Se ha nombrado un aliado inesperado en la lucha contra el Alzheimer

Cada tres segundos, alguien en el mundo es diagnosticado con demencia, y la enfermedad de Alzheimer sigue siendo la forma más común de la enfermedad, representando entre el 60% y el 70% de todos los casos. A pesar de los avances significativos en la comprensión de la patología y el desarrollo de nuevos tratamientos, aún no existen tratamientos efectivos que puedan detener o revertir la enfermedad por completo. Sin embargo, los neurocientíficos afirman haber descubierto una bacteria que puede prevenir el Alzheimer.
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De hecho, las principales dificultades se relacionan con la multiplicidad de causas y la compleja naturaleza molecular de la enfermedad, en cuyo núcleo se encuentran dos proteínas clave: la beta-amiloide y la proteína tau. Su acumulación y agregación conducen a la formación de placas y ovillos característicos, lo que provoca la muerte neuronal y la pérdida progresiva de las funciones cognitivas.
Hasta la fecha, la mayor parte de la investigación se ha centrado en la hipótesis amiloide, que sugiere que la eliminación o el bloqueo de la beta-amiloide pueden ralentizar o detener la progresión de la enfermedad. Como resultado, se han desarrollado anticuerpos monoclonales dirigidos contra las placas amiloides. Sin embargo, estos fármacos solo son eficaces en las primeras etapas de la enfermedad y no eliminan las enfermedades en desarrollo. Además, pueden causar efectos secundarios graves, como inflamación y hemorragia cerebral, e ignoran la proteína tau, que también desempeña un papel importante en la patogénesis.
Investigaciones recientes han abierto una nueva perspectiva sobre los mecanismos de la enfermedad de Alzheimer. Se ha descubierto que la bacteria Helicobacter pylori, comúnmente conocida como causante de úlceras estomacales, podría contribuir a bloquear la acumulación de proteínas tóxicas, tanto la beta-amiloide como la proteína tau.
“Este descubrimiento fue inesperado, ya que durante mucho tiempo se ha considerado que H. pylori es una infección microbiana exclusivamente dañina que causa gastritis y úlceras”, afirman los expertos.
Los experimentos de los investigadores comenzaron estudiando la interacción de H. pylori con otras bacterias que forman comunidades protectoras llamadas biopelículas. Estas estructuras, compuestas por bacterias rodeadas de matrices mucosas, suelen contener proteínas amiloides con una estructura similar a la de las que se forman en el cuerpo humano durante las enfermedades neurodegenerativas. Planteamos la hipótesis de que H. pylori podría influir en la formación de dichas biopelículas y, posiblemente, en los procesos amiloides en humanos.
En el laboratorio, los científicos incubaron moléculas de beta-amiloide y proteínas tau con este fragmento bacteriano. Los resultados fueron impresionantes: incluso con concentraciones muy bajas del fragmento bacteriano CagAN, se evitó por completo la formación de agregados amiloides.
Estudios posteriores mediante resonancia magnética nuclear mostraron que CagAN interactúa con las proteínas, impidiendo que se ensamblen en grandes agregados. El modelado computacional ayudó a comprender que el fragmento bloquea los procesos que conducen a la formación de estructuras tóxicas y posiblemente afecta tanto a la beta-amiloide como a la tau.
Curiosamente, el mismo fragmento bacteriano de CagAN también ha demostrado eficacia para bloquear la agregación de otras proteínas amiloides, como la IAPP, asociada con la diabetes tipo 2, y la alfa-sinucleína, implicada en la patogénesis de la enfermedad de Parkinson —afirman los investigadores—. Esto sugiere que CagAN o sus análogos podrían convertirse en agentes universales para combatir diversas enfermedades amiloides neurodegenerativas y sistémicas.
Según los neurocientíficos, el mecanismo subyacente a la acción de CagAN es impedir la formación de agregados iniciales y bloquear su crecimiento posterior.
A pesar de los prometedores resultados, cabe destacar que todos los experimentos se han realizado hasta la fecha en condiciones de laboratorio. El efecto del CagAN en los organismos vivos, su farmacocinética y sus posibles efectos secundarios requieren mayor investigación. Sin embargo, este descubrimiento brinda esperanza para el desarrollo de nuevos métodos de tratamiento basados en el uso de proteínas bacterianas o sus análogos sintéticos, concluyen los científicos.
mk.ru