cuando las ganas de gastar en vacaciones rebasaron el 40% y ya sorprendieron a los economistas, que no dudaron en atribuir el repunte al lógico deseo de desquitarse tras los encierros de la pandemia. Sin embargo, esta tendencia va en aumento y contrasta además con el estancamiento en otros gastos. Apenas el 21% alude a bienes de hogar y solo el 7% cita un coche cuando se trata de preparar un desembolso importante.

Los grandes gastos previstos por los hogares en los próximos doce meses
Fuente: BCE. VANGUARDIA DOSSIER

Los grandes gastos previstos por los hogares en los próximos doce meses
Fuente: BCE. VANGUARDIA DOSSIER


A la economía española, muy volcada en los servicios, este patrón de consumo no le va mal. El turismo sigue batiendo récord y la previsión es que la llegada de visitantes extranjeros se ralentice, en parte por la incertidumbre internacional. La demanda interna será ahora más relevante.
El economista de CaixaBank Research David César Heymann no señala una causa concreta, pero añade a este patrón otro elemento, que es la creciente demanda de los españoles por hacer turismo en el extranjero. Hay ganas de dejarse el dinero en vacaciones y de irse cada vez más lejos.
Para Elisabet Ruiz Dotras, profesora de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), sí existen razones identificables. “La sociedad española está cambiando sus hábitos de consumo y cada vez nos parecemos más a Estados Unidos”, con una mayor propensión a endeudarse para este tipo de gasto.
A eso se suman “la influencia de las redes sociales”, que orientan el consumo hacia la experiencia, y la situación de los jóvenes. “Ven que encontrar trabajo y vivienda es complicado”, por lo que se decantan hacia el “consumo emocional de un viaje” y son más afines al “movimiento Yolo (You Only Live Once)”. Los coches son también más caros y parecen haber perdido el atractivo emocional con que antes se vendían.
Hay también desde su punto de vista una mayor tendencia al “descuento hiperbólico”. Es así como se conoce la preferencia de los consumidores por recompensas inmediatas y más pequeñas, frente a las futuras de mayor tamaño. Para qué dedicar tanto dinero a un coche pudiendo disfrutar a corto plazo del ocio aun cuando, a la larga, se acabe gastando más.
Esta tendencia la tiene también diagnosticada BBVA Research. Con respecto al 2019, indica en su último informe de previsiones, los hogares gastan más en ocio, restaurantes y hoteles, mientras que reducen el consumo en bienes, ropa, calzado o vivienda.
José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, explica que el “cambio en las prioridades” de consumo se ha “asentado” tras la pandemia. “La gente prefiere gastar en vivir experiencias, como viajar o salir, antes que en comprar cosas más duraderas”. Una causa está en que “comprar cosas grandes o caras se ha vuelto más complicado”, por lo que se prefiere gastar en lo que aporte satisfacción inmediata, como una escapada o una cena fuera. Otra causa tiene que ver con el trabajo. El empleo se ha mantenido estable y el consumidor se siente “algo más seguro”, por lo que “se anima a destinar parte de lo que tienen a cosas que les hacen sentir bien en el momento”. No es que haya más capacidad económica, sino que las prioridades han cambiado, puntualiza.
lavanguardia