Infraestructura de TI | La soberanía digital es un castillo en el aire

»Alemania – Digital. Soberano. Ambicioso. Así comienza el capítulo sobre política digital en el acuerdo de coalición del actual gobierno federal . Las primeras frases lo subrayan varias veces: »Nuestra política digital está orientada a la soberanía, a la innovación y al progreso social. La política digital es política de poder. «Queremos una Alemania digitalmente soberana.»

También se habla mucho en estos momentos de la soberanía digital europea, con la vista puesta en lo que ocurre en Estados Unidos , Rusia y China. Hace dos semanas, Microsoft bloqueó la cuenta de correo electrónico del fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) como resultado de las sanciones impuestas por el presidente Donald Trump contra la CPI debido a la orden de arresto contra Benjamin Netanyahu. No su cuenta de correo electrónico privada, sino la que usa para su trabajo, lo que también obstaculizó su labor. De repente, lo que se venía advirtiendo desde hacía tiempo se vuelve muy concreto: es arriesgado que las empresas o los Estados controlen la infraestructura técnica de la comunicación digital .

Tan solo dos semanas antes, Microsoft se había tomado la molestia de tranquilizar a todo el mundo en Europa con una publicación en su propio blog diciendo que nadie en Europa tenía por qué preocuparse. Se promocionó la “más amplia gama de… soluciones de soberanía”.

La mayoría de la gente puede imaginarse lo que significa la soberanía digital: de alguna manera independiente y autodeterminada. Entonces, si Microsoft, por un lado, bloquea una cuenta de correo electrónico que no le gusta a Trump y, por otro lado, quiere vender software en Europa y por eso lo llama "soberano": ¿qué significa el término?

El Instituto Weizenbaum de Investigación sobre Digitalización de Berlín describe el problema: »El término 'soberanía digital' se ha convertido en una parte integral del discurso político. Hay acuerdo entre los partidos: ser soberano digitalmente es deseable e importante. Sin embargo, aún no está claro qué significa exactamente ser soberano digitalmente y cómo lograr ese estado deseable.

Dependiendo del contexto, se trata de nuestra soberanía digital individual, lo que significa control sobre nuestros datos personales. O sobre la infraestructura TI en Alemania o Europa. Suena simple, pero puede ser muy contradictorio. Si cifro mis correos electrónicos para que sólo puedan ser leídos por las personas para quienes están escritos, pero no por Google, las autoridades de inmigración o mi proveedor de TI, eso es algo completamente diferente a si las empresas europeas o las autoridades alemanas quieren proteger sus datos (y los nuestros) de espías rusos, chinos o, más recientemente, estadounidenses.

Por ejemplo, porque las empresas estadounidenses podrían decidir no cumplir más con la legislación europea de protección de datos . Esto tendría el efecto de hacer ilegal almacenar datos en sus centros de datos, es decir, las nubes de Amazon, Google o Microsoft. De hecho, esto se ha debatido durante años. Pero hasta ahora, los gobiernos de la UE han decidido que creen que las empresas estadounidenses cumplen las leyes de la UE y, a cambio, nos han asegurado que lo hacen. Nadie lo creyó realmente, pero la forma se mantuvo. Si ahora, después de Trump, dijeran abiertamente algo distinto, sería mucho más difícil continuar como antes.

De momento, la Bundeswehr acaba de firmar un contrato con Google para nuevas nubes y, sorprendentemente, también se trata de una "solución soberana del fabricante Google Cloud". Sin embargo, en los Países Bajos se produjo un acalorado debate cuando la empresa que gestiona los dominios de Internet .nl anunció en enero de 2024 que trasladaría parte de sus actividades a Amazon Cloud AWS. Hace dos meses, el Parlamento holandés se negó a aprobar el acuerdo y decidió reducir su dependencia de las empresas tecnológicas estadounidenses y establecer su propia plataforma en la nube.

Entonces, ¿qué quiere decir el gobierno federal cuando habla de soberanía? En una conferencia en Heilbronn, muchas empresas y algunos representantes del gobierno federal hablaron de soberanía digital, no refiriéndose a la infraestructura, sino al hecho de que "la regulación es la culpable de que Europa se quede atrás". Eva Wolfangel escribió sobre esto en "Die Zeit": "Sin embargo, es bastante notable hasta qué punto se intenta explotar la situación global actual para fines propios y abolir importantes regulaciones bajo el pretexto de la soberanía digital".

Thorsten Thiel, que lleva mucho tiempo trabajando con este término, comenta: »Si queremos ser soberanos, eso también puede significar cosas diferentes. Podemos centrarnos en el software abierto o en la economía nacional. O poder elegir entre varios proveedores. Sin embargo, todos estos objetivos requieren medios muy diferentes. Sin embargo, todos ellos quedan englobados bajo el término soberanía digital. En este sentido, el deseo de soberanía por sí solo no resuelve ningún problema. Más bien, es importante preguntarse quién quiere ser más independiente. « Y de qué.«

¿Cuál es la ventaja de una nube europea en una UE con gobiernos que van desde los conservadores hasta los radicales de derecha que quieren cada vez más acceso a datos privados, que deportan y encierran a cada vez más personas en campos, que aplican políticas contra la diversidad sexual y el derecho al aborto y que todavía ven a Estados Unidos gobernado por Trump como un socio? Thorsten Thiel vuelve a decir: »Para que las cosas sean democráticas, no tenemos que volvernos soberanos digitalmente. En lugar de ello, debemos crear oportunidades de participación en cómo se procesan nuestros datos y qué productos desarrollamos para ellos".

El problema no es qué empresas controlan nuestros datos, sino que las empresas controlan nuestros datos. Así como los hospitales y las viviendas deben ser parte de los servicios públicos de los cuales nadie puede lucrarse, también la infraestructura digital debe ser controlada democráticamente y pública. Y, por cierto, también ahorra recursos.