Anáfora y dualidad en la poesía de Os Anjos

El juicio entre Os Anjos y Joana Marques comenzó esta semana. El dúo acusa al comediante de "tomar un video donde aparecen cantando fuera de contexto". Sin embargo, mientras se dedican a defender a los cantantes, muchos han olvidado cuál sería la compensación más justa por los daños causados: no solo contextualizar la actuación en cuestión, sino, sobre todo, toda la obra poética de Os Anjos . Es una pena que ya hayan aprobado el examen nacional de portugués, ya que creo que sería una excelente herramienta.
De hecho, lo que destaca, a primera vista, en la estética de la obra poética de Los Ángeles es, por un lado, el uso innovador de la anáfora y, por otro, la creativa recuperación de la dualidad como rasgo de la expresividad lírica. Al igual que Proust, el dúo busca revivir el pasado y escapar de la soledad (“Quiero volver / Al punto de partida”, “Ya no quiero estar solo”, “No quiero escribir el final de esta canción”), y de ahí la relevancia del uso de la repetición como forma de énfasis y como creación de musicalidad (“Perdóname si pido demasiado (…) Perdóname si quiero entregarme”, “Estoy aquí, aquí para decirte / Estoy aquí, aquí para adorarte / Estoy aquí, aquí para decirte”, “Me quedaré más cerca del cielo / Me quedaré más cerca del mar”). Al igual que Walt Whitman, en Hojas de Hierba , Los Ángeles pretende hipnotizar al lector, reafirmando un amor que no acepta el silencio. Esto, para las generaciones más jóvenes, resulta un refuerzo positivo ante la experiencia obsesiva del amor. Un tema que sin duda influyó en que esta obra no se considerara parte del Plan Nacional de Lectura.
Pero volvamos al análisis. Es importante, entonces, comprender la relevancia del uso de la dualidad en el canon poético de Os Anjos . De hecho, lejos de un maniqueísmo estéril, los hermanos Rosado recurren constantemente a los pares para descifrar y clarificar el mensaje de la composición poética. «Tú eras mi mar, yo quería ser tu sol» o «Me quedaré más cerca del cielo, me quedaré más cerca del mar» son claros ejemplos de ello. Pero esta dualidad no es meramente externa. El sujeto lírico es, al mismo tiempo, «el que ni olvida ni perdona», y el que pide con desesperación: «perdona / antes de que se acabe el tiempo».
Sin embargo, quienes piensan que el tiempo no ha tenido su efecto en el tema lírico se equivocan. Cuando comenzaron su carrera poético-musical, Os Anjos lograron mezclar lenguaje directo e hipérbole. La simplicidad del título —“Ficarei”, “Perdoa”, “Quero voltar”— contrastaba, entonces, con el ímpetu presente en la estructura lírica —“Tus ojos en mi son fatales”, “Todo se enamora de mi mar / Quien será tu sol”, “Antes que el tiempo se acabe / Perdoa”—. Pero, en 2018, con las canciones “Eterno” y “Tempo” —nótese cómo el título en sí se acerca más al concepto abstracto—, el yo poético ya es más maduro, trayendo consigo un claro mensaje de reconciliación y respeto por la libertad del amado: “No prometas lo que no puedes dar”. Tanto es así que, en 2024, aún más maduro y, en cierto modo, resignado, se siente dispuesto a declarar sin rodeos: “Aunque sé que ya no estás aquí”.
Un detalle poco notado en este contexto es el siguiente: es precisamente esta característica la que abre la obra poética de Los Ángeles a la intertextualidad. Lo que en consecuencia propone el dúo es, de hecho, un antagonismo deliberado con Flaubert, en una versión alternativa de Madame Bovary , de la misma manera que Joyce dialogó con Homero, en Ulises . Al igual que Emma Bovary, los Ángeles aparecen, al principio, inquietos, creyendo en un amor cautivador y sublime. Pero a diferencia de ella, terminan reconciliándose con la imposibilidad de un amor ideal. Es cierto que Los Ángeles le daría la razón a Emma, cuando ella, al final de la novela, comprende que el amor era vacío, el lujo fugaz y la sociedad a la que tanto se esforzó por seducir la ignora, pero la propuesta del sujeto lírico es las antípodas de la realizada por el autor francés.
En definitiva, esta obra poético-musical es el Dostoievski que Portugal merece. Al igual que Raskolnikov, protagonista de Crimen y castigo , el yo poético de Los Ángeles , incluso con su evolución interna, es siempre alguien desgarrado por la culpa, la pérdida y la falta de sentido, que se encuentra en busca de redención, siempre lejos, siempre distante, siempre inaccesible, lo que ofrece a los futuros investigadores pistas sobre las posibles relaciones entre esta obra y la de Franz Kafka.
Es comprensible preguntarse por qué un clérigo se preocupa por este caso. Por un lado, nada podría ser más obvio: Jesús nos dijo que compartiéramos nuestro destino con los marginados. Y si esto sale mal, podría terminar en la misma fila que Joana Marques. Además, quiero asegurar que la libertad de expresión siga vigente. Quiero seguir diciendo cosas que puedan ser ofensivas y radicales, como, por ejemplo, las escritas en los Evangelios, incluso si hieren a la gente.
Lamentablemente, entre tantos autores y citas, no tendré el placer de recibir los elogios que Raquel Varela le dedicó ayer a Joana Marques. En una publicación, calificó su estado de ánimo como "resentido" y resultado de un "poco desarrollo de las funciones psíquicas superiores". En otras palabras: básicamente lo que Gustavo Santos lleva diciendo desde 2019. El mundo académico ha tenido mejores tiempos.
PD : En el mismo texto, Raquel Varela afirma que la risa es “un arma de utopía”. Y más adelante dice: por eso “los fascistas siempre están enojados y la Iglesia odia la risa”. Vale la pena añadir: es obvio. Pero esta presentación de la Iglesia junto al fascismo es infame, vergonzosa e intelectualmente deshonesta. Como lo es reducir la risa a “un arma de utopía”. La risa existe para hacer reír, no para servir a amos e ideologías. No tiene agenda, ni intenciones ocultas. Punto.
observador