El villano no es Neiser (opinión)
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Ahora resulta que cumplir el sueño del fútbol internacional es desleal, desagradecido, irrespetuoso, hasta ilegal. Y no es más que la pelota manchada por los anacrónicos que insisten en ignorar la evidencia: el negocio siempre fueron los futbolistas, la diferencia es que ahora lo saben.
Así es como asistimos, en medio del desconcierto, a la demonización de una de las grandes promesas del fútbol colombiano por cuenta de un patrón incapaz de dimensionar a tiempo el negocio que tenía entre manos, y que solo busca salvar su pellejo del merecido escarnio público.
Esta es la historia de Neiser Villarreal, la manzana de la discordia que vuelve a castigar a Millonarios con sorbos de la misma medicina que hizo que hoy Andrés Felipe Román se vista de verde. Nada se aprendió en el camino.
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Andrés Felipe Román Foto:Dimayor. VizzorImage
Porque Millonarios se cansó de equivocarse con su 9 y ahora pretende trasladarle la factura de ese rotundo fracaso. ¿Cómo es posible que su contrato finalice en noviembre, cuando todos saben que la competencia está en plenas definiciones? ¿Quién permite que se pueda perder en un momento clave de la temporada y que el club se vea en la obligación de pagarle lo que pida para renovarlo si es que resulta un crac? ¡Ah claro! Creyeron que a esa altura del año solo le quedaría la opción de renovar en los términos que quisiera su club, pero no vieron que también podía irse gratis a mitad de año, con el mercado de verano abierto y la Fifa amparando sus derechos. Brillante jugada, sin duda.
Parece tan azul el ritmo del universo que le dio al club ‘doble matchpoint’ para notar que un jugador con proceso de Selección Colombia, en el año del Sudamericano Sub-20 (probablemente la mejor vitrina del continente) y del Mundial de la categoría en Chile, iba a volver lleno de ofertas. Pero no quisieron o pudieron verlo. Para el efecto es igual de desgarrador.
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Neiser Villarreal Foto:AFP
Ahora que es la sensación del Sudamericano con sus 8 goles, que lo buscan, como dicen, desde Inglaterra, España, Brasil y hasta Estados Unidos, ¿pretenden presionarlo y amenazarlo, con problemas que JAMÁS tendrá? Faltaba más.
Porque esa es la realidad: si el chico no quiere entrenar no lo hace; si no quiere dejarle un peso al azul se incapacita y se recupera milagrosamente en dos meses cuando ya no necesite su aprobación para irse con los bolsillos llenos como agente libre; si quiere va a la justicia ordinaria y le cuenta al juez que con 136 minutos jugados puede alegar ‘justa causa deportiva’ para finalizar su contrato y se va sin despedirse; si le niegan o le obstaculizan el CTI (Certificado de Transferencia Internacional, necesario para jugar en cualquier liga) las justicias del mundo amparan el derecho al trabajo y lo habilitan en cuestión de días. Y es que son pocas, por no decir nulas, las opciones que tiene el azul para obligarlo a cumplir 9 meses de contrato que aún le quedan.
Si no fuera la arrogancia el leitmotiv de la historia, lo inteligente sería firmarlo ahora por la cantidad que pida para cobrarle después al club que se lo lleve (como hizo Aston Villa con Durán) o conformarse con una compensación de buen corazón y no con un traspaso cuantioso que, como va la mano, es casi imposible. Pero no se razona con quien se cree único dueño de la razón… vaya paradoja.
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Jhon Durán Foto:Al Nassr
Por eso hace mal el hincha que compra la idea de un villano que solo existe en la oficina de quien quiera que haya dejado escapar la tortuga de Neiser Villarreal.
Mientras desgarra su garganta y se deshace los dedos en el teclado masacrando al muchacho, alguien en algún coctel sonríe al ver su incapacidad otra vez impune. No compren peleas ajenas: la mayoría de las veces premian al culpable.
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