Delfina Dib resume sus 10 años en Bogotá con ‘Cerouno’.

Es martes en la tarde. Hora de salida del trabajo en pleno centro de Bogotá. Las personas salen apuradas de sus oficinas buscando cómo regresar a casa, esquivando vendedores ambulantes y uno que otro joven en patineta.Delfina Dib mira a los cerros, maravillada por el cielo azul después de días de lluvias. Admira el desorden de Bogotá, que ahora es tan natural para ella. Es evidente en su forma de caminar y cruzar las calles. Reconoce que no es una ciudad fácil y saca de vez en cuando frases o chistes muy bogotanos, con sus modismos argentinos, para navegar el caos.
Delfina Dib llegó a Bogotá desde Buenos Aires hace 10 años para formar su carrera solista como cantante de rap. En ese camino, encontró amigos en la escena que le dieron apoyo y que ella supo aprovechar para seguir escalando. Hoy, cuenta con dos álbumes de larga duración y varios sencillos en los que ha trabajado en colaboración con artistas relevantes como Astrid Cruz, Lianna y Briela Ojeda. El año pasado fue invitada a la plataforma Colors, lo que le dio visibilidad y reconocimiento en la industria musical, y cumplió el sueño de hacer un concierto solista en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo con un gran montaje, con el que reafirmó que es una artista que no se encasilla exclusivamente en los géneros hip hop o urbano. El viernes 22 de agosto regresa con una puesta en escena especial en el Planetario de Bogotá para celebrar sus diez años en la ciudad con el disco Cerouno.
Luego de Directo al cora, un álbum emocional que nace de una ‘tusa’, ¿qué trae Cerouno?
Directo al cora fue como un vómito. Cerouno lo fui construyendo ladrillo a ladrillo en un momento que me siento más adulta, más mujer, más segura de mí, de lo que quiero y de lo que no quiero. Me he vuelto más selectiva en muchos aspectos, eso ha hecho que la curaduría de las canciones sea más cuidadosa y artesanal. Fue un disco en el cual, antes de empezar a hacerlo, me pregunté: ¿que quiero decir en este momento? ¿Cuál es mi mensaje?
En términos de producción musical, ¿cómo se construyó?
Es un disco que construí viajando, por lo que también es más versátil. Me metí en el universo de cada productor, porque no trabajé con uno solo como en el disco anterior. Entonces, entré a jugar con la energía de un montón de personas, de visiones y del uso de ciertas herramientas que quizás, cuando trabajas con un solo productor, es un universo más corto. En cambio, acá me adapté a lo que cada uno tenía para proponerme y eso fue hermoso, porque son diez canciones muy distintas entre sí.
¿Dónde fueron esos viajes?
Medellín, Canarias, Miami, Madrid y Bogotá.
¿Por dónde va la exploración de los sonidos de Cerouno?
Es un álbum de trap fusión con un montón de colores. Tiene muchos ambientes y sonidos a partir de la idea de que la canción nazca desde la ‘cocina musical’ y no tanto de entrar al estudio a forzar la canción. Quería trabajar con productoras mujeres y, en la construcción de este álbum, conocí a dos con las cuales me sentí súper cómoda trabajando. Me parece que hay que darle mucha más visibilidad a las productoras. Otro aspecto es que trabajé con un productor de Japón, Ryosuke ‘Dr.R’ Sakai, algo nuevo para mí.

'Cerouno' es el segundo álbum de larga duración de Delfina Dib Foto:Andrea Moreno. El Tiempo
¿Cómo fue esa experiencia con ese productor? ¿Qué encontró de nuevo?
Hicimos una canción que se llama Nassy que está en consideración para Grammy. Hacerla me permitió darme cuenta de que no hace falta hablar el mismo idioma para conectar con alguien. La música te conecta y te hace entrar en un diálogo muy interesante y circular. Además, es una canción que entró en Fifa 2025, entonces un montón de hombres empezaron a escucharme, de países como Italia, Reino Unido, Francia, Portugal, incluso países árabes y lugares donde se consumen videojuegos, que no es mi nicho. De repente llegué allí y está buenísimo.
Una vez interiorizada la avalancha de emociones que le trajo el desamor que se ve en ‘Directo al cora’, ¿de dónde tomó inspiración para las nuevas canciones?
El disparador es básicamente recordarme a mí misma por qué hago esto y por qué estoy hace 10 años en Colombia. Por eso el álbum se llama Cerouno, es el 10 al revés para jugar para ver qué tiene la vida para mí. Ahí me di cuenta de que el cero, básicamente, es el todo y la nada, y el uno soy yo. Siento que es una especie de un ‘ego trip’, como se le dice en el rap, a cuando hablas desde ti, desde tu punto de vista, pero positivo, no desde un ego narcisista, sino desde un ego en el cual todos podemos identificarnos y empoderarnos. Algo como: quisieron matarme y nací de nuevo.
¿Cuáles serían las tres canciones que considera la base temática de ‘Cerouno’?
A mí me gusta mucho Gardel en el avión porque siento que habla mucho de migrar y de la mezcla entre Colombia y Argentina, por la muerte de él en un avión en Medellín con todos sus músicos. Quería usar el concepto de que a veces siento que no soy de ningún lugar y soy de todos también. Otro tema es Cerouno, que es el que le da el nombre al disco y es básicamente un himno. Es difícil elegir la tercera, pero diría que es Día de mi suerte, que es una canción que hice en Canarias. Habla de que a veces sentís que las cosas no salen como querés, pero igual confiás en que todo va a estar bien.

