Crimea, Groenlandia, Taiwán, Gaza… el ‘destino manifiesto’ de los amos del mundo

Espacio vital, Lebensraum, destino manifiesto, territorio histórico, tierra prometida… Distintos nombres, distintas tradiciones y distintas épocas para definir un concepto que simplemente trata de justificar o argumentar el supuesto “derecho de conquista” de ciertas naciones sobre otras o sobre parte de sus posesiones.
Más de dos siglos después de que el presidente estadounidense James Monroe presentase ante el Congreso el discurso con el que inauguró la política expansionista de la Unión, que se atribuyó el derecho de intervenir en todo el continente, rechazando cualquier injerencia europea en un momento en el que el Reino Unido, España, Francia y Rusia tenían allí parte de sus territorios imperiales o virreinos. Es el texto que ofrecemos extractado.

Parte del actual territorio de Estados Unidos al inicio del mandato de James Monroe
Este manifiesto fue la reacción a la reclamación de Rusia, asentada en Alaska, de la costa de Oregón y de la amenaza de reconquista de territorios recién independizados que suponía el giro de la política de Francia y España tras la invasión napoleónica. En este escenario, el Reino Unido propuso a sus antiguas colonias un pacto militar, rechazado airadamente por el secretario de Estado, John Quincy Adams.
Fue lo que unas décadas después se conocería como doctrina Monroe, a la que apelaron otros presidentes como Ulysses S. Grant, Theodore Roosevelt –quien llegó a aportarle su corolario–, John F. Kennedy y Ronald Reagan. Una tesis que se sustentaba en buena medida en el mandato divino que acompañó a los tripulantes del May Flower a su arribada a las costas del Nuevo Mundo otros dos siglos antes.
Lee tambiénEsa divina providencia se convirtió en el concepto desacralizado de destino manifiesto después de que el influyente columnista John L. O’Sullivan justificase así la anexión de Texas y Oregón por la Unión en 1845 y la expulsión de los pueblos indígenas de sus tierras ancestrales desde una década antes en lo que se conoció como el Sendero de Lágrimas.
El destino manifiesto justificó también la anexión de California (1848), la invasión de México (1846) para desencadenar una guerra con el entonces vecino del oeste para acabar conquistando y anexionado sus territorios de los actuales estados de Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, Colorado y partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma. Y, más adelante, la compra de Alaska a Rusia (1867), la guerra contra España (1898) para apoderarse de Puerto Rico, Cuba y Filipinas, y la anexión de Hawái (1898).

Territorios reivindicados por la Alemania nazi
La doctrina Monroe y el destino manifiesto tuvieron su correlato en Europa con la articulación de la tenis del ‘espacio vital’ del geógrafo alemán Karl Friedrich Ratzel, que inspiró el Lebensraum con el que Adolf Hitler articuló un discurso de agravio populista que desencadenó en la Segunda Guerra Mundial después de justificar con él la anexión de Austria y los Sudetes y reivindicar los territorios de Posnania, Alta Silesia, Prusia Oriental, Danzig y Memel, en territorio polaco y lituano, la Alsacia y la Lorena francesas y la ciudad belga de Eupen.
Más de 200 años después, territorios como el Donbass, Crimea, Groenlandia, Taiwán, Gaza o Judea –parte de la Cisjordania palestina–, entre otros, se han convertido en el espacio vital o destino manifiesto de las principales potencias militares que están forjando un nuevo orden internacional.
El manifiesto“Conciudadanos del Senado y la Cámara de Representantes:
”Muchos temas importantes reclamarán su atención durante la presente sesión, de los cuales, para facilitar sus deliberaciones, me esforzaré por darles una idea precisa en esta comunicación. Asumo esta tarea con recelo, dada la vastedad de los intereses que debo tratar y su gran importancia para cada sector de nuestra Unión. La abordo con fervor, con la profunda convicción de que nunca ha habido un período desde el establecimiento de nuestra Revolución en que, considerando la condición del mundo civilizado y su influencia sobre nosotros, haya habido mayor necesidad de entrega por parte de los servidores públicos a sus respectivos deberes, o de virtud, patriotismo y unión en nuestros electores.
(…)
”Consideramos particularmente necesario un conocimiento preciso de nuestras relaciones con las potencias extranjeras en lo que respecta a nuestras negociaciones y transacciones con cada una de ellas. Igualmente necesario es que tengamos una estimación justa de nuestros recursos, ingresos y progreso en todo tipo de mejora relacionada con la prosperidad nacional y la defensa pública. Es impartiendo justicia a otras naciones como podemos esperarla de ellas. Es mediante nuestra capacidad de resentir los agravios y repararlos como podemos evitarlos.
