Recinto poblano da un vistazo al legado ambiental y cultural de un “río vivo”

Recinto poblano da un vistazo al legado ambiental y cultural de un río vivo
Estelas del Usumacinta parte de una investigación de Sandra Rozental, Emilio Chapela y Eduardo Abaroa // Abre mañana en el Museo Amparo
Paula Carrizosa
La Jornada de Oriente
Periódico La JornadaViernes 20 de junio de 2025, p. 5
Puebla, Pue., Estelas de piedra caliza vistas como puertas para entender la cultura maya, por ser un registro de sus conflictos, batallas, percepción del mundo y de la manera en que interpretaban los eventos de la naturaleza, y también estela, aquella marca de agua que deja una lancha al recorrer un río, así, entre los dos significados de ese concepto, se preparó la exposición Estelas del Usumacinta, investigación de Sandra Rozental, Emilio Chapela y Eduardo Abaroa, que abrirá mañana en el Museo Amparo.
Nos gusta pensar en los rastros que van dejando las culturas, los seres vivos, las comunidades; como el agua va dejando meandros (...) Tratamos de comprimir todos esos procesos en la narrativa de la exposición
, explica el artista Eduardo Abaroa.
En conferencia, señala que dicha muestra abarca desde la parte alta del río, en Guatemala, hasta su desembocadura en el golfo de México, fluyendo entre las salas del museo como si fueran las regiones por las que van las cuencas de ese afluente, cuyo nombre actual es vestigio de procesos coloniales
, pues los españoles le dieron el nombre de Usumacinta, en náhuatl, río del mono sagrado
.
Las regiones son diversas en términos biológicos, geográficos, culturales, históricos (...) Tratamos de representar eso mediante esculturas, videos y muchos textos, pues es una exposición configurada para leerla
, apuntó Abaroa, quien al lado de Rozental y Chapela presenta la pieza homónima de la exposición que se aloja en el vestíbulo del Museo Amparo, con piezas que hacen referencia al Planchón de las Figuras, afloramiento de piedra rupestre en el que se representan siluetas humanas, monos, reptiles y espirales que aquí se replican con henequén, material propio de la región maya.
Un afluente que se va perdiendo
A su vez, Emilio Chapela mencionó que la idea de que el Usumacinta es el único río vivo
de México los motivaba a indagar más sobre este afluente que se pierde, pues lo único que se protege es la selva Lacandona, mientras hay problemas con la guacamaya; hay plaga del pez diablo, que erosiona las riberas del río, además de la amenaza de la industria sobre el mono aullador y el manatí, siendo la prueba su población, la primera en México que es desplazada por el cambio climático
.

▲ La exhibición se lleva a cabo con apoyo del Patronato de Arte Contemporáneo y permanecerá hasta el 4 de enero.Foto Paula Carrizosa
El investigador artístico e integrante del Sistema Nacional de Creadores apuntó que al haber realizado viajes e incursiones a la zona, le pareció relevante la cantidad de cosas que están interconectadas en términos culturales y biológicos, pues hay un verdadero enredo de vínculos
.
Así, el autor de la escultura Omega del Usumacinta propuso pensar que el río estaba vivo más allá de la calidad del agua, que mantenía vivas conexiones y vínculos profundos y reales, refiriéndose al agua, a la ecología, al patrimonio cultural, a la historia maya de la navegación, de la extracción de maderas, del chicle, de pieles de lagarto, de la selva Lacandona y de ecosistemas aledaños
.
La antropóloga Sandra Rozental indicó que la exposición también reflexiona sobre la manera en que la producción de arte maya está en los museos y cómo llegó a ellos, pues tiene que ver con los procesos de extractivismo
; por ejemplo, la estela conocida como La reina, que fue extraída de Yaxchilán y abandonada en las riberas del río por autoridades del Museo Nacional de Antropología que pretendían llevarla a la Ciudad de México; finalmente la rescató Gertrude Duby, estudiosa de la cultura local y de sus piedras, quien la rescató y la regresó a su lugar de origen.
Concluyó que, por tanto, la exposición Estelas del Usumacinta también busca problematizar adónde pertenecen estos objetos, como las piezas mayas de la Colección de Arte Prehispánico del Museo Amparo y, al mismo tiempo, conciliar con aquello que ha sido separado o despojado, como notó el director del museo, Ramiro Martínez, para quien la muestra habla de una reconciliación con ese río
, idea pertinente en medio de un contexto en el que hay batallas ecológicas y sociales
.
La exhibición se lleva a cabo con apoyo del Patronato de Arte Contemporáneo.
Permanecerá hasta el 4 de enero de 2026 en las salas de exposición temporal y el vestíbulo del museo ubicado en la 2 Sur 708, en el Centro Histórico de Puebla.
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