La argentina llegó desde Buenos Aires a la capital para construir su carrera en la escena hip hop Foto:Andrea Moreno. El Tiempo
Entre un álbum y el otro, ¿hay algo que modificó su manera de crear música?
Sí, me amigué con la idea de ser parte de una industria, que no es fácil, porque mucha gente reniega de eso y no le gusta. Puedo ser parte y seguir siendo yo. Igual, ser artista independiente me da la libertad de sacar una canción cuando quiera, me pongo lo que quiero y hago lo que quiero con el flyer y las visuales. Es muy libre en ese sentido. Me di cuenta de que tenía que sincerarme en ese plan, porque si no iba a estar siempre en una pelea interna. Por otro lado, también cambié mi relación con las redes. A mí me gusta mucho Instagram y me encanta oír pódcasts, pero me costaba hacer mi contenido. En este último tiempo, me enganché y ahora pienso en ideas y luego me digo: “uy, me está gustando”. Estamos en el 2025, tenés que contarle a la gente quién eres, de qué hablan tus canciones, por qué hacés música. A veces una cree que haciendo la música ya está, pero no, ahora te toca amasar, hornear y salir a vender el pan.
Después de 10 años de vivir en Colombia, ¿cómo es su relación con el país?
Estoy muy bien. A veces me pregunto ¿qué lugar ocupo en la escena? Y no termino de entender bien, pero no sé si tengo que entenderlo. A mí siempre me dicen: ‘estás haciendo la tarea bien’, entonces digo: ‘¡qué bonito!’, porque la gente sí ve mi potencial.
¿Cómo es crear en otro país que no es el suyo? ¿Qué libertades y qué desventajas le da?
Yo lo siento muy natural, me siento muy libre creando acá. Lo que pasa es que Colombia ya es mi casa. Me he integrado al ritmo, desde que madrugo muchísimo a que de repente un día cene una arepita. Me preguntan: “¿te consideras un poco rola?” y, bueno, un poquito de rola soy. Viví todos mis 20 acá, ese tiempo donde empezás a entender quién sos y para dónde vas.
¿Hoy se sigue definiendo como una rapera?
No me autodefino rapera exclusivamente porque creo que soy cantante y que me gusta mucho cantar. Gardel en el avión, por ejemplo, me permite mezclar el tango con el trap y el rap. Empecé cantando el rap más como una necesidad, porque me di cuenta de que el rap es una manera muy efectiva y rápida de decir lo que siento, de transmitir de una forma directa. Pero Cerouno lo defino como un álbum de trap fusión: tiene funky brasilero, hay corrido mexicano, R&B, trap, rap y electrónica.

Delfina presentará una experiencia imersiva de 360 grados en el Planetario de Bogotá. Foto:Andrea Moreno. El Tiempo
¿Qué pueden esperar los asistentes al concierto en el Planetario de Bogotá?
No puedo describirlo como un show porque es más una experiencia envolvente. Vamos a hacer una tarima 360 en el centro del domo, la gente va a estar parada. Y vamos a usar unas visuales increíbles.
Después de 10 años de creación, ¿hacia dónde está mirando?
Hacia el cine. Pienso en el cine y me dan ganas de llorar. Estoy fascinada con las películas de acá. Hace mucho no amaba una peli antes de verla y eso me pasó con Un Poeta de Simón Mesa. O sea, antes de verla ya amaba la película y fui al estreno y lloré toda la peli.
Viernes 22 de Agosto de 2025.
Boletas disponibles en Tu Boleta $ 111.900 + servicio.
Instagram @andreamorenoph
eltiempo