El Atlético sigue sin ver la luz y se deja ante el Elche otros dos puntos

El Atlético de Madrid parece haber entrado en barrena. Después de caer en el debut liguero ante el Espanyol, los rojiblancos, sin claridad ni ideas, empataron contra un gran Elche en su segunda aparición en el campeonato. Sorloth adelantó a los de Simeone, pero Mir, en un contraataque extraordinario, empató el duelo y el resultado no se movió. Dos encuentros y un punto para los del Metropolitano, donde ya se han encendido varias alarmas.
Tras los rumores sobre el futuro de Sorloth, Simeone apostó por darle la titularidad al noruego junto a Julián Álvarez. Almada y Giuliano en las bandas y Barrios y Cardoso en el centro del campo para paliar la baja por lesión de Baena. Sobre el papel parecía funcionar, y así lo hizo en los primeros minutos. Los rojiblancos acumularon futbolistas en la frontal del área, fueron incisivos en la presión y verticales en ataque, y encontraron premio muy pronto.
Sorloth, cuestionado tras haber sido el último de la rotación ofensiva en Cornellá, aprovechó un buen pase largo de Hancko para vencer la salida de Dituro, mal en su avance hacia el delantero.
La tarde sonreía al Atlético y desahogaba males mayores tras el tropiezo de hace unos días, pero el Elche de Eder Sarabia demostró que no ha aterrizado en Primera División de casualidad.
Los ilicitanos mostraron personalidad y carácter, brillaron en las transiciones ofensivas y no tuvieron miedo a salir jugando desde atrás, superando la presión rojiblanca, de más a menos durante el encuentro.
En una de esas salidas, fugaz en tres toques, una diagonal de Valera llegó a Álvaro Rodríguez y el excanterano del Madrid cedió rápido a Rafa Mir para que el atacante se plantara delante de Oblak, ante el que definió con facilidad. Tablas y runrún en el Metropolitano, con el agobio galopante de quien quiere pelear por el título y se observa en agosto, nada más empezar, con una cuesta arriba inesperada tras tropezar ante dos rivales inferiores.
El balón rojiblanco echó de menos futbolistas que le quisieran. No fue la tarde de Julián Álvarez, enfadado con el esférico, ni de Barrios o Cardoso, lentos y previsibles. En su lugar, el Elche se hizo gigante. Disfrutó de la posesión, cuajó momentos de gran fútbol y llegó con peligro hasta las inmediaciones de Oblak, aunque no atinó a definir.
El partido fue cayendo donde querían los visitantes, en la guerra del centro del campo y en las constantes imprecisiones del Atlético en tres cuartos de campo rival para facilitar las contras del Elche. Ahí brillaron Valera, Álvaro y Mir, protagonistas del primer gol y artífices una y otra vez del aire que consiguieron los de Sarabiaal recuperar la posesión. Atrás, el austriaco David Affengruber fue una roca ante Julián y Sorloth.
El descanso llegó con pulsaciones altas y el segundo tiempo confirmó que agosto no es el mes del Atlético. El Cholo retiró a Sorloth, el único que estaba ofreciendo alternativas en balones altos o al espacio, y dio entrada a Raspadori y Griezmann. Mantuvo a Julián tras el cambio de Cornellá, pero el ataque rojiblanco fue un embudo ante el Elche.
Griezmann tuvo un par de tímidos disparos y Llorente acabó siendo el mejor por el carril diestro, pero sus centros, relativamente precisos, no encontraron rematador con Sorloth en el banquillo.
Galán y Molina fueron los últimos intentos del técnico por cambiar el aire del encuentro, una fina explicación de que los problemas de juego del Atlético quizás son algo más que temas futbolísticos. Le faltan perfiles y le sobran otros repetidos. Los minutos finales de absoluta impotencia reflejan la realidad de la plantilla.
Un punto de seis posibles es un drama para un conjunto llamado a pelear el campeonato y los siete días que quedan de mercado deberían servir para mover un poco más el árbol del que dispone Simeone, incapaz, por ahora, de hacerlo brillar.
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