Aragón creará más de 17.000 empleos en dos años
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La economía aragonesa seguirá creciendo dentro de un contexto con una cierta desaceleración por la débil recuperación de Europa en el que Aragón mantendrá una evolución positiva, especialmente con la eurozona y manteniendo una distancia muy corta, de tan solo una décima, en comparación con España, en los años 2025 y 2026.
Tras un cierre de 2024 en el que se estima que Aragón registre un crecimiento del PIB del 3% por la demanda interna, el consumo privado y el turismo y una Eurozona del 0,8%, la previsión es que la economía aragonesa avance el 2,2% en 2025 y el 2,8% en 2026. Una evolución que, de cumplirse, supondría que el PIB aragonés sería un 9% superior al de 2019. Las estimaciones para España son el 3,2% en 2024, 2,3% en 2025 y 1,7% en 2026.
Este crecimiento en Aragón tendría traslación en el PIB per cápita, que sería de cinco puntos porcentuales, mejorando la posición relativa desde el 107,07% hasta el 108,5% de la media española.
Este avance de la economía de Aragón también produciría un impacto positivo en el empleo. La previsión es que se crearán 17.500 empleos en la comunidad en el período comprendido entre los años 2025 y 2026. "Si se confirma la previsión económica, se generarán entre 8.000 y 9.000 puestos de trabajo de promedio entre 2025 y 2026 y la tasa de paro se situaría en el 8%" en 2026, según ha indicado Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research y de mercados, durante la rueda de prensa en Zaragoza para presentar el Informe 'Situación Aragón 2025'.
Esta generación de empleo se vería apoyada también por la mejora de la productividad por el menor precio del petróleo y la presión a la baja de los costes de energía por la producción de renovables, así como por la bajada de los tipos de interés y la mayor facilidad para la financiación por parte del sector privado.
Es una evolución positiva que, además, podría ser mayor tanto en crecimiento como en empleo conforme se vayan materializando las inversiones de 40.000 millones de euros por parte de empresas en la comunidad aragonesa.
No obstante, la economía aragonesa también tiene algunos riesgos, ya que se está dentro de un contexto de desaceleración y de caída de exportaciones, que se ven lastradas sobre todo por la automoción, y la falta de ventas sobre todo de coches eléctricos producidos en Europa, así como por la situación económica de países como Alemania y sobre los que se cierne la duda sobre su posible evolución y si es una situación que responde a la coyuntura por el sector del automóvil o bien es estructural.
A estos factores se añade las incertidumbres económicas que surgen a raíz del anuncio de los aranceles por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump porque, aunque Aragón registra un porcentaje bajo de ventas al país (entre el 1% y 2%), sí puede haber afecciones por las consecuencias sobre otros países que sean socios comerciales principales de la comunidad aragonesa.
Además, hay otros elementos, a nivel local, como el proceso de consolidación fiscal por la contribución que Aragón tenga que realizar, aunque no se prevén medidas adicionales, y los costes laborales por la reducción de la jornada laboral, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y el aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social. Estas medidas en el empleo, podrían ralentizar la generación de puestos de trabajo.
Precisamente, en el plano laboral, el informe indica que el 54% de los asalariados en la comunidad aragonesa tiene una jornada laboral superior a las 37,5 horas a la semana y se verían afectados por esta medida, que incidirá especialmente en las pequeñas empresas, con uno o dos empleados, en las que podría producirse un descenso de la facturación y una merma de productividad "sin mecanismos para paliar el aumento de los costes laborales".
También sería necesarias políticas que incentiven la inversión, especialmente en sectores como la industria por la incertidumbre que vive, así como en el mercado de la vivienda, que supone un "cuello de botella" para el crecimiento en las áreas urbanas.
