El historial del Partido Laborista en materia de bienestar animal no sólo es decepcionante, sino también alarmante.

OPINIÓN

En su respuesta a la reciente consulta del Departamento de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Asuntos Rurales (Defra) sobre el manejo de pollos, el Gobierno confirmó los indeseados planes de legalizar la captura de pollos con dos patas; algo que, en sus propias palabras, supone riesgos para el bienestar animal. Esta decisión contradice el abrumador consenso científico de que manipular pollos con ambas patas causa dolor, angustia, trauma y lesiones considerables. Sin embargo, el Gobierno ha optado por priorizar la conveniencia a corto plazo de la industria sobre las mejoras a largo plazo del bienestar animal.

Se trata de una medida que no solo socava el asesoramiento científico, sino que también contradice la creciente expectativa del público de mayores estándares de bienestar animal en las granjas. El impactante anuncio sobre el manejo de los pollos se produce en el contexto de un Gobierno que aún no ha tomado medidas positivas en materia de bienestar animal, a pesar de haberse comprometido reiteradamente a elevar los estándares.

Mientras el Gobierno conmemora su primer año en el cargo, nos vemos reflexionando sobre un preocupante patrón de inacción y promesas incumplidas en favor de los animales.

Lejos de cumplir sus reiterados compromisos de "elevar los estándares de bienestar animal", no ha logrado ningún progreso significativo.

Sobre la cuestión de las protecciones legales para los peces de cultivo, el entonces ministro de Defra en la sombra, el diputado Daniel Zeichner, dijo en 2023 que "si este Gobierno no puede hacerlo, el próximo lo hará".

Anteriormente había acusado a los ministros de "patear la pelota para más adelante" en el asunto de terminar con el uso de jaulas para animales de granja.

Ahora en el poder, este Gobierno está haciendo exactamente lo que una vez criticó: retrasar la acción, incumplir sus compromisos y defraudar a los animales de granja que prometió proteger.

En comparación, un año después de ser elegido, el último Gobierno ya había respaldado el proyecto de ley sobre bienestar animal (sentencias) del exdiputado conservador Chris Loder, había aprobado el Plan de Transición Agrícola con su énfasis en prácticas agrícolas sostenibles y había publicado una consulta líder a nivel mundial para prohibir la exportación de animales vivos para engorde y sacrificio, que resultó ser la primera prohibición de este tipo en Europa.

Un año después, su historial en materia de bienestar animal no sólo es decepcionante: es alarmante.

Este Gobierno prometió a millones de votantes un mayor bienestar animal. Estos votantes merecen algo mejor, al igual que los miles de millones de animales de granja que dependen de las decisiones del Gobierno.

Chris Platt es cofundador de la Fundación Conservadora para el Bienestar Animal.