El remontador

Remontó el Barça su partido con el Levante, lo que acredita su nueva fama de equipo remontador. En la temporada anterior levantó una cantidad inusitada de resultados, en situaciones de extrema dificultad y muchas veces ante equipos de tronío: Bayern, Real Madrid y Atlético de Madrid, por citar a los de más renombre. Sigue en ese plan. Mala noticia para los hinchas de corazón débil, pero excelente señal de la ambición y los recursos del equipo. A última hora sacó la victoria en un encuentro que invitó al descalabro en el primer tiempo.
El Levante pertenece a lo que antes se conocía como equipos ascensores. Se mueve con regularidad entre las dos primeras divisiones. Mantiene, además, unas señas de identidad que van de lo futbolístico a lo representativo. Club de origen portuario, único en el fútbol español, sobrevivió al peso del Valencia y a largos periodos de penurias económicas. Ahora tiene un campo precioso, con órdenes de encharcarlo en la visita del Barça, una afición leal y unos delanteros veloces, perfectos para el contragolpe, representados por el incombustible Morales, 38 años, pero tan magro como siempre.
El espectro de Iñigo Martínez planeó sobre el partido; se acaba de ir, pero ya se le echa de menosA ritmo de contraataque, colocó al Barça en una situación crítica. Se adelantó con dos goles en el primer tiempo. Hablaron por igual de sus cualidades para correr y de los déficits defensivos del equipo de Flick, desajustado y vulnerable. En estas condiciones, el espectro de Iñigo Martínez planeó sobre el partido. Se acaba de ir, pero ya se le echa de menos.
No fue novedoso el tipo de encuentro que se jugó en Orriols. Los duelos Levante-Barça suelen ser eléctricos y desconcertantes. Partidos de goles y muchas curvas. Inolvidable aquel 5-4 que el Barça maquilló no hace tanto con tres goles en la última hora. Este pintó muy mal para el campeón. Flick introdujo novedades que no funcionaron. Casadó ocupó el puesto de Frenkie de Jong. Quizá fue su último o penúltimo partido con la casaca blaugrana. El club necesita espacio salarial y no lo disimula.
Casadó fue una de las grandes noticias del Barça que arrolló en la anterior Liga, un jugador de gran coraje para un momento delicado del equipo, que comenzó el campeonato sin la mayoría de sus mejores futbolistas. Es el tipo de jugador especialmente necesario para los tiempos difíciles, cuando las cosas se tuercen y se necesita la presencia de ánimo que algunos no tienen. Al Barça le sobran ahora centrocampistas, y Casadó tiene buena venta. Una pena para un jugador que tiene alma de hincha.
La primera mitad se jugó entre avisos del Levante, pendiente de lanzar sus contragol pes en un suspiro, y pesadez del Barça. Rashford debutó como titular. No convenció. No juega en la frecuencia de onda del Barça. Quizá lo consiga algún día. Flick le retiró en el descanso. No había tiempo para inventos. Raphinha pasó de la mediapunta al exterior izquierdo. Gavi ingresó por Casadó. Olmo ocupó la posición de Raphinha en el primer tiempo. Por fas o por nefas, el equipo reaccionó inmediatamente, tanto en el juego como en sus consecuencias.
Dani Olmo fue un factor primordial en los progresos del equipo. Le dio orden y concierto. Hizo, en definitiva, más reconocible al Barça. Bastaron los primeros seis minutos de la segunda parte para equilibrar el partido. Pedri marcó un gol espectacular, y Ferran enganchó con mucho estilo el remate del segundo tanto. Confirmó que es un delantero que funciona mejor para las acciones instantáneas que para las que requieren pausa. Recuerda en esta característica a Fernando Torres.
Lamine Yamal, bien sujetado por Manu Sánchez en el primer tiempo, no permitió que el partido le dejara mal. Con Dani Olmo en la mediapunta, la pelota comenzó a desembocar una y otra vez en los pies del fenómeno, con todo lo que eso significa: terror en las filas rivales. No marcó y no firmó el partido de su vida, pero Lamine terminó por quebrar la resistencia defensiva del Levante, que llegó a los minutos finales con el agua al cuello. De hecho, concedió la derrota con el autogol de Elgezabal cuando el encuentro estaba a punto de expirar.
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