Una celebración del sabor y la tradición en el lago Ogórkowe

La feria de aniversario en Kalisz Pomorski atrajo a multitudes de turistas y lugareños. Foto: Dariusz Gorajski
Durante el fin de semana, el corazón de Kalisz Pomorski latió al ritmo de la tradición, la música y la pasión por los pepinos. Para la 20.ª Feria Anual del Pepino del Lago, la ciudad se transformó en un vibrante centro de eventos culturales, culinarios y familiares. La edición de este año, única en su aniversario, atrajo a un número récord de participantes, tanto residentes como visitantes de toda Polonia.
Los orígenes de este singular evento se remontan a la segunda mitad del siglo XX, cuando la planta local de procesamiento de frutas y verduras encurtía pepinos en enormes barriles de roble, que luego se depositaban en el fondo del lago Młyńskie, conocido hoy, con razón, como lago Ogórkowe. Esta tradición, recuperada con éxito en 2008, se incorporó a la lista nacional de productos tradicionales. Hoy en día, los pepinos encurtidos "en el lago" no solo son una exquisitez local, sino también un símbolo de comunidad.
El punto central de la celebración de este año fue la ceremonia de hundimiento y recuperación de barriles, un ritual dirigido por el Cuerpo de Bomberos Voluntarios local, cuyos miembros asumieron el papel de chambelanes de pepinos. Bajo la atenta mirada de los mayores, los jóvenes hundieron barriles recién preparados llenos de pepinos, ajo, especias y, siguiendo la temática del festival, eneldo aromático. Los encurtidos del año pasado, recuperados del agua, se sometieron a pruebas culinarias y degustaciones.
"Nunca pensé que los pepinos pudieran tener su propia fiesta, ¡y a tan gran escala! El ambiente es increíble y los pepinos son realmente únicos", comentó con entusiasmo Aneta de Breslavia, quien estaba de visita con su familia por primera vez.
El evento también contó con una actuación musical, con actuaciones de Compromis, Oskar Cyms, Piękna i Młodzi, Varius Manx con Kasia Stankiewicz y Małgorzata Ostrowska, entre otros. DJ Maki mantuvo a la multitud animada hasta altas horas de la noche del viernes y el sábado. Las atracciones incluyeron una zona de sabores, talleres culinarios, artesanía, concursos de encurtidos y entretenimiento familiar. La marcha simbólica "Kaliska Beczka", con barriles en miniatura, aportó un toque divertido y emotivo a la celebración comunitaria.
"Estuvimos aquí hace cuatro años y decidimos volver. Nunca habíamos encontrado tanta calidez y energía positiva en ningún otro lugar; es como una celebración del gusto y de la gente, todo en uno", dice Marek de Toruń.
(dg)
Kurier Szczecinski