The Legend of Zelda: la línea temporal que divide y fascina a los fans

Pocas sagas han generado tanta pasión por ordenar su historia como The Legend of Zelda. Nintendo lanzó cada juego como una aventura independiente, dejando a los fans el reto de unir las piezas y crear una narrativa completa.
En 2011, con motivo del 25º aniversario de la saga, Nintendo publicó el libro Hyrule Historia, revelando oficialmente una línea temporal que, lejos de aclarar todo, abrió un campo de debate aún mayor.
Según Skyward Sword (2011), Hylia protege a la humanidad del demoníaco Demise y renace como Zelda para mantener el ciclo de lucha entre el bien, el mal y la sabiduría. Link se convierte en el héroe destinado a enfrentar a Ganondorf y asegurar la paz.
Todo parecía claro hasta Ocarina of Time (1998), que divide la historia en tres líneas temporales según el resultado de la batalla contra Ganondorf: la derrota de Link, la línea del niño y la línea del adulto. Cada rama da lugar a distintos juegos y finales, generando un mapa complejo que los fans intentan descifrar.
Tras la publicación oficial, surgieron múltiples teorías entre los fans:
- Link es siempre la misma alma: cada héroe es una reencarnación con recuerdos borrosos pero un instinto heroico común.
- Ganondorf eterno: su odio renace generación tras generación, siguiendo la maldición de Demise.
- Ciclo sin fin: tras Breath of the Wild, Hyrule podría reiniciarse, creando un bucle eterno.
- Majora’s Mask como pesadilla: Términa sería un purgatorio psicológico de Link.
- Tingle inmortal: una broma recurrente sobre su aparición idéntica en todas las eras.
Con Breath of the Wild (2017) y Tears of the Kingdom, Nintendo volvió a desafiar la línea temporal oficial. Su historia ocurre miles de años después, pero mezcla elementos de todas las ramas temporales, generando teorías sobre universos paralelos y la reinterpretación del canon.
Nintendo parece priorizar la experiencia de juego sobre la coherencia estricta del lore, dejando pistas dispersas y símbolos recurrentes que invitan a los fans a investigar y debatir.
La saga de Zelda se comporta como un mito oral: cada juego es un narrador distinto, aportando su versión y matices. Esto permite que la historia de Hyrule se renueve con cada entrega y mantenga viva la curiosidad de los jugadores.
El futuro promete más aventuras de Link y Zelda que desafiarán la línea temporal, alimentando teorías y discusiones interminables entre los fans. Hyrule se convierte así en un punto de encuentro generacional, donde lo importante no es la cronología exacta, sino la experiencia de descubrir cada secreto.
La Verdad Yucatán