Bayern vs. Chelsea | ¿Fútbol en la Champions League o un deporte popular en Marte?
Por supuesto, todo el mundo vuelve a hablar de la final en casa . De aquel sábado de mayo de 2012, cuando el FC Bayern albergó la final de la Champions League en el Munich Arena. Del gol inicial de Thomas Müller en los últimos minutos, del empate aún más tardío de Didier Drogba y del penalti fallado por Bastian Schweinsteiger en la tanda de penaltis. Los partidos contra el FC Chelsea probablemente recordarán para siempre al Bayern el drama en casa. El exdirector ejecutivo Karl-Heinz Rummenigge dijo una vez que veía el vídeo de la final perdida todos los veranos, y cada vez que terminaba con el éxtasis londinense y el horror muniqués .
Este miércoles, la nueva delegación de Stamford Bridge visitará al Bayern de Múnich para la inauguración de la nueva temporada del fútbol europeo. ¿Por qué nadie habla de agosto de 2020? Hace cinco años, el Chelsea jugó por última vez en el estadio del cruce de la autopista norte de Múnich. El partido de vuelta de los octavos de final tuvo un valor deportivo bastante modesto, ya que el Bayern había ganado la ida por 3-0, y ningún trauma, por dramático que fuera, pudo impedirles avanzar a la siguiente ronda. Y, sin embargo, este partido fue muy especial, el preludio de un evento que ofreció un vistazo a un futuro posible que casi nadie recuerda hoy.
Un virus con el engorroso nombre de SARS-CoV-2 paralizó la vida pública mundial, incluyendo la Champions League durante unos meses. Cuando la competición más importante y cara del mundo reanudó sus actividades en verano, lo hizo en un silencio inquietante. Los aficionados, para quienes se inventó este espectáculo, ocuparon asientos en una mesa infantil con televisores. El fútbol, el deporte nacional, perdió su esencia ante una producción digital donde los "me gusta" y los clics importaban más que los vítores y los aplausos. El Munich Arena era apenas reconocible: en lugar de cánticos, resonaban los gritos de los jugadores y el sonido metálico del balón. El vacío le dio a la velada una atmósfera surrealista, una atmósfera que recordaba a una sesión de entrenamiento, solo que con millones de espectadores.
Al día siguiente, el Bayern voló a Lisboa para la fase final, donde los ocho mejores equipos de Europa determinaron a su campeón en un minitorneo. El resto de la historia es bien conocida. La delegación muniquesa infligió una humillante goleada de 8-2 al FC Barcelona, de talla mundial y liderado por Lionel Messi, que recordó la semifinal del Mundial de Alemania contra Brasil unos años antes. A continuación, vencieron por 3-0 al Olympique de Lyon en la semifinal y por 1-0 al Paris Saint-Germain en la final. El Bayern celebró su ascenso al trono en un Estadio da Luz desierto, y ante millones de espectadores en Instagram. El periódico alemán "Die Zeit" expresó su malestar con esta hermosa frase: "Quizás por eso la fase final de Lisboa parecía tan extrañamente insólita, como si fuera una partida de póker en un hotel. Podría haber tenido lugar en Marte".
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