(…)
”A propuesta del Gobierno Imperial Ruso, realizada a través del embajador del emperador residente aquí, se han transmitido plenos poderes e instrucciones al embajador de Estados Unidos en San Petersburgo para que, mediante negociación amistosa, acuerde los respectivos derechos e intereses de ambas naciones en la costa noroeste de este continente. Su Majestad Imperial hizo una propuesta similar al Gobierno del Reino Unido, a la que también accedió.
Es impartiendo justicia a otras naciones como podemos esperarla de ellas
”El Gobierno de Estados Unidos ha deseado, mediante este amistoso procedimiento, manifestar la gran importancia que siempre ha otorgado a la amistad del emperador y su solicitud por cultivar el mejor entendimiento con su Gobierno. En las discusiones a las que ha dado lugar este interés y en los acuerdos que podrían concluir, se ha considerado oportuno afirmar, como principio que afecta a los derechos e intereses de Estados Unidos, que el continente americano, por la condición de libre e independiente que ha asumido y mantiene, no debe ser considerado en adelante como sujeto de futura colonización por ninguna potencia europea.
”Desde la clausura de la última sesión del Congreso, los comisionados y mediadores encargados de determinar el monto de la indemnización que pueda corresponder a los ciudadanos de Estados Unidos en virtud de la decisión de Su Majestad Imperial el Emperador de Rusia, de conformidad con la convención celebrada en San Petersburgo el 12 de julio de 1822, se han reunido en esta ciudad y se han organizado como una junta para el desempeño de las funciones que les asigna dicho tratado.
”La comisión constituida en virtud del artículo 11 del tratado del 22 de febrero de 1819 entre Estados Unidos y España también se encuentra en sesión aquí, y dado que el plazo de tres años, limitado por el tratado para la ejecución del encargo, expirará antes del período de la próxima sesión ordinaria del Congreso, se llamará la atención de la legislatura sobre las medidas que puedan ser necesarias para lograr los objetivos para los que se instituyó la comisión.
(…)
El continente americano no debe ser considerado sujeto de colonización por ninguna potencia europea
”Al comienzo de la última sesión se declaró que en España y Portugal se estaba realizando un gran esfuerzo para mejorar la condición de los habitantes de esos países, y que este parecía llevarse a cabo con extraordinaria moderación. Huelga decir que, hasta ahora, el resultado ha sido muy diferente de lo que se preveía. Siempre hemos sido espectadores ansiosos e interesados de los acontecimientos en esa parte del mundo, con la que tenemos tanta relación y de la que derivamos nuestro origen.
”Los ciudadanos de Estados Unidos albergan los más cordiales sentimientos a favor de la libertad y la felicidad de sus compatriotas de esa orilla del Atlántico. Nunca hemos participado en las guerras de las potencias europeas en asuntos que les conciernen, ni es conforme a nuestra política hacerlo.
”Sólo cuando nuestros derechos se ven vulnerados o seriamente amenazados, nos lamentamos por las ofensas o nos preparamos para nuestra defensa. Con los movimientos en este hemisferio estamos necesariamente más directamente conectados por causas que deben ser obvias para todo observador ilustrado e imparcial.
”El sistema político de las potencias aliadas es esencialmente diferente en este aspecto del de Estados Unidos. Esta diferencia proviene de la que existe en sus respectivos gobiernos; y a la defensa del nuestro, que se ha logrado con la pérdida de tanta sangre y dinero, y madurado por la sabiduría de sus ciudadanos más ilustrados, y bajo la cual hemos disfrutado de una felicidad sin precedentes, toda esta nación está consagrada.
Estados Unidos está a favor de la libertad y la felicidad de sus compatriotas de esta orilla del Atlántico
”Por lo tanto, debemos a la franqueza y a las amistosas relaciones existentes entre Estados Unidos y esas potencias declarar que consideraremos cualquier intento de su parte de extender su sistema a cualquier parte de este hemisferio como peligroso para nuestra paz y seguridad. Con las colonias o dependencias existentes de ninguna potencia europea no hemos interferido ni interferiremos, pero con los gobiernos que han declarado y mantenido su independencia, y cuya independencia hemos reconocido, tras gran consideración y con justos principios, no podríamos considerar ninguna interposición con el propósito de oprimirlos o controlar de cualquier otra manera su destino, por parte de ninguna potencia europea, como una manifestación de una disposición hostil hacia Estados Unidos.
