¿Qué ganamos y perdimos en el Campeonato Mundial de Voleibol?

Virgo Aries
Creado: 12 de septiembre de 2025 07:00
Nuestra Selección Nacional Femenina de Voleibol logró un éxito notable, llegando a la final del Campeonato Mundial por primera vez en su historia, y brindó a Italia, invicta durante 35 partidos, quizás su experiencia más desafiante hasta la fecha. Ganar una medalla de plata, hacer historia y mantenerse en la cima requiere años de trabajo duro y un gran carácter. Esta generación lo ha logrado. ¡Estamos orgullosos! Pero también debemos considerar esto: invertir en el futuro. La pregunta más crucial para un país que ha llegado a la cima es cómo mantenerse allí.
El caos de la VNL (Liga de Naciones), la incapacidad de gestionar una plantilla numerosa y el impacto de las lesiones provocaron una pérdida de confianza en Daniele Santarelli. Su repetido "Sé inteligente" durante los tiempos muertos no siempre se tradujo en una guía concreta sobre el terreno de juego. En la final, la demora en tomar decisiones instantáneas y la falta de ajustes oportunos en las rotaciones determinaron el resultado. Su frecuente frase "Oh, turcos, no lo sabrías" en las entrevistas también lo posicionó como alguien que hablaba al margen de la historia. Sin embargo, el seleccionador nacional no debe ser solo un asistente técnico, sino un líder que genere un sentido de pertenencia.
SI NO TE PREPARAS LO SUFICIENTE PARA EL PARTIDO...
Uno de los principales problemas aquí es la preparación de los jugadores. Los jugadores no se preparan para un partido durante el mismo. Ese es el propósito del entrenamiento. Un jugador que entra al partido en un momento crítico no debería estar temblando; debería haberse preparado para esa situación con semanas de antelación. Si un jugador entra al partido y comete un error, no es culpa del jugador, sino del entrenador por no prepararlo para ese momento. El hecho de que Santarelli no lo hiciera lo debilitó. Dudaba en alinear a jugadores que no había preparado, y cuando no lo hizo, la plantilla se redujo.
ROLES CAMBIADOS
Derya es el ejemplo más claro de esto. Fue ascendido a la posición contraria como suplente de Vargas, pero en realidad es un esquinero. La posición original de Ebrar era contraria, pero jugaba de esquinero. En otras palabras, se desplazaron jugadores, se intercambiaron roles. Si ahuyentas a las aves de sus nidos, también interrumpes sus patrones migratorios. Este era el mayor dilema del equipo: la ineficiencia de jugadores que no estaban en el lugar y rol adecuados.
LA EDICIÓN REAL
Además, el tema de la rotación fue una prueba no solo para nosotros, sino también para Italia, que se proclamó campeona. Ganaron el campeonato rotando a dos de los que consideramos los mejores atacantes opuestos del mundo. Ebrar y Vargas también podrían evaluarse de esta manera para nosotros. Si se trata de una decisión de un atleta, las razones de la misma deben cuestionarse; si se trata de una decisión del entrenador, también deben cuestionarse. Porque, en lo que respecta a la selección nacional, las preferencias personales no son lo único que importa, sino lo que funciona mejor para el sistema. Esto no debe olvidarse.
Se perdió una oportunidad de doble cara
La continuidad de la plantilla también es preocupante. Ocho jugadores del Mundial de 2022 seguían en la plantilla. Eylül, Jack y Yaprak eran los nuevos nombres. Sin embargo, Eylül podría no haber tenido la oportunidad de no ser por la lesión de Simge, que se encuentra en plena forma. Jack es un activo externo. Yaprak era nuestro jugador clave, pero no estuvo en la alineación cuando lo necesitábamos durante el torneo. Derya pasó lo mismo. Dilay Özdemir ya había sido descartada de la plantilla a última hora y también se le impidió jugar el Mundial Sub-23. En otras palabras, a pesar de hablar de "adaptación", los jóvenes jugadores perdieron ambas oportunidades de desarrollo.
¿CUMBRE O FUTURO?
La responsabilidad aquí recae no solo en el equipo técnico, sino también en los jóvenes jugadores. Sabemos que tienen un fuerte panorama competitivo por delante. Pero necesitan elegir equipos donde puedan saltar a la cancha y acumular experiencia, no contratos con altos salarios que los mantendrán al margen durante sus años de desarrollo. Porque quienes liderarán la selección nacional serán quienes carguen con el peso del juego hoy. Esta es la pregunta fundamental a la que se enfrenta Turquía: ¿mantenerse en la cima o construir el futuro? La respuesta es ambas. Porque las medallas solo se pueden mantener mediante un sistema que introduzca gradualmente a los jóvenes jugadores en el fútbol.
EL ÉXITO NO DEBE CUBRIRLO TODO
La generación actual ha hecho historia; jugó la final por primera vez, ganó la plata por primera vez. Pero ¿se puede lograr la continuidad sin invertir en el futuro? Sí, hay mucho de qué enorgullecerse y mucho que criticar, pero debemos entender esto: esta medalla no es solo un resultado; es una advertencia. Si no construimos para el futuro, el campeonato de hoy se convertirá en un recuerdo para mañana.
APLAUSOS Y ADVERTENCIAS
Como dijo Richard Feynman: «El conocimiento crece cuando haces preguntas estúpidas. La estupidez crece cuando no preguntas nada». Sí, estas líneas pueden ir seguidas de muchas críticas. Pero estas frases no son para criticar, sino para comprender y mejorar. Sé que el reconocimiento, los aplausos y el orgullo son cruciales. Pero es igualmente importante no dejar que el éxito lo opaque todo. Hibernar y olvidarse de los problemas significa perder el mañana. Estoy enamorado de este deporte. Por eso celebro el éxito y nunca rehúyo hablar del futuro. Porque el verdadero amor incluye tanto aplausos como ánimo.
hurriyet