Los polacos están dispuestos a renunciar a su privacidad a cambio de ascensos
Los consumidores de toda Europa están dispuestos a hacer lo que sea para obtener información sobre un descuento, una promoción o una oferta preparada especialmente para ellos con mayor rapidez. En Polonia, el 55,6 % responde afirmativamente a este tipo de ofertas, y este es uno de los resultados más altos de Europa, según un estudio. UCE Research y ShopFully en nueve países de la Unión Europea. Los resultados de la encuesta fueron publicados originalmente por Rzeczpospolita.
No solo los polacos aceptan compartir datos sobre sus preferencias de compra. La respuesta positiva media en los países encuestados es del 45 %, con los resultados más altos en España (59 %) y Rumanía (62 %). Polonia ocupa el tercer lugar en la clasificación. En muchos países, los resultados son mucho más bajos, lo que significa que los consumidores son muy escépticos a la hora de compartir información excesiva sobre sí mismos con las cadenas minoristas.
Sólo el 24% de los alemanes querría recibir información personalizada a cambio de facilitar más datos sobre sí mismos a los vendedores, mientras que el 37% de los italianos y el 41% de los austriacos opinan lo mismo.
Los polacos que se muestran reacios a compartir información sobre sí mismos suelen mencionar la privacidad, como lo indicó el 53,9 %. También explican que reciben demasiados mensajes inútiles, lo que preocupa al 48,5 %. Además, no son fieles a ninguna marca y no les interesan este tipo de mensajes, como coincidió el 26,9 %.
Los consumidores valoran cada vez más las experiencias de compra personalizadas. Están hartos de los mensajes generalizados y masivos que no satisfacen sus necesidades. Confían en que, al compartir sus preferencias, recibirán propuestas mejores y más personalizadas. Al mismo tiempo, crece la conciencia de que los datos pueden beneficiar al cliente, y las marcas suelen ofrecer un nivel adecuado de protección de la privacidad, comenta Robert Biegaj, coautor del estudio de ShopFully. Sin embargo, los comerciantes deben tener mucho cuidado de no perder la confianza del cliente. Una sola filtración de datos o una personalización demasiado intrusiva puede desanimarlos durante mucho tiempo, advierte. Los resultados del estudio muestran que los consumidores son muy sensibles al uso indebido de sus datos. El 44,4 % de los encuestados indica que una parte significativa de la sociedad teme las vulneraciones. Las redes deben contar con políticas de privacidad claras, lo que requiere inversión en tecnología y diversos tipos de procesos, enfatiza Robert Biegaj.
Tenga cuidado con los datos que comparte con las tiendasSegún los autores del estudio, los consumidores consideran que los datos son la nueva moneda. Están dispuestos a compartirlos si reciben beneficios específicos a cambio, como descuentos, acceso anticipado a promociones y compras más cómodas. Además, muchos consumidores utilizan plataformas como Netflix, Spotify o Amazon. Están acostumbrados a ofertas personalizadas, como sugerencias de películas, y esperan lo mismo de las cadenas minoristas y las marcas.
Para el mercado, esta actitud representa principalmente una oportunidad para obtener mayores ganancias. Las cadenas minoristas y las marcas pueden forjar relaciones más sólidas con los clientes y fomentar su fidelidad. Los consumidores que se sienten comprendidos y valorados tienen más probabilidades de volver a las tiendas. Y, por lo general, son más fieles porque perciben su propio interés en ellas, señala el experto de ShopFully.
Para las marcas y cadenas minoristas, estas declaraciones suponen el fin de la era de la comunicación masiva. Los boletines informativos generales y las campañas publicitarias masivas están perdiendo su eficacia. El consumidor actual quiere que la marca conozca sus necesidades y preferencias. Resulta eficaz enviar mensajes menos frecuentes, pero bien adaptados. Menos campañas, pero más reflexivas y con un valor real para el destinatario, ofrecen mejores resultados.
No es de extrañar que haya que ser precavido: ofertas irrealistas, descuentos o historias sobre una empresa familiar al borde del colapso son solo algunas de las manipulaciones que la mayoría de los clientes han experimentado, y muchos han caído en la trampa. Un estudio muestra que el 51 % de los encuestados desconoce qué es la ingeniería social en el comercio electrónico, y una de cada tres personas también es engañada por la estética de una tienda online o las atractivas fotos de los productos. Un estudio de Amazon y Ariadna Research Panel muestra que el comprador online medio pierde casi 400 PLN en fraudes online.
La ingeniería social en el comercio electrónico es un método de manipulación que persuade a los usuarios a tomar decisiones o realizar acciones que, en última instancia, conducen al fraude. Casi uno de cada tres consumidores también se sintió tentado por un precio excepcionalmente bajo y fotos atractivas (30%). Cuando un producto luce bien a simple vista y cuesta poco, tomamos decisiones más rápido, olvidando a menudo ser precavidos.
Por otro lado, uno de los factores que más valoramos antes de comprar son las opiniones, tanto sobre la tienda como sobre un producto específico (53% cada una). Los consumidores confían cada vez más en las experiencias de otros usuarios, considerándolas un complemento fiable a la descripción de los vendedores. Para ellos, es una especie de sello de seguridad que les protege contra una compra fallida.
Los consumidores buscan cada vez más lugares que combinen atractivo, rapidez y seguridad de compra en un solo espacio virtual. Este debería ser el principio rector del comercio electrónico moderno, afirma Katarzyna Ciechanowska-Ciosk, directora nacional de Amazon.pl.
RP