¿43 grados en Berlín? ¡La gran ola de calor que nunca llegó!

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¿43 grados en Berlín? ¡La gran ola de calor que nunca llegó!

¿43 grados en Berlín? ¡La gran ola de calor que nunca llegó!

El calor extremo está provocando que las suelas de las zapatillas se peguen al asfalto, lo que hace imposible e incluso peligroso caminar bajo el sol. Estos son algunos de los informes de prensa que sugieren que Alemania está sufriendo una nueva y presunta ola de calor masiva.

El modelo meteorológico del Sistema de Pronóstico Global (GFS) predijo nuevas temperaturas máximas para el período del 10 al 12 de julio, que en ocasiones alcanzaron los 43 grados Celsius. Se esperaba que este valor se alcanzara especialmente en Berlín, según informó el Berliner Zeitung. Pero ¿dónde está el calor infernal previsto?

Al mediodía del sábado, la estación meteorológica de Berlín-Dahlem (FU) registró tan solo 16 grados Celsius, unos 27 grados menos de lo previsto. Los titulares alarmistas que preocuparon a la población no resultaron nada tranquilizadores: «Esta ola de calor amenaza con batir todos los récords», según informó, por ejemplo, T-Online. El meteorólogo Dominik Jung declaró haber visto los «cálculos más extremos» que jamás había visto en un mapa meteorológico de Alemania. Pero la realidad es diferente. En Berlín, está nublado, llueve y, sin chaqueta, incluso hace demasiado frío. Entonces, ¿de dónde provienen estos pronósticos inexactos?

¿Por qué los pronósticos meteorológicos a menudo fallan?

Los pronósticos meteorológicos se basan en modelos matemáticos y datos medidos que predicen condiciones meteorológicas futuras, como la temperatura o las precipitaciones. En Alemania, estos pronósticos son proporcionados principalmente por el Servicio Meteorológico Alemán ( DWD ) y modelos internacionales como el Sistema Global de Pronóstico (GFS). Sin embargo, cuanto más se proyectan en el futuro, menos precisos son, ya que la atmósfera es un sistema altamente complejo e impredecible. Suelen ser poco fiables, especialmente para fenómenos locales como tormentas eléctricas o temperaturas extremas.

Los modelos meteorológicos, como los modelos ICON o COSMO del DWD, se basan en simulaciones matemáticas que calculan la dinámica atmosférica. Sin embargo, estos modelos no son perfectos: se basan en datos y aproximaciones limitados, lo que limita su precisión. Los eventos de escala fina, como el calor extremo o las tormentas eléctricas locales, son particularmente difíciles de predecir. Incluso los modelos modernos a veces no logran representar con precisión condiciones meteorológicas complejas. El propio DWD enfatiza esto ocasionalmente, incluso en un artículo titulado: Los límites de la predictibilidad .

En los medios de comunicación, los pronósticos extremos que luego resultaron ser falsos a menudo se vinculaban con una agenda política climática. Un ejemplo: "Ya se triplican las muertes por calor debido al cambio climático", tituló el Tagesschau el miércoles, citando un estudio rápido del Imperial College de Londres y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Según este estudio, el número de muertes relacionadas con el calor en Europa ha aumentado como resultado del cambio climático. El "cambio climático inducido por el hombre" es responsable de esto.

En Europa , el número de muertes por olas de calor se ha triplicado, con un total de doce ciudades europeas incluidas en el análisis. ZDF Heute también se hizo eco del estudio con el titular: «Muchas más muertes por la última ola de calor». Las citas de los autores del estudio pretenden ilustrar la peligrosidad de la situación. El coautor Ben Clarke, del Imperial College de Londres, explica: «Las olas de calor no dejan una devastación visible como los incendios forestales o las tormentas, pero son igual de mortales».

"El calor extremo que se presenta temprano es particularmente mortal", continúa el informe. Los meteorólogos sugieren contramedidas: "La única manera de evitar que las olas de calor se vuelvan aún más mortales es dejar de quemar combustibles fósiles", afirma Friederike Otto, del Imperial College Institute.

Pero ¿cuán sólida es la base científica de estas afirmaciones? Este tipo de información recuerda mucho a la época de la pandemia de coronavirus : poca ciencia, mucha política. En el pasado, por ejemplo, el Imperial College de Londres publicó pronósticos catastróficos de millones de muertes por COVID-19, que habrían sido inevitables sin medidas estrictas como los confinamientos.

¿Podemos todavía confiar en los modelos?

Las predicciones sobre la COVID-19 del Imperial College de Londres, en particular las de Neil Ferguson en marzo de 2020, fueron duramente criticadas, entre otras cosas, por el software utilizado, CovidSim. Expertos, incluido un exingeniero de software de Google, criticaron el código por ser propenso a errores, estar mal documentado y ser difícil de reproducir, lo que generaba resultados inconsistentes; incluso con datos de entrada idénticos, los resultados variaban considerablemente.

Además, el Imperial College recibe una financiación significativa de fundaciones como la Fundación Bill y Melinda Gates, lo que cuestiona la independencia de sus hallazgos científicos. El Imperial College ha recibido millones de dólares para la modelización de la salud y el clima, por ejemplo, para el Consorcio de Modelización del Impacto de las Vacunas (VIMC), financiado conjuntamente por la Fundación Gates y GAVI, la Alianza para las Vacunas, con un total de 11 millones de dólares entre 2016 y 2022. El objetivo era evaluar y modelar la eficacia de las campañas de vacunación en todo el mundo.

A la luz de estas experiencias, el periodismo debe ser cauteloso al informar sobre fenómenos climáticos como las olas de calor y no debe volver a confiar en modelos inexactos y políticamente sesgados.

A pesar de los dramáticos pronósticos meteorológicos en los medios, persiste una pregunta importante: ¿Cuán creíbles son estas predicciones? Focus informó el viernes: «La próxima ola de calor promete hasta 40 grados Celsius en Alemania». Afirma que el aire cálido podría extenderse hasta el río Meno este fin de semana y que en ciertas regiones, como el Alto Rin y Franconia, las temperaturas alcanzarán "definitivamente" los 30 grados Celsius. Solo una cosa es "segura" en la vida: la muerte. Y con la temperatura actual de 17 grados Celsius, esto no debería ocurrir como resultado de una ola de calor.

Berliner-zeitung

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