Escribió sobre la desigualdad del mundo: De un lado están los multimillonarios, del otro lado están los multimillonarios... Ahora mire la pirámide de la riqueza.

Fue lo mismo en 1995

El 1 por ciento más rico de la población mundial posee aproximadamente el 42 por ciento de toda la riqueza personal, una proporción que se mantuvo igual en 1995.

De hecho, si incluimos los peldaños intermedios de la pirámide de UBS, 3.100 millones de adultos (el 82 % de todos los adultos) poseen 61 billones de dólares en patrimonio personal, lo que representa tan solo el 12,7 % del patrimonio personal mundial. El 87,3 % restante pertenece a tan solo 680 millones de adultos, lo que representa tan solo el 18,2 % del total mundial (3.800 millones). En la cima de la pirámide, hay 2.891 multimillonarios en dólares en el mundo, y solo 31 adultos tienen un patrimonio neto superior a los 50.000 millones de dólares cada uno.

CAMBIO POR REGIÓN

En 2024, el patrimonio personal aumentó más en Europa del Este (desde una base baja) y América del Norte, mientras que disminuyó en América Latina, Europa Occidental y Oceanía (Australia, etc.). El patrimonio familiar promedio en el Reino Unido cayó un 3,6 % en 2024, la segunda mayor caída entre las principales economías.

El aumento en América del Norte se debió principalmente al aumento del valor de las acciones y bonos en manos de los muy ricos. A nivel mundial, la riqueza financiera total aumentó un 6,2 %, mientras que la riqueza no financiera (bienes raíces) aumentó solo un 1,7 %. La riqueza personal promedio por adulto en América del Norte es aproximadamente seis veces mayor que en China, doce veces mayor que en Europa del Este y casi veinte veces mayor que en América Latina.

LA DESIGUALDAD HA AUMENTADO

Según un informe de UBS, la desigualdad extrema de la riqueza personal ha empeorado (aunque ligeramente) a nivel mundial desde principios del siglo XXI. La Sudáfrica post-apartheid sigue liderando la clasificación mundial de desigualdad de la riqueza, según el coeficiente de Gini, seguida, como siempre, por Brasil. Este coeficiente de Gini ha empeorado significativamente desde 2008, durante la Gran Depresión. Entre las economías capitalistas avanzadas, Suecia presenta la distribución más desigual de la riqueza personal, una situación que puede sorprender a quienes elogian la socialdemocracia escandinava. Estados Unidos presenta la misma desigualdad.

Recuerde que estas son medidas de riqueza: lo que cada adulto a nivel mundial posee, neto de deudas. La pirámide no mide la desigualdad del ingreso personal. Sin embargo, en análisis anteriores, descubrí que la riqueza y el ingreso están estrechamente relacionados. Existe una correlación positiva entre la riqueza y el ingreso de aproximadamente 0,38; en otras palabras, cuanto mayor sea la desigualdad de la riqueza personal en una economía, mayor será probablemente la desigualdad del ingreso.

ACUMULACIÓN DE CAPITAL

Analistas de la desigualdad como Gabriel Zucman y Saez coinciden con la visión de Marx al argumentar que «un impuesto progresivo sobre la renta no puede resolver todas nuestras injusticias. Pero, si la historia sirve de guía, puede ayudar a encaminar al país en la dirección correcta. Democracia o plutocracia: de eso se tratan fundamentalmente los tipos impositivos máximos». Dicho esto, la causa de la alta y creciente desigualdad se encuentra en el propio proceso de acumulación de capital.

No se trata principalmente de no gravar progresivamente los ingresos, ni de no gravar la riqueza, ni de no intervenir para combatir los paraísos fiscales. Estas medidas políticas sin duda ayudarán a reducir la desigualdad y a generar los tan necesarios ingresos públicos. Sin embargo, si los ingresos del capital antes de impuestos (ganancias, rentas e intereses) siguen creciendo a expensas de los ingresos del trabajo (salarios), existe una tendencia inherente al aumento de la desigualdad. Y si el capital continúa acumulándose, quienes poseen la mayor parte del capital se volverán aún más ricos que quienes no lo poseen. La creciente desigualdad global no puede revertirse simplemente redistribuyendo la riqueza o los ingresos mediante impuestos. Requerirá una reestructuración global completa de la propiedad y el control de los medios de producción y los recursos.