Descubiertas en el Ártico bacterias consideradas "imposibles": podrían tener impacto global

Los científicos han descubierto microorganismos que prosperan bajo el hielo marino del Ártico en condiciones que antes se consideraban inhóspitas para la vida.
Este descubrimiento podría tener consecuencias importantes no sólo para los ecosistemas polares sino también para el equilibrio climático global.
Se pensaba que vivía en aguas cálidas.
Aproximadamente el 78 % de la atmósfera terrestre está compuesta de nitrógeno gaseoso. Sin embargo, la mayoría de los seres vivos no pueden utilizar este elemento directamente; primero debe convertirse en amoníaco o amonio. Los microbios capaces de fijar el nitrógeno del aire se denominan «fijadores de nitrógeno» y constituyen la principal fuente de alimento de los ecosistemas.
Hasta ahora se creía que estas criaturas vivían únicamente en las cálidas aguas tropicales de los océanos.
El equipo, dirigido por la bióloga Lisa von Friesen de la Universidad de Copenhague, desmintió esta suposición.
En muestras del Océano Ártico central y del Ártico euroasiático, los investigadores descubrieron una comunidad de bacterias que no realizan la fotosíntesis pero pueden fijar nitrógeno.
Estos microorganismos se denominan “diazótrofos no cianobacterianos (NCD)”.
El equipo aún no ha observado directamente si estas bacterias realmente fijan el nitrógeno, pero ha determinado que tienen una predisposición genética a este proceso. Además, la distribución y abundancia de estos microbios sugiere que desempeñan un papel activo en el ciclo del nitrógeno en el Ártico.
Si se confirma, estas criaturas microscópicas podrían tener impactos globales.
PODRÍAN SOBREVIVIR DEBIDO AL CAMBIO CLIMÁTICO
La investigación, publicada en la revista científica revisada por pares Communications Earth & Environment, reveló que la densidad y la actividad de las bacterias fijadoras de nitrógeno son mayores en los márgenes del hielo marino.
Esto sugiere que, a medida que el hielo del Ártico se derrite rápidamente debido al cambio climático, estos microbios podrían proliferar y alterar la cadena alimentaria marina y el equilibrio de nitrógeno en la atmósfera.
Estas bacterias se alimentan de algas, las principales productoras del ecosistema ártico. Dado que las algas son una fuente primaria de alimento para pequeños animales marinos, tienen el potencial de afectar toda la cadena alimentaria.
Una mayor producción de algas también podría implicar un mayor secuestro de dióxido de carbono de la atmósfera. Si esto ocurre, el océano Ártico podría absorber más dióxido de carbono.
Sin embargo, los investigadores afirman que es imposible realizar predicciones definitivas sobre los mecanismos exactos que estarán en juego. No obstante, argumentan que los microbios fijadores de nitrógeno deberían incluirse ahora en los modelos de predicción climática.
ntv