”En la guerra entre esos nuevos gobiernos y España declaramos nuestra neutralidad en el momento de su reconocimiento, y a ella nos hemos adherido y seguiremos adhiriéndonos, siempre que no se produzca ningún cambio que, a juicio de las autoridades competentes de este Gobierno, haga que un cambio correspondiente por parte de Estados Unidos sea indispensable para su seguridad.
”Los recientes acontecimientos en España y Portugal demuestran que Europa aún está inestable. De este importante hecho no puede aducirse prueba más contundente que el hecho de que las potencias aliadas consideraran apropiado, basándose en cualquier principio que les satisficiera, intervenir por la fuerza en los asuntos internos de España. Hasta qué punto puede llevarse a cabo dicha interposición, basándose en el mismo principio, es una cuestión que interesa a todas las potencias independientes cuyos gobiernos difieren del suyo, incluso las más remotas, y sin duda ninguna más que Estados Unidos.
No toleraremos ninguna interposición para oprimir a quienes han declarado su independencia
”Nuestra política con respecto a Europa, adoptada en una etapa temprana de las guerras que durante tanto tiempo han agitado esa parte del globo, sigue siendo la misma: no interferir en los asuntos internos de ninguna de sus potencias, considerar al gobierno de facto como nuestro gobierno legítimo y cultivar relaciones amistosas y preservar esas relaciones mediante una política franca, firme y valiente, atendiendo en todo momento las justas reivindicaciones de cada potencia, sin someternos a agravios de ninguna.
”Pero en lo que respecta a este hemisferio, las circunstancias son eminente y notoriamente diferentes. Es imposible que las potencias aliadas extiendan su sistema político a cualquier parte de cualquiera de ellos sin poner en peligro nuestra paz y felicidad; ni nadie puede creer que nuestros hermanos del sur, si se les deja a su suerte, lo adopten por voluntad propia. Es igualmente imposible, por lo tanto, que contemplemos con indiferencia tal interposición, en cualquier forma.
”Si consideramos la relativa fuerza y recursos de España y esos nuevos gobiernos, y su distancia entre sí, es obvio que nunca podrá someterlos. La verdadera política de Estados Unidos sigue siendo dejar que las partes se las arreglen solas, con la esperanza de que otras potencias sigan el mismo camino. Si comparamos la condición actual de nuestra Unión con su estado al final de nuestra Revolución, la historia del mundo no ofrece ningún ejemplo de progreso en la mejora de todas las circunstancias importantes que constituyen la felicidad de una nación que se le parezca. En la primera época, nuestra población no superaba los tres millones. Según el último censo, ascendía a unos diez y, lo que es más extraordinario, es casi en su totalidad nativa, pues la inmigración de otros países ha sido insignificante.
Es imposible que las potencias europeas extiendan su sistema político a este hemisferio sin poner en peligro nuestra paz y felicidad
”En la primera época, la mitad del territorio dentro de nuestros límites reconocidos estaba deshabitado y era un desierto. Desde entonces, se ha adquirido un nuevo territorio de vasta extensión, que abarca numerosos ríos, en particular el Misisipi, cuya navegación hacia el océano era de suma importancia para los estados originales. En este territorio, nuestra población se ha expandido en todas direcciones, y se han establecido nuevos estados casi iguales en número a los que formaron el primer vínculo de nuestra Unión. Esta expansión de nuestra población y la adhesión de nuevos estados a nuestra Unión han tenido el efecto más positivo en todos sus intereses más importantes.
”Todos reconocen que ha aumentado considerablemente nuestros recursos y fortalecido nuestra fuerza y respeto como potencia, pero no es sólo en estas importantes circunstancias que se siente este efecto positivo. Es evidente que, al ampliar la base de nuestro sistema y aumentar el número de estados, el propio sistema se ha fortalecido considerablemente en ambas ramas. De este modo, la consolidación y la desunión se han vuelto igualmente impracticables.
”Cada gobierno, confiando en su propia fuerza, tiene menos que temer del otro y, en consecuencia, cada uno, al disfrutar de una mayor libertad de acción, se vuelve más eficiente para todos los fines para los que fue instituido.
”Es innecesario tratar aquí la enorme mejora lograda en el propio sistema con la adopción de esta Constitución y su efecto positivo en la elevación del carácter y la protección de los derechos de la nación y de los individuos. ¿A qué debemos, entonces, estas bendiciones? Es bien sabido que las derivamos de la excelencia de nuestras instituciones. ¿No deberíamos, entonces, adoptar todas las medidas necesarias para perpetuarlas?”
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