La deficiencia de vitamina E causa graves problemas: Preste atención a 6 señales


La vitamina E es especialmente importante para mantener la salud de los nervios implicados en el movimiento y la coordinación. Su deficiencia puede deprimir el sistema nervioso y provocar síntomas similares a la ataxia, como pérdida del equilibrio y la coordinación.
Las personas con ataxia pueden ser incapaces de caminar erguidas, presentar torpeza o tener dificultades con la coordinación motora fina, como abotonarse una camisa. Esta afección se debe a la degeneración de ciertas neuronas en el cerebelo y el sistema nervioso periférico. En etapas avanzadas, estos síntomas pueden simular trastornos neurológicos, por lo que un diagnóstico preciso es esencial.

La neuropatía periférica es uno de los síntomas neurológicos de la deficiencia de vitamina E, que causa entumecimiento, hormigueo o ardor en manos, pies, brazos o piernas. Estos síntomas se deben al daño nervioso causado por la falta de la protección antioxidante que la vitamina E normalmente proporciona. Este tipo de lesión puede empeorar, afectando la capacidad de la persona para percibir el calor, el frío o el dolor, lo que podría aumentar el riesgo de lesión. Si estos síntomas persisten o empeoran, se recomienda consultar a un profesional de la salud.

La vitamina E también es esencial para la salud ocular. Su deficiencia puede dañar la retina y otras estructuras oculares y provocar problemas de visión. Estos son posibles signos de alerta temprana: visión borrosa, dificultad para concentrarse o sensibilidad a la luz. La deficiencia crónica puede incluso provocar afecciones más graves, como la degeneración de la retina, que, si se previene, puede ser irreversible.
Si bien es cierto que la pérdida de visión puede deberse a muchas causas, cuando se combina con otros signos de deficiencia, puede ser señal de un problema nutricional.

La vitamina E fortalece el sistema inmunitario, aumentando la susceptibilidad del cuerpo a las infecciones. Las personas con deficiencia de vitamina E suelen enfermarse o tardar más en recuperarse de infecciones comunes como resfriados, gripe o cortes. Esto es especialmente importante para los adultos mayores, quienes son más propensos a tener deficiencia de vitamina E y cuyo sistema inmunitario ya está debilitado. Los niños con deficiencia de vitamina E pueden ser propensos a infecciones respiratorias y otras enfermedades.

La vitamina E, un antioxidante, es esencial para la salud de la piel y el cabello. Su deficiencia puede provocar piel seca y escamosa, o cabello quebradizo y debilitado. Puede producirse aspereza o inflamación en la piel, y la cicatrización de heridas puede retrasarse debido a la falta de renovación y reparación celular. Si bien la mayoría de las personas aplican vitamina E externamente mediante cremas o aceites, las deficiencias internas deben abordarse con alimentos o suplementos. Se recomienda incluir regularmente en la dieta alimentos ricos en vitamina E, como almendras, semillas de girasol, espinacas y aguacates.

La vitamina E también es esencial para una visión saludable. Su deficiencia puede dañar la retina y otras estructuras oculares, provocando problemas de visión. Estos pueden ser signos de alerta temprana, como visión borrosa, dificultad para concentrarse o sensibilidad a la luz. La deficiencia crónica, si no se trata, puede incluso provocar problemas más graves, como la degeneración irreversible de la retina.
ntv