Crecimiento empleoEl sector servicios es el principal motor de la generación de empleo en Aragón. Los datos del informe de BBVA Research apuntan a que supone alrededor del 50%, teniendo en cuenta los datos de afiliación a la Seguridad Social. Son puestos de trabajo que están relacionados, sobre todo con la restauración y la hostelería, pero también con los servicios profesionales de alto valor añadido ante la demanda por parte de las empresas de servicios de consultoría, tecnología o banca, entre otros. "Son profesiones que requieren capital humano y educación", incide Cardoso.
Es una prestación de servicios que, además, se produce tanto a nivel nacional como internacional por la incorporación de profesionales procedentes de otros países, lo que facilita esta relación, así como por el idioma como sucede en el caso de América Latina y de Estados Unidos.
Esta tendencia, que parece sostenible en el tiempo, hace que la creación de puestos de trabajo se esté produciendo sobre todo en las áreas urbanas de Zaragoza, Huesca y Teruel, concentrando entre el 60% y el 70% del crecimiento del empleo. De hecho, la afiliación a la Seguridad Social en tres capitales aragonesas "está por encima de la media del conjunto de Aragón", aunque también se observa crecimiento fuera del área urbana, si bien en menor medida.
También es significativo el aumento del empleo en el sector público, así como en el sector agroalimentario que, "a diferencia de lo que sucede en España, tiene un comportamiento positivo en Aragón", añade Cardoso. También se crece en puestos de trabajo en el sector manufacturero.
En el empleo que se crea tiene un importante peso la inmigración. De hecho, en Aragón, el 22% de los 31.500 puestos de trabajo creados en la comunidad se cubre con inmigrantes (45% en España). Además, un 80% se explica por el aumento de empleo en personas con nacionalidad española.
En el sector de la construcción se espera también una evolución positiva por la construcción de vivienda, segmento en el que seguirá habiendo déficit en el mercado, puesto que para los años 2025 y 2026 se prevé que se construyan pisos con los que se cubriría el 40% de los nuevos hogares que se creen. El empleo también tirará en esta actividad por la demanda de infraestructuras, especialmente de tipo comercial.
En el caso de la industria, la creación de empleo dependerá de la evolución de la actividad, especialmente del automóvil y en función de la recuperación de las ventas y de la puesta en marcha de proyectos como las gigafactoría de baterías en Stellantis en Zaragoza. Igualmente, influirá la actividad de nuevas industrias.
"En primer lugar, generarán los servicios y luego la construcción, en menor medida el sector público. El sector industrial dependerá su intensidad de crear empleo de la automoción y de las nuevas industrias", añade Cardoso. Sólo la hostelería y la agricultura muestran una desaceleración.
¿Cómo será la economía en 2025?En el año 2025, el crecimiento económico se va a mantener y Aragón, con el 2,2%, crecerá más que su entorno. De hecho, se calcula un avance del PIB del 1% para la Eurozona y del 2% para Estados Unidos, mientras China se mantendrá en los mismos niveles de años anteriores con una tasa del 4,1% en 2025 y del 4% en 2026 frente al 4,8% registrado en 2024.
Es un marco en el que se espera un aumento de la competitividad por el precio de petróleo con un coste del barril de 75 dólares frente a los 80 o 90 dólares anteriores. El descenso de los precios de la energía es especialmente importante en Aragón porque es la autonomía que más energía emplea para producir una unidad de valor añadido. En este ámbito, la comunidad se beneficia de la generación de renovables y de su mayor peso en el mix energético, dado que pasar el 45% de energías alternativas al 60% supone una presión a la baja en electricidad del 10%.
"Aragón es una comunidad con empresas intensivas y mejorarán sus perspectivas", al igual que por el precio de petróleo y el impacto de las renovables en la inflación, así como por la bajada de los tipos de interés, que conllevará un menor coste de financiación por la caída de unos 200 puntos básicos por la bajada de Euríbor.
Esta bajada de tipos también favorecerá a las familias, por ejemplo en sus hipotecas, lo que puede facilitar una mayor demanda de productos y servicios en el ámbito doméstico.
eleconomista