¿Por qué el presidente de Valencia no ha dimitido tras las devastadoras inundaciones?

Un año después de que las históricas inundaciones mataran a 229 personas en Valencia, el presidente de la región española, Carlos Mazón, se ha enfrentado a crecientes críticas por su paradero durante el desastre, ignorando 12 protestas masivas que le han pedido que renuncie.
La región oriental que limita con el Mediterráneo amaneció bajo la alerta roja máxima por lluvias torrenciales el 29 de octubre del año pasado.
Pero durante cinco horas, el conservador Mazón, de 51 años, estuvo ausente de la primera línea de una respuesta de emergencia ampliamente condenada como inadecuada.
Ante todo, el envío tardío de una alerta telefónica masiva a los residentes a las 8:11 pm provocó un intenso escrutinio de su agenda y un debate sobre si eso retrasó una acción potencialmente vital.
"Si Mazón hubiera estado realmente donde debía haber estado, la alarma habría llegado a tiempo", dijo el martes el diputado izquierdista Agueda Mico, del partido regionalista Compromis.
En el sistema político descentralizado de España, las regiones son las principales responsables de gestionar las emergencias, pero Mazón ha negado las acusaciones de negligencia en el cumplimiento de sus funciones durante el desastre natural más mortífero que ha sufrido el país en décadas.
"No apagué mi móvil, no estuve incomunicado, no me quedé sin cobertura, no perdí el interés, ni me perdí", declaró al diario local Las Provincias en una inusual entrevista desde la tragedia.
Según el diario Levante, un colega le dijo a Mazón que ya había "muchas muertes" cuando llegó por la noche a la sede del gobierno regional después de un largo almuerzo.
Mazón reanudó su trabajo a las 7:45 pm y se unió a una reunión crítica de servicios de emergencia alrededor de las 8:30 pm, poco después de que se enviara la alerta telefónica.
Pero la advertencia fue insuficiente y llegó demasiado tarde: las aguas turbias de la inundación ya corrían a raudales por los pueblos al sur de la ciudad de Valencia y se cobraban vidas.

Narrativa cambiante
Mazón dijo que pasó cuatro de sus cinco horas de ausencia almorzando con una periodista para ofrecerle un trabajo.
Esto ocurrió después de que inicialmente afirmara haber comido con un representante de empresas valencianas, pero la persona en cuestión salió rápidamente a desmentir esa versión.
La hora restante de la ausencia de Mazón —un período crítico durante el cual las autoridades regionales dudaron en dar la alarma— permanece envuelta en misterio.
La periodista Maribel Vilaplana rompió su silencio el mes pasado, diciendo que salieron del restaurante "entre las 6:30 y las 6:45".
Pero fuentes cercanas a Vilaplana, contradiciendo la versión de Mazón, revelaron que luego la acompañó a buscar su coche en lugar de dirigirse directamente a su oficina.
Persiste una laguna inexplicable en su relato de los hechos entre las 6:57 y las 7:34, cuando Mazón no realizó ni recibió llamadas, según una lista que presentó a una comisión parlamentaria.
A las 19:36, la lista muestra que rechazó una llamada de su entonces máxima responsable de emergencias, Salomé Pradas, ahora bajo investigación por su papel en la gestión de las inundaciones.
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Los conservadores 'socavados'
Aunque él mismo no está siendo investigado formalmente, Mazón lleva un año resistiendo una intensa presión para dimitir.
Miles de manifestantes han salido a las calles de Valencia cada mes exigiendo su dimisión, mientras que el 75 por ciento de los residentes de la región quieren que se vaya, según una encuesta publicada el lunes por Las Provincias y el diario conservador ABC.
Los expertos ven a Mazón como una carga para el líder nacional de su partido opositor, el conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, quien prefiere esquivar el tema.
Mazón "menoscaba a Feijóo como líder" y da a los socialistas "argumentos para responder a las acusaciones de corrupción" contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmó Antón Losada, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Santiago de Compostela.
Para Paloma Román Marugán, profesora asociada de ciencia política en la Universidad Complutense de Madrid, el PP ha entrado en "una madriguera de conejo" que se podría haber evitado "con una dimisión rápida que nunca llegó".
"Pero derrocar a Mazón es un rompecabezas complicado" para el PP, ya que el partido no tiene un sustituto obvio y quiere evitar elecciones anticipadas, dijo a la AFP.
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