El fenómeno Chimamanda

“Siempre quise que otro ser humano me conociera verdaderamente”, dice Chiamaka, personaje creado por Chimamanda Ngozi Adichie en su nueva novela, en la primera línea de El Conde de los Sueños (Companhia das Letras, 424 páginas, 89,90 reales).
La narración comienza durante la pandemia, con Chia lavándose las manos y usando desinfectante sin parar. También quiere escribir, pero no puede, y habla con su familia, algunos de los cuales están en Lagos, Nigeria, por Zoom. Es casi inevitable que creamos que esta narradora es en realidad Chimamanda.
La autora relata, en la edición de 2023 que conmemora el décimo aniversario de Americanah, que muchos también estaban convencidos de que Ifemelu, la protagonista de la novela, era ella misma. Chimamanda bromea diciendo que, de hecho, cree que se parece mucho más a Obinze, el novio adolescente de Ifemelu.
Si Chimamanda deja al lector con la impresión de que habla de sí misma, es por la verdad que rezuma su narrativa, pero no solo por eso. Sus personajes nos transportan a un mundo que durante mucho tiempo ha estado alejado de la ficción: el de la diáspora africana, que ha moldeado, de diversas maneras, las sociedades de muchos países.
Es nuestra falta de conocimiento sobre el continente lo que nos hace pensar que una mujer negra, rica y hermosa como Chia debe ser Chimamanda. Pero no. Muchas mujeres africanas son así.
En El Conteo de los Sueños, están personificados por Omelogor, primo de Chia que amasó una fortuna en Abuya, en el centro de Nigeria, y Zikora, una exitosa abogada radicada en Estados Unidos. La cuarta mujer que asume el papel protagónico entrelazado en el libro es Kadiatou, cuya vida, desde temprana edad, estuvo marcada por la tragedia.
Kadiatou se inspiró en la inmigrante guineana que acusó al poderoso Dominique Strauss-Kahn de violarla en una habitación de hotel en 2011. Chimamanda quería, como dice en el texto al final del volumen, "crear un personaje ficticio como un intento de recuperar la dignidad".
Dignidad. Esta es una palabra clave para comprender a sus personajes. Otra palabra estrechamente relacionada, utilizada por The New York Times para describir a Chimamanda, es «regia». El término, en inglés, se refiere a la realeza y la grandeza de su imagen pública.
Entramos así en otro ámbito, adyacente al literario, en el que Chimamanda se mueve con maestría: el de las apariciones, ya sea en entrevistas, conferencias o en la portada de revistas de moda. Ya considerada una "titán literaria" por The Guardian, la autora es también una musa en círculos culturales y feministas, considerada un referente para comprender el feminismo negro.
El lanzamiento en inglés de El Conde de los Sueños en marzo incluyó dos eventos en el Reino Unido y varios más en Norteamérica. El libro, que marca su regreso a la ficción tras un paréntesis de 12 años, causó sensación incluso antes de ser leído.
Su visita a Brasil en junio para la presentación del libro también fue todo un éxito. Llegó al país para participar en la Bienal del Libro de Río y el programa Fronteras del Pensamiento en São Paulo. La actriz Taís Araújo dirigió su panel en la Bienal. En el evento, conoció a Conceição Evaristo, con quien compartiría otro panel en el Festival LED de Globo: Luz en la Educación.
En São Paulo, además de hablar en el evento Fronteiras do Pensamento en el Teatro Renault, también participó en un evento exclusivo para invitados en la librería Megafauna del Teatro Cultura Artística. El evento estuvo abarrotado. Chimamanda llegó a Brasil con su familia —su esposo y sus tres hijos— y una amiga. De allí, regresó a Lagos.
Ella ya había visitado el país en otras ocasiones y, hace unos diez años, formuló aquí una pregunta que le resonó profundamente: “¿Dónde están los negros?”.
“A veces, cuando escribimos ficción, caen del cielo momentos mágicos”, dice sobre su oficio.
Auténtica y carismática, Chimamanda logra producir literatura de alta calidad y, al mismo tiempo, actuar como pensadora, oradora y activista.
Estos últimos atributos pueden incluso generar cierto sesgo en nuestra percepción de su ficción, que dista mucho de cualquier sesgo discursivo. Sus historias son un mundo cautivador que nos invita a sonreír, reflexionar sobre la actualidad, sufrir y soñar.
“A veces, cuando escribimos ficción, caen del cielo momentos mágicos”, dice, tratando de explicar su propio asombro ante la escena final de la novela.
Sus charlas son como ondas de choque que movilizan a la gente a abordar temas sensibles como la identidad. Dos de sus charlas TED se convirtieron en hitos: "El peligro de una sola historia" y "Todos deberíamos ser feministas". Esta última incluso se incluyó en la canción "Flawless" de Beyoncé, lo que finalmente impulsó las ventas de "Americanah", traducida a 55 idiomas.
Nacida en Nigeria en 1977, Chimamanda estudió medicina en su país antes de mudarse a los Estados Unidos a la edad de 19 años para seguir lo que creía que era su vocación: escribir.
Antes de alcanzar la fama con Americanah (2013), escribió las novelas Hibisco Púrpura (2003) y Medio Sol Amarillo (2006). También es autora del libro de cuentos No Seu Pescoço (2017).
El Conteo de Sueños, una obra que narra la maternidad, un bloqueo creativo y la muerte de sus padres, es un paso más en su brillante camino. La novela, con su belleza a veces triste pero siempre onírica y su admirable sofisticación narrativa, nos ayuda a conocerla un poco mejor —aunque no "de verdad"— y refuerza la idea de que el fenómeno Chimamanda es digno de celebrar.
Publicado en el número 1373 de CartaCapital , del 6 de agosto de 2025.
Este texto aparece en la edición impresa de CartaCapital bajo el título 'El fenómeno Chimamanda'.
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