¿Sudar como medicina? Los beneficios de la sauna para la salud son cada vez mayores.

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¿Sudar como medicina? Los beneficios de la sauna para la salud son cada vez mayores.

¿Sudar como medicina? Los beneficios de la sauna para la salud son cada vez mayores.
Foto: Unsplash

Considerada en un principio como un ritual de relajación, la sauna está ganando cada vez más reconocimiento como un importante potenciador de la salud. No solo para los músculos, sino también para el corazón, el cerebro y los pulmones. Investigaciones recientes sobre la sauna finlandesa tradicional, con temperaturas que oscilan entre los 80 y los 100 grados Celsius, demuestran que sudar regularmente puede ser una de las maneras más placenteras de mantenerse sano por más tiempo.

Los efectos físicos de una sesión de sauna son comparables a los de un entrenamiento promedio: la frecuencia cardíaca puede aumentar hasta unas 150 pulsaciones por minuto, los vasos sanguíneos se dilatan y el cuerpo pierde una cantidad significativa de líquido a través del sudor. Pero hace mucho más que simplemente abrir los poros.

Los estudios demuestran que ir al sauna dos o tres veces por semana reduce la presión arterial, la inflamación y mejora el colesterol. Quienes lo hacen con más frecuencia (de cuatro a siete veces por semana) incluso reducen el riesgo de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio y muerte súbita cardíaca a casi la mitad.

Un estudio a largo plazo con más de 2300 hombres finlandeses reveló que quienes usaban sauna con frecuencia tenían un 66 % menos de riesgo de padecer demencia o Alzheimer. ¿La explicación? Factores de riesgo como la hipertensión, la inflamación y la mala circulación probablemente influyen en la prevención. Pero la sensación de relajación, el contacto social y la capacidad de escapar del estrés diario también contribuyen.

No solo el corazón se beneficia de una visita a la sauna. El uso regular de la sauna también parece reducir el número de resfriados e infecciones pulmonares. En estudios anteriores, el número de casos de gripe entre los usuarios de la sauna incluso se redujo a la mitad. Las personas con asma o EPOC reportan menos síntomas después de una sesión de calor. El calor dilata las vías respiratorias, reduce la producción de moco y facilita la respiración.

¿Sufres de dolor muscular o articular? Entonces, sin duda, vale la pena probar una sauna. Muchas personas con afecciones como reumatismo, osteoartritis o fibromialgia afirman sentir menos dolor después de ir a la sauna. El calor tiene un efecto relajante en los músculos y estimula la liberación de endorfinas: los analgésicos naturales del cuerpo. Incluso se ha demostrado que las saunas son eficaces para las cefaleas tensionales crónicas.

Aunque las saunas suelen ser seguras, las personas con problemas cardíacos o afecciones cardíacas graves deben consultar primero con su médico. La mayoría de los riesgos surgen al combinarse con alcohol, sesiones excesivamente largas o sumergirse directamente en agua fría. Esto último, en particular, puede provocar alteraciones del ritmo cardíaco en personas susceptibles.

Ir a la sauna varias veces por semana no solo es placentero; quizá sea uno de los hábitos de salud más subestimados. Desde una mejor presión arterial hasta menos resfriados y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, los beneficios son diversos y prometedores. Y todo sin necesidad de una membresía de gimnasio ni una dieta complicada. Basta con una toalla, una habitación caliente y una generosa dosis de relajación.

Metro Holland

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