Apagón destacó la urgencia de invertir en la red

El presidente de E-Redes considera que el apagón del 28 de abril fue una clara advertencia de la importancia de aumentar la inversión en infraestructura eléctrica, aunque ello implique costos adicionales en la factura de la luz .
“La sociedad en general se ha vuelto más consciente de la necesidad de invertir en redes”, dijo José Ferrari Careto en una entrevista con la agencia de noticias Lusa, subrayando que es “arriesgado dejar que las redes se caigan y no invertir”.
Para asegurar la modernización y robustez de la red de distribución eléctrica nacional, E-Redes propuso un plan de inversiones de 1.600 millones de euros, entre 2026 y 2030, en infraestructuras de alta y media tensión, ya aprobado por el regulador (ERSE) y a la espera de la decisión final del Gobierno.
Solo para 2025, la inversión prevista es de 430 millones de euros, y esta incluye también las infraestructuras de baja tensión que dan servicio a los clientes domésticos. Sin embargo, el presidente enfatiza que este es un proceso que requiere tiempo y planificación: «No se trata de cosas que se compran en el supermercado ni de inversiones que se concretan en un abrir y cerrar de ojos. Es necesario definir planes, realizar análisis de red, contratar mano de obra, ejecutar y poner en marcha la inversión».
Sobre el impacto en la factura de la luz, el presidente de E-Redes —que habló con Lusa en el marco del Día Mundial de la Energía, que se celebró este jueves— garantiza que los efectos serán residuales.
Nuestra evaluación fue que el impacto en las tarifas fue cercano a cero. El propio ERSE señala un impacto del 0,7 % en las tarifas finales, y en términos reales, con el aumento del consumo, este valor se superará, aseguró.
Además, recordó que el costo de distribución representa solo el 10% de la factura eléctrica de los consumidores, y la mayor parte se destina a producción, impuestos y otros cargos.
Desde la perspectiva de la empresa, también es fundamental garantizar un retorno atractivo de las inversiones . “Todas estas inversiones son financiadas por la empresa y luego pagadas, en pequeñas cantidades, por la tarifa [de acceso]. Pero para ello, es necesario garantizar una adecuada rentabilidad del capital”, explicó, añadiendo que la rentabilidad neta en Portugal es actualmente inferior a la registrada en España.
El presidente de E-Redes también destacó los esfuerzos realizados por la compañía en los últimos años para aumentar la eficiencia y reducir costes, en concreto con la digitalización de la red y la finalización del despliegue de contadores inteligentes.
Entre 2020 y 2024, la inversión de E-Redes aumentó un 50%, reflejando el impacto de la transición energética, la movilidad eléctrica y la conexión de la generación renovable a la red.
“Hoy en día, alrededor del 75% de la generación distribuida está conectada a nuestra red ”, subrayó.
José Ferrari Careto destacó que la primera lección del apagón es que “nada se puede dar por sentado”, pese al alto rendimiento habitual de las redes, que operan a niveles cercanos al “99,9999%, siempre hay un 0,00001 en el que las cosas pueden fallar”.
El episodio demostró que siempre pueden ocurrir fallas externas y que es esencial mantener procesos disciplinados, rutinarios y predefinidos para una respuesta rápida y efectiva. “Tuvimos una actuación muy disciplinada y rápida”, comentó.
“La compañía siguió el guión al pie de la letra y se comportó como se esperaba, habiendo conseguido restablecer el suministro eléctrico en un espacio de tiempo que, si miramos el benchmarking internacional, acaba siendo bastante bueno”, añadió.
Otra lección considerada importante por el responsable es el reconocimiento del envejecimiento natural de las infraestructuras en contraste con el aumento continuo de las necesidades de la sociedad y de la economía, creando una brecha entre la juventud de la red y sus demandas.
Para resolver esta brecha, sostiene que es fundamental aumentar la resiliencia, la digitalización y sustituir equipos obsoletos, asegurando una red más moderna, flexible y robusta.
observador