Exhibe el Museo de Arte Moderno un retrato artístico de los hermanos Revueltas

Exhibe el Museo de Arte Moderno un retrato artístico de los hermanos Revueltas
Es la primera vez que se conjunta en una muestra los aportes de Fermín, Silvestre, Rosaura y José
▲ Para montar la exposición Estética Revueltas: Una familia de vanguardia se analizaron 36 archivos y colecciones públicos y privados.Foto Germán Canseco
Ángel Vargas
Periódico La JornadaDomingo 24 de agosto de 2025, p. 2
La historia y el legado de una de las estirpes artísticas más emblemáticas, creativas y transgresoras del siglo XX mexicano llega al Museo de Arte Moderno con la exposición Estética Revueltas: Una familia de vanguardia, que se presentará hasta febrero de 2026.
Integrada por 147 piezas –entre pinturas, partituras, fotografías, libros, grabados, carteles, películas y documentos–, constituye un variopinto crisol de los aportes artísticos, sociales, políticos y culturales de cuatro de los 12 hermanos Revueltas: Fermín, pintor; Silvestre, músico; Rosaura, bailarina, actriz y escenógrafa, y José, escritor y revolucionario.
Originarios de Durango, los Revueltas son “un fenómeno inusual” en el ámbito artístico, según Brenda Caro y Carlos Segoviano, curadores de la muestra: “Pocos casos existen en México, y quizá en el mundo, de una familia cuyos integrantes se desarrollaron en disciplinas distintas y, sin embargo, al conjuntarlos, permiten construir un relato profundo de la vida cultural del país”.
En un recorrido previo a la apertura, los investigadores destacaron que esta es la primera ocasión que se estructura una exposición de tal naturaleza sobre ese peculiar clan familiar, resultado de una inmersión en 36 archivos y colecciones públicos y privados.
Entre éstos se encuentran los de los centros nacionales de investigación, documentación e información Teatral (Citru), Musical (Cenidim) y Artes plásticas (Cenidiap), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
La exposición tiene lugar en el contexto del 125 aniversario del natalicio de Silvestre y el 90 luctuoso de Fermín, además de que en 2026 se cumplirá medio siglo del fallecimiento de José.
En la muestra se revelan los planteamientos y propuestas que cada uno de esos cuatro hermanos desarrolló en su respectivo campo, destacaron los curadores.
Silvestre supo aunar la multirritmia y la polirritmia a la herencia musical de la academia, así como incorporar ciertos elementos de la música vernácula mexicana que fraguaron ese sonido que lo distinguió y que cambió el rumbo de la música sinfónica de nuestro país, explicaron.
Fermín, por su parte, transitó de las escuelas de pintura al aire libre al movimiento 30-30 y al muralismo, con una obra marcada por rupturas visuales de gran fuerza.
Más jóvenes, Rosaura y José se integraron a la danza moderna y a la literatura y el cine, de manera respectiva. Ella renovó los discursos coreográficos en México y alcanzó prestigio internacional, mientras él transformó el guion cinematográfico en un género literario, a la par de que consolidaba una obra narrativa y política de gran impacto e influencia.
Entre las piezas en exhibición, destacan varios materiales inéditos, como algunas partituras juveniles de Silvestre Revueltas halladas recientemente, así como documentos que testimonian el tránsito de esa familia duranguense a la Ciudad de México y el extranjero.
Dimensión política
Un punto central de la muestra es la dimensión política de los Revueltas. Fermín pintó, dibujó y grabó a obreros y campesinos; Silvestre presidió la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios y apoyó a la República española; José se convirtió en una de las voces más críticas de la izquierda mexicana, con novelas como Los días terrenales y El luto humano.
En tanto, Rosaura protagonizó La sal de la tierra (1954), película sobre mineros chicanos que le costó una persecución política en Estados Unidos y México, pero que también la llevó a escenarios de la Europa socialista y a colaborar con el teatro de Bertolt Brecht.
La exposición permite descubrir las colaboraciones de los hermanos Revueltas con figuras emblemáticas de la cultura nacional como Diego Rivera, Carlos Mérida, Manuel Álvarez Bravo y Roberto Gavaldón, entre otros.
Asimismo, constituye una revisión no sólo de las trayectorias individuales de esos emblemáticos creadores, sino también los cruces entre éstas.
De acuerdo con los curadores, los cuatro hermanos nunca trabajaron en un mismo proyecto, aunque algunos de ellos sí colaboraron entre sí en ciertas iniciativas, con lo que se fraguó la interdisciplina del arte mexicano en la primera mitad del siglo XX.
Por ejemplo, señalaron, Rosaura protagonizó la única obra teatral escrita por José, El cuadrante de la soledad, con escenografía de Diego Rivera; Silvestre colaboró con compañías de danza moderna; y Fermín se consolidó como pionero del diseño gráfico y la ilustración editorial.
