Elecciones locales de 2025: cuando los votantes separan la acción de la salvación

Las elecciones locales del 12 de octubre devolvieron al país a la realidad. En ellas predominaron los equipos centrados en la acción y la participación ciudadana, en lugar de en eslóganes nacionales, y los resultados son evidentes. El Partido Socialista (PS) recuperó impulso, el Partido Socialdemócrata (PSD) mantuvo su posición y amplió su influencia, algo lógico dado que es el partido en el poder. Otros proclamaron a los cuatro vientos su salvación del país, pero, a pesar de obtener votos, no lograron dar el salto ni siquiera alcanzar el objetivo de obtener el poder ejecutivo local, quedándose muy lejos de los 30 municipios prometidos. Diría que el mayor crecimiento provino de las agrupaciones ciudadanas, que consiguieron el control de 20 municipios.
Este resultado no desmiente lo que escribí hace tiempo: los jóvenes, el populismo y los candidatos importan. Simplemente ha quedado claro hasta qué punto importan.
Los jóvenes siguen alejados de las maquinarias políticas tradicionales cuando no se les da un espacio real. Pero allí donde las listas se han abierto a nuevas figuras y causas concretas, se ha producido una mayor movilización. El populismo tiene mucho peso, pero no gobierna por sí solo. Los votantes comprendieron la necesidad de reforzar la representación de Chega en las asambleas, pero dudan en confiarle la gestión municipal; prueba de ello son los 3 alcaldes electos, solo uno con mayoría absoluta. Esto contrasta con los 128 alcaldes del PS, de los cuales 101 obtuvieron mayorías absolutas, y los 136 del PSD y coaliciones, con 109 mayorías. Las cifras hablan por sí solas. Finalmente, el peso de los candidatos fue decisivo. En muchos municipios, el trabajo realizado, la trayectoria política, la competencia técnica y, por supuesto, la cercanía importaron más que las promesas vacías o los eslóganes sin sentido.
Pero no todo permaneció igual. Con menos mayorías absolutas en los consejos municipales en comparación con hace cuatro años, también hay más negociación. Y no solo en los consejos municipales; las asambleas municipales y parroquiales no son ajenas a esta complejidad gubernamental. Presupuestos, vivienda, licencias, entre muchos otros asuntos, requieren acuerdos rápidos si no queremos perder el PRR (Plan de Recuperación y Resiliencia) y el PT2030 (Programa de Derechos Laborales 2030). En este escenario, corresponde a los grupos ciudadanos y partidos políticos de oposición saber oponerse, no criticar rutinariamente ni participar en una política de destrucción. Les corresponde supervisar, proponer alternativas realistas y facilitar lo que es bueno para cada municipio, para cada parroquia. Fueron elegidos para servir y mejorar, no para obstaculizar por el simple hecho de obstaculizar.
Las elecciones locales de 2025 no fueron una encuesta para las próximas elecciones legislativas. El electorado se está radicalizando en el discurso nacional, pero se centra en quién gestiona las calles, las escuelas y el saneamiento. Los votantes separaron la retórica de la acción y exigieron una gobernanza seria, una ejecución eficaz y una rendición de cuentas transparente. Con menos mayorías y más negociación, quienes sean elegidos para liderar deben tender puentes, y quienes estén en la oposición deben supervisar y proponer, no obstaculizar el camino. La brújula para 2029 está definida: menos ruido, más acción, más resultados. Quien acepte gobernar con esta brújula, gobernará. Quien no la acepte, volverá al poder o permanecerá en la oposición.
observador
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