El destino más sostenible del año es también uno de los más desconocidos de Europa

Europa está repleta de impresionantes ciudades que son perfectas para hacer una escapada de varios días y explorar lugares radicalmente distintos a los que se pueden encontrar en España. La gran mayoría de viajeros opta por visitar algunas de las urbes más conocidas de todo el continente, como Londres, París o Roma, aunque la realidad es que hay multitud de metrópolis que son perfectas para pasar unos días y descubrir maravillas un tanto escondidas.
Uno de esos lugares que suele pasar por debajo del radar en lo que respecta a los viajes por Europa es Oslo, la capital de Noruega. La urbe nórdica no solo es un sitio apasionante, sino que también es el destino ideal para los amantes del turismo sostenible, y es que la metrópoli escandinava entra en prácticamente todos los ránkings de los enclaves con mucha población que más cuidan el medioambiente. Por ello, cruzarse el 'Viejo Continente' y conocer este apasionante lugar es una manera perfecta de escapar de la rutina durante unos días.

La capital de Noruega fue nombrada Capital Verde de Europa hace unos años, y es que en Oslo el transporte público, los espacios verdes y el practicar un turismo sostenible cobran gran protagonismo. La ciudad solo recibe un millón de turistas a lo largo de un año, menos incluso que localidades españolas como Torremolinos o Torrevieja, por lo que la paz que se respira incluso en su casco histórico contrasta de manera radical con las masificaciones que se encuentran en los grandes destinos turísticos europeos.
El conocido Parque Vigeland, donde se ocultan infinidad de esculturas muy curiosas, o el pintoresco puerto de la capital, solo demuestran que Oslo es una de las ciudades más verdes tanto de Europa como de todo el planeta, y es que el turismo masivo parece cosa de otro mundo cuando se recorren los principales puntos de interés de la urbe. Además, explorar los entornos naturales que se encuentran cerca de ella, como los fiordos o las altas montañas que hay a poca distancia de la metrópoli, ayudan a afianzar ese estatus de destino sostenible.
Eso sí, a pesar de tener el medioambiente como centro del turismo, en Oslo también se pueden ver grandes tesoros tanto contemporáneos como históricos, desde el Palacio Real o el magnífico edificio de la Ópera hasta una de las grandes maravillas pictóricas de la historia del arte como es El grito de Edvard Munch, que se alberga en la Galería Nacional. Por ello, la capital noruega es un destino muy infravalorado que es perfecto para los amantes de las escapadas tranquilas.
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