Con esta exposición, que después se pretende itinerar a Michoacán y Durango, el Museo de Arte Moderno ofrece al público la oportunidad de rencontrarse con una familia que desde los ámbitos de la música, la literatura, la pintura, la danza y el cine revolucionó las formas artísticas y políticas de su tiempo. Un clan que, acorde con su apellido, “supo revolverlo todo”.
Tatuajes faciales hindúes, una tradición en riesgo de desaparecer en Pakistán

▲ En la era de las redes sociales las jóvenes consideran que se verían poco atractivas con dibujos geométricos en los rostros, brazos y manos. Alejarse de sus pueblos también influye en la pérdida de esta práctica centenaria.Foto Afp
Afp
Periódico La JornadaDomingo 24 de agosto de 2025, p. 3
Umerkot. Después de mezclar carbón con unas gotas de leche de cabra, Basran Jogi, de 60 años, se vuelve con su aguja hacia sus invitadas del día: dos niñas pakistaníes que han venido a hacerse su primer tatuaje tradicional.
En las aldeas hindúes de la frontera oriental de Pakistán, cerca de India, las tatuadoras llevan siglos dibujando con agujas líneas de puntos, círculos y otros adornos geométricos en los rostros, los brazos y las manos de las niñas.
“Primero, dibujamos dos líneas rectas entre las cejas”, explica Jogi. “Y después clavamos la aguja entre esas dos líneas, suavemente, hasta que aparezca la sangre”, continúa.
Pooja, de 6 años, hace una mueca mientras los puntos comienzan a formar círculos y triángulos en su frente y barbilla. Su hermana mayor, Champa, de 7 años, se impacienta: “¡Yo también estoy lista!”
Esta escena, que durante mucho tiempo fue habitual, se ha vuelto cada vez más rara en los últimos años, a medida que cada vez más familias hindúes –apenas 2 por ciento de los 255 millones de habitantes de la República Islámica de Pakistán– se trasladan a vivir a la ciudad.
“La última generación”
“Estos tatuajes nos hacen identificables entre la multitud", declara Durga Prem, una estudiante de ingeniería informática de 20 años, oriunda de Badin, una ciudad de la provincia meridional de Sindh donde se concentra la minoría hindú.
“A nuestra generación ya no le gustan. En la era de las redes sociales, las jóvenes evitan tatuarse la cara porque consideran que con esos dibujos se las vería como diferentes y poco atractivas”, afirma a Afp.
Su hermana Mumta también se negó a tatuarse los puntos que adornan los rostros de su madre y sus dos abuelas.
Pero “si nos hubiéramos quedado en el pueblo, seguramente tendríamos esos tatuajes en la cara o en los brazos”, comenta.
En un país donde las minorías no musulmanas se sienten discriminadas en muchos ámbitos, “no podemos obligar a nuestras hijas a seguir” tatuándose, expresa Mukesh Meghwar, defensor de los derechos de los hindúes.
“Es su elección. Pero, lamentablemente, quizá seremos la última generación que vea tatuajes en los rostros, cuellos, manos y brazos de las mujeres”, agrega.
En su opinión, también son “desfavorables” algunos de los comentarios de otros pakistaníes, ya que algunas escuelas del islam condenan los tatuajes.
Esto supondría el fin de una práctica centenaria, profundamente arraigada en la cultura, según los antropólogos. Hasta tal punto que la mayoría de los hindúes entrevistados por Afp defienden los tatuajes, pero admiten no poder explicar su significado.
“Alejar los malos espíritus”
“Estos símbolos forman parte de la cultura de los pueblos procedentes de la civilización del Indo”, en la época de la Edad del Bronce, asegura el antropólogo Zulfiqar Ali Kalhoro.
“Estas ‘marcas’ se utilizaban tradicionalmente para distinguir a los miembros de una comunidad” y para “alejar a los malos espíritus”, describe.
Para Jogi, el tatuaje es sobre todo “una pasión” por embellecer el rostro de las mujeres.
“No se hacen por ninguna razón en particular, es una práctica que existe desde hace mucho tiempo”, expone mientras inspecciona con atención los rostros recién tatuados de Pooja y Champa.
Ahora los puntos que adornan sus frentes son de un negro intenso y luego se volverán verde oscuro y permanecerán hasta sus últimos días.
Basran Jogi y Jamna Kolhi pueden dar fe de ello.
“Estos tatuajes me los dibujó una amiga de infancia que murió hace unos años”, cuenta Kolhi, de 40 años.
“Cuando los veo, pienso en ella y en nuestra juventud. Es un recuerdo para toda la vida”, dice.
jornada